jueves, 20 de diciembre de 2012


En Corea del Sur, votan por una mujer       

Samuel F. Velarde

                No cabe la menor duda que la política trae sus sorpresas y sobre todo, cuando tiene que ver con que la mujer asuma una posición política clave en la historia de un país. En México por desgracia, aún no podemos tener esa experiencia política de saber y sentir a través de una psicología política, que es el que una mujer gobierne.
                En Corea del Sur, se ha dado este interesante fenómeno a raíz  de las elecciones del 19 de diciembre pasado, donde el electorado surcoreano optó por una mujer para ocupar la presidencia de aquel país asiático. Lo interesante es que no es cualquier mujer, es decir no es una mujer salida de la improvisación política, sino que es la hija del constructor de la Corea moderna el general Park Chung –hee, ella es Park Geun-hye, del Partido Conservador en el poder. Y esto es inédito porque en una sociedad donde tradicionalmente la mujer seguía el rol confuciano de supeditación al hombre y este gozaba de los privilegios de la primogenitura, este acontecimiento ha sido algo relevante en la sociedad coreana.
                Park Geun-hye como Jefa de Estado, es obvio que será un aliciente para consolidar los derechos de la mujer en Corea, donde aún falta por hacer, pero también representa la posibilidad de consolidar a Corea como una potencia media en Asia y en el mundo. Muchos analistas afirman que a pesar de que se le achaca ser la hija del dictador Park y temen por una especie de regreso del autoritarismo, ella de forma inteligente ha tratado de deslindarse de la línea dura que marcó su padre. 
                En su relación con Corea del Norte ha sido cauta y también ha dejado claro que al menos intentará una política de diálogo con el lado norte. El último presidente que tuvo un acercamiento más o menos estructurado con Corea del Norte fue Kim Dae-jung con su política del sol radiante (sunshine policy). Por otro lado, el reto de esta presidenta será combatir la corrupción, un mal que ha infestado no solamente al gobierno sino a las esferas del poder político y empresarial de Corea.
                Los retos económicos de Corea del Sur son grandes, sobre todo mantener la calidad de vida coreana y evitar las grandes diferencias sociales y económicas.  En el aspecto internacional continuará su alianza estratégica con Estados Unidos y fomentará un dialogo más abierto con Japón, con el cual mantiene rivalidades territoriales y un resentimiento histórico desde que Corea era colonia japonesa.
                Así pues, la sociedad civil surcoreana ha dado muestras de un interesante proceso electoral, que indudablemente marcará a la historia moderna de Corea del Sur y esperando que este hecho relevante, amplíe la democracia coreana con mejores formas de participación ciudadana.

 

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