jueves, 18 de abril de 2013


Sociología de la apatía
Samuel F. Velarde



                Alguna vez escribí un modesto artículo sobre la sociología de la vida cotidiana que anda por ahí en la web, tal vez dije alguna cosas interesantes pues ha sido leído e interpretado bien, pero también ha sido dilucidado mal por un oscuro personaje que ni me quiero acordar de él, por fortuna soy un modesto pensador que usa el tiempo libre para referirse a temas tal vez  tratados ya por otros mucho más expertos, pero que finalmente motivan a que afloren las ideas. Hoy reflexiono en la apatía a propósito de encontrarme con ella  diariamente a través de mis alumnos, pero más bien de la sociología de la apatía, como un fenómeno social en sí. Para el diccionario Larousse apatía significa: dejadez, indolencia, falta de vigor o energía, insensibilidad, languidez. Según esta definición, muchos de nosotros hemos pasado o nos hemos estacionado en estos estados de ánimo, actitudes, conductas o  posiciones,  que de alguna manera permiten que los individuos tomemos distancia de ciertas cosas en la vida.
                Por supuesto que la apatía también puede ser selectiva, podemos ser apáticos a la política, a la economía, pero no precisamente al futbol, a la religión, o a lo que le sucede a Justin Bieber. Es decir la apatía se practica dependiendo de los significados que le demos al objetivo que uno elige para aplicarla o no, por supuesto que en ello influye el aspecto cultural y el económico. Existen apatías que impactan mas socialmente que otras, por ejemplo, no es igual el impacto social como resultado de la apatía que sienta la gente por participar en las elecciones, a la apatía que sienta por el cine de arte o por los pedigüeños callejeros.
                Es aquí donde la sociología de la apatía puede tener una lectura importante. En sociedades tan heterogéneas como la mexicana, donde aún existen poblados como a finales del siglo XIX y hay un sinnúmero de carencias estructurales o donde la globalización le ha robado a la gente su vitalidad individual, incluso donde el verdadero significado de burgués se ha confundido por el de un lumpen rico. Con jóvenes que no conocen más que su ciudad o incluso las cuadras que rodean su hogar (¡!), por supuesto que la apatía se entiende en cierta forma, no hay manera de pensar en situaciones que para otros son muy importantes.  En la edad media por ejemplo al menos en Europa, era difícil que existiera una apatía religiosa, pues la religión era  lo que le otorgaba sentido a casi todo en la actividad humana.
                Pero en la dinámica de una sociedad actual, donde miles ni saben que viven en una sociedad capitalista, o pos capitalista y que fragmenta identidades, la apatía como práctica es multifactorial en su objetivo a ignorar o a desatender. Somos apáticos ¿a qué?, o no somos apáticos ¿a qué?, pero en lo fundamental ¿tenemos el derecho a ser apáticos? Cada quien podría responderse de acuerdo a sus objetivos e intereses, el problema radica en que el objetivo al cual se  dirige la apatía como dije arriba, va en relación a un impacto que redunde en algo negativo social o individualmente hablando.
                Entonces ¿la apatía es algo que uno decide o es algo que las circunstancias imponen? La apatía puede ser selectiva, aunque de la misma manera puede ser parte de un escondrijo individual, un refugio ante situaciones que se detestan o no dejan beneficio alguno. En un mundo de frivolidades y de achicamientos  de ideas, donde lo mas cómodo es lo menos complejo, la apatía puede ir siendo la nueva postura moderna, esa filosofía individualista aplicada por todo tipo de gente, mas allá de ideologías y clases sociales, Iremos viendo.

Si tienes un comentario o deseas enriquecer la idea escribe a:
masvelarde54@yahoo.com

domingo, 7 de abril de 2013


La política exterior mexicana, nuevo rumbo?
Samuel F. Velarde


                En el realismo político de Hans Morgenthau, uno de los exponentes más importantes de la teoría de las relaciones internacionales, el mundo no es como uno desearía que fuera, sino que se deben entender las fuerzas del mundo real y cooperar con él para hacer el menos mal posible. Así, en las relaciones internacionales conocer y entender la realidad política de otros estados es importante, para generar una política donde lo que se haga tenga consecuencias lo menos dañinas posible. En el caso mexicano aún se recuerda el asilo político a los republicanos españoles en tiempos del general Cárdenas, el papel de México en el grupo Contadora para lograr la paz en Centroamérica, pero también las consecuencias políticas en la región a propósito de los exabruptos poco diplomáticos de Fox en el affaire con Fidel Castro ”comes y te vas”. Que enturbió una política exterior mexicana de cierto prestigio.
                Más allá de lo provechoso que tuvo la alternancia en el poder en términos democráticos, es un hecho que la política exterior mexicana se vio reflejada por el manejo de subjetividades más que por el de un realismo político. Los gobiernos panistas a mi ver, interpusieron lo ideológico en sus relaciones internacionales  más que lo objetivo. Sin lograr entender que la globalización si bien es una etapa donde lo comercial  impera, políticamente no debe olvidase el recurso de la razón diría Morgenthau y ubicarse mejor en ese realismo internacional.
                El actual gobierno del presidente Peña Nieto intenta rescatar un poco la tradicional política exterior mexicana que tuvo lo suyo (aunque era también candil de la calle oscuridad de su casa) se ha percatado de la necesidad de moverse en un realismo político, reconociendo que hay que incrustarse en un tablero internacional  complejo, pero donde indudablemente la presencia mexicana vale más que las ausencias. Así, se explican sus viajes como presidente electo a Guatemala, Brasil, Chile, Argentina, Perú, ya como presidente en funciones a Costa Rica, Estados Unidos y Venezuela para participar en los funerales de Estado del presidente Hugo Chávez, viajes que de alguna forma permiten volver a pisar el terreno latinoamericano, tan defenestrado por los gobiernos panistas, sobre todo el foxista. El viaje al Vaticano es también un punto necesario en el realismo político-religioso.
                Ahora con la ida del presidente a la Conferencia Anual del Foro Boao en China, luego a Japón, se desea establecer un rol más presencial en la región transpacífica, que es de hecho la más dinámica comercialmente hablando. Más que nada tratar de establecer una relación mucho más fructífera con el gigante asiático China y con la potencia económica nipona. Es decir, entender el realismo internacional es una tarea necesaria muy ligada al desarrollo interno del país, pues con una política exterior bien estructurada, se consigue inversión extranjera directa, exportaciones, intercambio tecnológico- científico, cultural y turismo por citar algunas ventajas reales.
                También hay cosas pendientes de México en este realismo internacional, el conflicto norcoreano, el sirio, el palestino, las FARC en la región,  su relación compleja con Estados Unidos, hechos donde México puede recuperar su papel de actor relevante. Pero asimismo antes que nada limpiar la casa, pues no se puede ser juez afuera mientras en casa existan injusticias, violencia  y retraso social. El reto internacional es grande, sin embargo existe gente preparada para lograr elevar el estatus internacional del país, de la pasividad mediocre y huidiza, a una actividad necesaria y apegada a los tiempos, donde la razón es importante en el equilibrio de poderes y la paz mundial.
               Pero el mundo se ha convertido en un tablero de ajedrez sumamente estrategico, donde la sociedad es un actor relevante y necesario, en otras palabras no hay que dejarle unicamente a los estados la hechura de la politica exterior, pues en ocasiones aquella es mas influyente que las mismas estrategias del Estado, si no, veamos la influencia social en la reforma migratoria en Estados Unidos o la participacion de la sociedad en el conflicto coreano o el activismo social en la crisis economica de Europa.

sábado, 6 de abril de 2013


Acontecimientos y reflexión
José Roberto Hernández Fuentes

En las últimas semanas las sociedades en el mundo se han visto sorprendidas por una significativa cantidad de eventos que llenan las primeras planas de la prensa internacional. En todas las latitudes de nuestro planeta se generaron acontecimientos que de alguna u otra forma impactaron en la escena sociopolítica y económica mundial. El primero de estos fue la sorpresiva renuncia de un Sumo Pontífice agobiado por la intrincada crisis eclesial católica. Benedicto XVI se dijo falto de fuerzas físicas y espirituales para continuar liderando una religión con más de mil millones de fieles en todo el orbe. Todo esto significó el ascenso de un nuevo Papa, pero esta vez de origen Latinoamericano, como lo es el caso del ex arzobispo de Buenos Aires Jorge Mario Bergoglio, hoy el Papa Francisco, siendo el primero en dos aspectos: tanto en escoger el nombre de San Francisco de Asis para su papado como de provenir de América Latina. Las expectativas que hay sobre este nuevo pontificado son altas, más aún por los gestos (literalmente) que ha mostrado para con los fieles católicos, quienes aturdidos y abochornados por los escándalos dentro del Vaticano, buscan o quieren un liderazgo religioso que pueda enderezar la senda de una maltrecha institución católica golpeada, no por sus detractores, sino por varios de sus propios miembros, religiosos y laicos, lo que hace aún más pesada y difícil la misión, puesto que pareciera que el enemigo se encuentra dentro de la casa.
En ese periodo de alternancia (¿o transición?) pontificia se da también la muerte de uno de los líderes internacionales más controvertidos y polémicos de las últimas décadas, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela: el Comandante Hugo Chávez Farías fallece luego de caer en una batalla contra el cáncer. Así le decimos adiós a un líder político que fue capaz de desafiar a los legitimadores y controladores del sistema capitalista neoliberal que hoy en día sigue sumergiendo en una profunda crisis no solamente económica, sino también social, política y cultural a las sociedades occidentales, cada vez más caracterizadas por el encono contra las estructuras opresoras y marginadoras de un sistema que ya no responde a las expectativas de los pueblos, ni siquiera de aquellos que se consideraban como desarrollados. La sociedad  venezolana fue y es un ejemplo claro de la verdadera y latente posibilidad de conformar una estructura social que favorezca a todos por igual, dándole primicia, por una lógica sociopolítica y económica de igualdad, a los pobres, a los desfavorecidos sistémicos que hoy son considerados y dotados de oportunidades reales de progreso y bienestar integral. El Socialismo del Siglo XXI que tanto defendió el Comandante Chávez y que ahora defienden su pueblo y sus seguidores políticos, no representa una simple praxis de ideología política, sino un esfuerzo enorme por englobar en una visión política, social, económica y cultural todas las ideas y acciones de hombres y mujeres latinoamericanos que quisieron y quieren una América Latina libre y autónoma pero también solidaria y corresponsable entre sus pueblos, siguiendo el ejemplo de Simón Bolívar y su ideal  de unión latinoamericana. 
Por otro lado, el continente europeo sigue sufriendo la catástrofe económica neoliberal, la cual ya han padecido fuertemente Portugal, Grecia, España, Italia y hoy Chipre. Países que han caído o han estado a punto de caer en la bancarrota, como si fuesen  organizaciones empresariales y no Estados-nación, repúblicas, sociedades, comunidades nacionales. La globalización económica ha imperado, por encima del factor propiamente cultural de las naciones; se ha globalizado un política económica indiferente a las necesidades de los pueblos, pero que responde a los intereses de los grupos poderosos, de las élites, de las clases dominantes que están llegando al punto de ser ellas mismas dominadas por su ambición y egoísmo particularmente financiero. De esta manera la orientación del fenómeno de la globalización ha sido limitada en muchos sentidos, restringida a la movilización del dinero y de las estrategias financieras, lejos está la comunicación y el intercambio cultural de los pueblos, también reducido al ámbito comercial dirigido por las grandes empresas. Pareciera que todo fue subsumido por los intereses monetarios, que nada trasciende si no es a través del dinero. La subsistencia humana ha sido mediada por monedas y dólares, como si la economía sólo consistiera en esto. La relación dinero-ser humano se convirtió en una relación de poder en donde el primero se sobrepuso al segundo; el dinero domina a los individuos y los coacciona brutalmente al punto de hacerlos perder por completo su libertad. Desde luego no apunto nada nuevo, esto fue ya reflexionado y planteado por Georg Simmel en su clásica obra Filosofía del dinero. Una nueva conformación de sociedad quizá pueda encontrarse en un “pequeño” cambio en esta relación, esto es que el poder sea tomado por los seres humanos y no por el dinero, lo que constituiría un poder real por encima de un poder simbólico.
Por último, la región asiática y medio oriental continúa tensándose cada vez más. A Israel y Palestina sólo les falta oficializar el estado de guerra en que viven desde hace ya muchos años, una guerra que pasa de fría a caliente de un día para otro. La reconformación de la estructura política de los países que dieron forma a la “Primavera árabe” ha prolongado el conflicto en aquellas sociedades, Egipto es el ejemplo principal. En Siria la muerte es ya un factor común en las calles, y el caos sigue destruyendo aquel país. Mientras que las dos Coreas aumentan el conflicto político que parece estar a punto de desbordar en el desenfreno bélico. Y los Estado Unidos, considerado como el último gran imperio de la historia sigue atento a tales situaciones, ya que hay en ellas grandes intereses en juego, de los cuales depende, en mayor o menor medida, su continuidad como tal. Entonces las relaciones internacionales cobran de nuevo un sentido mucho más político y social que económico, y dan nuevos elementos de análisis para los estudiosos de la dinámica mundial. A veces pareciera que la Guerra Fría nunca acabó, que 1989 fue un año de supuesta victoria occidental capitalista, que no fue definitiva. Hoy ante los acontecimientos mundiales que se nos muestran día con día, queda claro que esta guerra sigue y quizá está tomando mayor intensidad después de una también aparente calma. La idea del socialismo persiste, quizá ya no como una ideología política que busca realizarse estructuralmente, sino como un sentimiento de comunidad y ¿por qué no? de humanidad. Por supuesto esto tiene muchas implicaciones que obligan a reflexiones profundas y objetivas.                   

domingo, 24 de marzo de 2013


Las vialidades y la inclusión del peatón en Ciudad Juárez: una acción democrática y humanista
Samuel F. Velarde

Breve ponencia presentada en la Universidad de Juárez Chih. México en
El 3er. Foro sobre vialidades y los derechos del peatón.

                Primeramente para felicitar a los organizadores del 3er Foro sobre el uso de calles y vialidades en nuestra denostada ciudad Juárez. Sobre todo porque desde la academia se aborda un problema real y urgente, que encierra una gran reflexión sobre lo que significa vivir en una ciudad donde sus peatones son marginados y puestos en peligro, por la carencia no solamente de una cultura vial en términos generales, sino también por lo que han reflejado los planeadores urbanos al servicio de las autoridades: una total falta de respeto a los ciudadanos sin auto o a aquellos que osan abandonar su vehículo y se arriesgan a caminar entre banquetas estrechas, con hoyos, varillas, postes de electricidad mal colocados o alcantarillas sin su respectiva tapa. Pero también sorteando vehículos que se estacionan sobre las banquetas, símbolo de la ignorancia ciudadana por el respeto al otro y reflejo también de la prepotencia de personas sin el sentido de lo que significa vivir en una ciudad democrática. Según un estudio realizado por la Universidad Anáhuac y la empresa automotriz Daimler en 2011 señala: ”que en México la probabilidad para un peatón de morir en un accidente vial es 75 por ciento mayor, en comparación con lo que ocurre en Estados Unidos, ya que en México la cultura vial es muy inferior”.[i]
            Por supuesto que este tipo de problemáticas no es único de Ciudad Juárez, antes de meterme en el tema hice un pequeño vistazo al internet encontrándome notas como la siguiente que me llamó la atención, donde en Xalapa Veracruz, se está tratando de establecer una política de vialidad como parte del Plan de Movilidad Urbana, dice la nota que por un lado se establecerá el plan de hoy no circula, pero por otro lado el gobierno otorgará dos mil concesiones para taxis, es decir, una total paradoja. Pero también encontramos ciudades con banquetas de casi cuatro metros de ancho, arboladas y llenas de vida peatonal, como es el caso de la Ciudad de La Plata en Argentina, incluso se ha vuelto popular entre los jóvenes el uso de patines rollers para trasladarse a puntos estratégicos y accesibles sin mucho problema, es interesante que esta actividad ha creado una cultura de respeto entre los automovilistas hacia los rollers. Pero también en Europa existe la Carta de los Derechos del Peatón, creada por el Parlamento Europeo en 1988, donde cito su punto 3.   Los niños, las personas mayores y los discapacitados tienen derecho a que las poblaciones sean lugares que faciliten el contacto social y no lugares que agraven su propia situación de debilidad. [ii]
            Es un hecho que estos ejemplos nos muestran que si la sociedad comienza a recuperar o incidir en una cultura vial de respeto al peatón y a las reglas viales, la vida cotidiana de miles de personas cambiaría notablemente.
            En nuestra frontera es muy común y tradicional hacer el comparativo de cómo nuestra forma de conducir un vehículo o caminar por las calles, cambia cuando cruzamos la línea fronteriza hacia Estados Unidos y hacemos escarnio de ello, autocriticándonos de nuestro comportamiento entre allá y aquí. Bajo esta breve introducción sobre el tema, la reflexión viene a ser en el sentido de ¿qué propuestas hay que plantear para convertir nuestras vialidades en espacio seguros?.
            En Ciudad Juárez la deshumanización vial es parte de la decadencia sociourbana que ha sufrido nuestra ciudad desde hace tiempo. Es una combinación mortal entre la indolencia de las autoridades (o porque no decirlo de su ignorancia en el análisis socio urbano) al no mantener las vialidades en estado óptimo y también de la indolencia de los mismos ciudadanos, que no respetamos los espacios para la movilidad urbana, incluso marcando con mucha precisión estilos de manejo según el sector social donde uno se encuentra. Pero también por apostarle a una ciudad en que el automóvil era símbolo de estatus o por la facilidad para adquirirlo, contribuyendo a marginar la actividad peatonal y observándola como denigrante o de bajo estatus. Sin ignorar el hecho de un transporte público históricamente pésimo y vergonzante, que en mucho motiva a no ser un ente peatonal.
            Todo mundo está de acuerdo de cómo hace falta la raya blanca para demarcar los carriles, o los señalamientos fosforescentes o amarillos en el caso de señalamientos de peligro o las rampas en las banquetas, sin olvidar la instalación de semáforos adecuados donde el peatón tenga prioridad. Pero ¿donde están?
            Entonces ¿qué perspectiva tiene el adulto mayor (que es el tema de este día) en su vida cotidiana como peatón? ¿Qué le depara el destino urbano a este ciudadano y ciudadana en una etapa de la vida donde necesita tranquilidad, seguridad y un estilo de vida con facilidades de todo tipo?, creo que la respuesta al menos como van las cosas y si no funciona este Foro, es que le esperan muchos problemas en su caminar cotidiano, en su cruce por las calles, en subir puentes peatonales altos, cansados e inseguros. Y si una ciudad no trata bien a sus mujeres y niños, entonces el adulto mayor no tiene mucho que esperar.
            Conclusiones y Recomendaciones
            Si lo que se desea es darle a nuestra ciudad un nuevo aspecto de fondo, no únicamente de forma, hay que empezar a diseñar una vialidad diferente, donde la vida cotidiana del peatón adulto mayor se garantice como un derecho ineludible, pero también con una serie de políticas públicas ad hoc que sostengan ese derecho. Así propongo lo siguiente:
            Implementar campañas en televisión difundiendo una cultura vial, es decir gastar menos en publicidad política de auto elogio y mejor dirigirla a la educación vial, en base a este Foro, por ejemplo.
            Realizar sanciones conforme a la ley para proteger al peatón, sancionando a quien estacione su vehículo en las banquetas, obstruya señalamientos, etc.
            Establecer una especie de inventario de las condiciones de las banquetas y desechar peligros tales como hoyos, material corto punzante que seguido se observa en varias de ellas.
            Obligar a los dueños de terrenos baldíos a conservar banquetas y retirar basura de las mismas.
            Recuperar banquetas para los peatones en coordinación con comerciantes, situación que les puede favorecer también.
            Establecer diálogos como este de forma continua  para observar cambios al respecto.
            Referencias     

domingo, 17 de marzo de 2013


Un Papa latinoamericano: esperanza espiritual y terrenal
Samuel F. Velarde

                El nombramiento del argentino Cardenal Jorge Mario Bergoglio como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, es un hecho histórico por muchas razones, primero por ser originario  del continente latinoamericano, pues a pesar de contar con aproximadamente 500 millones de fieles, en tiempo pasado poca esperanza existía cuando los elegidos por lo general eran los cardenales italianos que monopolizaban el papado, situación que cambió con El polaco Wojtila, segundo, en América Latina se originó una corriente de fe católica en cierta manera contestataria como la Teología de la Liberación, muy influyente en los sesenta y setenta en sectores sociales populares sobre todo enfrentando a los regímenes militares latinoamericanos y a una iglesia institucional demasiado conservadora y ciega a las injusticias sociales, tercero, América Latina hoy en día se debate en un interesante futuro a partir de las corrientes políticas de la nueva izquierda latinoamericana en el poder, muy fuera de la tónica tradicional marxista y guevarista de la toma del poder por las armas (salvo las FARC), fundamentada en proyectos económicos alternativos a un capitalismo que poco ha hecho por los pobres del continente. Pero también podemos agregar, que el Papa llega en momentos críticos de una iglesia que ha sido dañada por el golpeteo de grupúsculos internos y por la sombra de la pedofilia.
                El nombramiento del Cardenal Bergoglio que se auto nombra Francisco I, puede ser el comienzo no de grandes transformaciones en el seno de la iglesia, pero sí de necesarios reacomodos que le permitan al menos recuperar su fuerza moral y espiritual en un mundo que pareciera ser, va perdiendo el misticismo de la vida y donde miles abandonan el catolicismo buscando en otras prácticas espirituales más laxas y en ocasiones más cercanas a sus condiciones socio culturales, satisfacer sus expresiones de fe.
                Para América Latina la importancia de un Papa argentino, es la posibilidad de que una autoridad de ese calibre esté pendiente de los derechos humanos, que han sido violentados por todos los países en mayor o menor medida, el Papa puede convertirse en una voz que  llame la atención para vigilar este aspecto, que dicho sea de paso ha ensuciado la historia moderna de Brasil, Chile, El Salvador, Cuba, Honduras, México, Perú, Guatemala, Haití y la patria de Francisco I, Argentina, por citar algunos países.
                Mas allá de la simpatía que puede causar entre los católicos de  la región su designación y quiero pensar también en otras confesiones religiosas, es importante creer en que haya esperanzas para los desprotegidos, al menos desde el discurso papal puede fortalecerse el respeto a la democracia latinoamericana, a los derechos humanos, a la condena de los asesinatos de mujeres en México, denunciar la violencia en general y pedir por una justicia terrenal a las clases políticas latinoamericanas. Aquí el Papa Francisco I definitivamente, tiene mucho que hacer.
                

viernes, 1 de marzo de 2013


La corrupción en las elites políticas y sindicales de México
Samuel F. Velarde

                Desde que se fundó el México corporativo en 1929, bajo la egida de Plutarco Elías Calles y el PNR (Partido Nacional Revolucionario, abuelo del PRI) el país se condenó a ser gobernado por una elite política que nunca se caracterizó por democrática.  Las purgas internas dentro de este partido fueron consecutivas, Lázaro Cárdenas corre a Calles y al dirigente obrero Luis N. Morones a Estados Unidos, de la Madrid encarcela a Jorge Díaz Serrano director de PEMEX, Salinas de Gortari le siembra armas al dirigente petrolero Hernández Galicia, Carlos Jongitud Barrios el anterior a la Gordillo cae también por órdenes de Salinas de Gortari. Es decir, una serie de hechos  parecidos que se dan al considerarse que una persona es peligrosa o ya no sirve a los intereses de ese sistema corporativo y clientelar, que inició con el PNR y sobrevivió a pesar de la alternancia en el 2000.
                Hoy la caída de Elba Esther Gordillo parece sorpresa, pero si se revisa bien la historia del país, es un peón más que sufre el jaque mate, una pieza que dejó de ser útil al gobierno en turno. Mucho se ha escrito al respecto y no vale la pena convertir este artículo en círculo vicioso. Lo preocupante aquí es la corrupción imperante en el SNTE, es decir se mata el perro, pero y ¿la rabia? ¿El SNTE continuará como un sindicato corrupto, amañado, rebasado por los tiempos? No se sabe.
                La riqueza de la ex dirigente sindical era un secreto a voces, todo mundo sabía de sus extravagancias que recuerda a la sofisticada Imelda Marcos, aquella esposa del dictador filipino Fernandino Marcos, a quien parece emulaba al menos en su estilo. Todo mundo hacia escarnio en secreto de los aspavientos de la profesora venida a menos, todos se reían de su ignorancia, de su pobre vocabulario, de sus cirugías, pero nadie se atrevía a enfrentarla directamente. El control que ejercía dentro del SNTE era efectivo, mucho dinero de por medio.
                La pregunta es ¿y todos aquellos que sostuvieron a la ex dirigente, dónde están?, ¿es justo que ella solamente pague por la corrupción en el sindicato, hacia todo solita?, no lo creo. En tal sentido su detención a pesar de estar basada en la ley, también tiene un gesto político, una venganza muy al estilo del priismo tradicional.
                Es principios de sexenio, oportunidad de quitarse de encima estorbos políticos, pero eso no significa que la elite política se moralice, esto es otra cosa, si la ex dirigente del SNTE está en la cárcel, ¿que se hará con otros individuos igual de corruptos? Por lo pronto la sociedad civil se ríe nuevamente, se sorprende, continúa en esa senda tragicómica de hacer chistes y escarnio del árbol caído. Pero eso definitivamente, no hace la primavera democrática.

sábado, 23 de febrero de 2013


De lo económico a lo social: Ciudad Juárez
                                           Samuel F. Velarde

                Las disquisiciones económicas no son precisamente mi fuerte, pero desde lo sociológico por mi formación me hace pensar en la premisa sencilla de que el desarrollo económico debe traer aparejado un desarrollo de bienestar social, aún cuando el primero haya sido en base a un gran esfuerzo social (caso coreano), se refleja luego en el crecimiento de la sociedad, tanto en su calidad de vida como en su aspecto democrático.
                La nota que se publica en el periódico Norte de Ciudad Juárez el día 23 de febrero de este año, puede leerse de manera muy positiva, a propósito de la Inversión Extranjera Directa IED que capta el estado de Chihuahua del 25% de los 18 mil mdd en los últimos diez años. También afirma que las exportaciones de este sector industrial son la quinta parte de lo vendido por Chihuahua al extranjero.  Es posible que esto sea realmente un importante acontecimiento económico, sin embargo al relacionar este hecho con la situación social por la que atraviesa el estado y en especial Ciudad Juárez, no se  encuentra una relación precisamente más optimista.
                Luego de la racha de violencia que sacudió a Ciudad Juárez (porque en el resto del estado sigue la misma situación) la economía se vio en una crisis preocupante, muchas pequeñas empresas cerraron, otras se establecieron en la vecina ciudad estadounidense y algunas mas fueron devastadas, por supuesto que las empresas maquiladoras gozaron de diferente suerte, pues la mayoría continuaron con sus actividades, simplemente porque sus centros financieros y sus dueños ni están aquí ni era peligro para ellos lo que sucedía en este espacio geográfico. Esto a propósito de que la IED continúo sin mucha dificultad. De hecho a estas empresas les afectó más la recesión económica que la crisis de la violencia. Pero ahora que las cosas han cambiado un poco, es importante evaluar las cifras exitosas que se comentan al principio, con la posibilidad de que sean congruentes con el aspecto social de la ciudad.
                Ciudad Juárez, se encuentra en parte ligada a una cadena productiva con ganancias estratosféricos a nivel global, hay una cantidad numerosa de mano de obra barata dispuesta a trabajar en todo momento y bajo cualquier condición, también hay un importante número de profesionistas que se incorporan al capital humano (que propicia procesos de enseñanza aprendizaje laboral) de las industrias a un muy bajo costo. Por ejemplo ¿Cuánto le cuesta un ingeniero en sistemas, industrial, electromecánico, en aeronáutica a la Samsung, Tatung, Delphi?, absolutamente nada. En este sentido hay que ir viendo la posibilidad de ir diseñando formas diferentes de vinculación escuela empresa, con el objetivo de transferir recursos a la investigación tecnológica, pero con la condición de que aquí se quede, para ir creando un plus tecno industrial mexicano, dónde las exportaciones sean más mexicanas que coreanas, japonesas o chinas y las ganancias realmente sean provechosas.
                Es tiempo de dejar ilusiones basadas en estadísticas engañosas o leídas de forma diferente, pues si en este sexenio no se sientan las bases estructurales para dejar de ser simples ofertantes de mano de obra barata, se nos pasará el tiempo para construir un país con posibilidades de ser emergentes más que urgentes de trabajo extranjero. Finalmente también hace falta una buena dosis de nacionalismo productivo, pues mientras en Corea dice mi ex profesor Dr. Ernesto Rangel, el gobierno invierte bastante en fomentar la identidad nacional en el proceso de internacionalización al que se enfrenta. En México la ignorancia y el descredito de la violencia nos ha sumido a casi todos en un ambiente poco nacionalista y de escaso amor por México, muy necesario para levantar al país.
               
                

viernes, 15 de febrero de 2013


Sobre la renuncia de Ratzinger

José Roberto Hernández Fuentes

Este pasado 11 de febrero la comunidad católica a nivel mundial fue sorprendida por su propio líder: el Papa Benedicto XVI anunció que deja el timón de la Iglesia por causas relativas a su estado de salud. Arguye ya no contar con el “vigor” y la fuerza necesarios para cumplir con la misión a la que fue encomendado el 19 de abril del año 2005. Como era de esperarse ante semejante noticia, las columnas de los principales periódicos y la opinión de diversos analistas especializados en temas de religión han estado a tope. En general se hace un balance del pontificado del Papa alemán, señalando una serie de desaciertos que de acuerdo a lo dicho por los especialistas han terminado por profundizar más la crisis por la que viene atravesando la Iglesia católica.
             Por supuesto que hay varios aspectos a los cuales hay que hacer mención como yerros durante el tiempo que Benedicto XVI ha estado al frente de la Iglesia católica. No se puede olvidar la manera en que se trató el asunto de la pederastia al interior de la curia, los silencios aturdidores del Vaticano ante tales hechos nefastos y vergonzosos, el encubrimiento de sacerdotes, la forma institucional en que se pretendió hacer justicia contra los pederastas clericales, sin ningún castigo realmente acorde a la magnitud de esos delitos. Se habla también del distanciamiento que se generó entre el cristianismo y otras grandes religiones mundiales tras algunos de los discursos emitidos por Ratzinger. Los menoscabos al ecumenismo como consecuencia también de varios planteamientos que resultaron agresivos para otras religiones cristianas. Y por supuesto el escándalo de la filtración de documentos clasificados del Vaticano por parte del mismo mayordomo de Sumo Pontífice. Por otro lado, el porcentaje de fieles católicos ha seguido disminuyendo en prácticamente todas las latitudes, inclusive las consideradas como tradicionalmente católicas. El caso de América Latina es un ejemplo claro y preocupante para la Iglesia, Brasil y México las dos potencias católicas, en los últimos años han experimentado una baja considerable en el porcentaje de fieles, mientras se incrementa la cantidad de protestantes y otras religiones. Raztinger se va cargando con todo esto a sus espaldas, aunado al estigma que se le ha hecho al ser catalogado como un férreo conservador católico, inclusive se le llegó a apodar el rottweiler de Dios, desde que ocupaba el cargo de Prefecto en la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes la Santa inquisición. Un ejemplo distintivo fue su intransigente postura en contra de la Teología de la Liberación desarrollada por una parte del clero latinoamericano, que consolidó aún más su conservadurismo católico.  
             Sin embargo, criticar a la magna institución católica en tiempos modernos es por demás sencillo, puesto que la modernidad liberal en la que vivimos y por ende nos socializamos está conformada por un entramado axiológico que inexorablemente colisiona con la visión católica de los tiempos. Pareciera ser que la Iglesia siempre es abordada por los “ojos críticos de la modernidad” a partir de lo que se considera su cúmulo de errores y fustigaciones a los sujetos modernos. El rechazo al aborto, la prohibición del condón, el tema de la mujer y en general todo lo relativo a la cuestión de género en la que el Vaticano no termina por flexibilizarse, constituyen algunos de los tópicos que generan atribuciones medievales a la Iglesia católica. Muchos sostienen que la religión católica se quedo en el pasado y no ha logrado superar sus propios atavismos, ni siquiera con el esfuerzo realizado en el Concilio Vaticano II y la expectativa del aggiornamento eclesial. Todo esto es, hasta el día de hoy, parte de la realidad que caracteriza a esta histórica institución religiosa. Benedicto XVI como pontífice de corte conservador vino, también para muchos, a reafirmar esta realidad.
             A pesar de todo esto, existen elementos significativos de este pontificado de ocho años que también es necesario analizar y discutir, puesto que plantean aspectos interesantes y puntuales para la reflexión. Específicamente me referiré a lo que personalmente considero como lo más importante y trascendental durante el pontificado del Papa Benedicto XVI: su crítica teológica y filosófica a lo que él denomina como la “dictadura del relativismo”. No se trata de algo nuevo que en términos teóricos haya descubierto el jerarca eclesial, sino de una postura reflexiva y crítica ante una modernidad cuyas bases axiológicas carecen de solidez como señala Bauman, o bien no están lo suficientemente fijas como para que los individuos modernos puedan sostenerse moral y éticamente en un marco normativo, bien definido y consensuado, de acción. Es ese fenómeno cultural del relativismo el que se ha colocado como plataforma de acción en el comportamiento humano occidental, flexibilizando radicalmente el campo axiológico hasta volverlo prácticamente deslizable. Hoy no existe ni bien ni mal como juicios de valor fijos, sólo se trata de actuar conforme a intereses propios del individuo, y a lo que éste interprete como bueno o malo según la situación en la que se encuentre y los intereses que persiga o bien, los placeres que busque obtener. Lo que es bueno para muchos es malo para otros y viceversa, es decir, la modernidad secular vino a relativizar las vidas humanas, literalmente “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira” diría Shakespeare.
             En primera instancia esto puede parecer bastante idóneo puesto que “libera” al sujeto de los marcos de referencia convencionales y tradicionales de la sociedad, y le permite guiar su comportamiento de acuerdo a sus propias convicciones.  Sin embargo, la idoneidad de esta situación radicaría en el hecho de que el relativismo es un producto de relaciones sociales independientes, no influidas por los procesos de socialización que tradicionalmente forman a los individuos, y todo indicaría que se ha llegado a un acuerdo en el que ni a uno ni a otro le produce importancia significativa lo que ambos hagan o cómo dirijan su comportamiento, pues se piensa que debido al desinterés real del uno por el otro no hay posibilidad alguna de afectarse. Todo es relativo y todo se reduce a una concepción radicalmente individualista/egoísta de la vida social, lo que conlleva a la conformación de sociedades ironizadas, ya que por un lado nos desarrollamos bajo un entramado de relaciones sociales aparentemente institucionalizadas sin permitir que estás cobren real importancia en nuestra vida individual. Hemos dejado de ser intrínsecamente sociales, como dirían los clásicos, para pasar a ser extrínsecamente sociales. Esto implica que lo social, lo colectivo, lo comunitario, lo grupal, ha sido gravemente frivolizado en la época moderna, ya que el individuo sólo se proyecta socialmente cuando esto es necesario para la consecución de intereses personales. Es por esto que la dimensión económica se ha tornado tan significativa en las sociedades contemporáneas, el individuo moderno tiende a desarrollar una visión exclusivamente economicista/utilitarista de la vida, mientras que pierden valor las concepciones comunitarias de solidaridad, colaboración, corresponsabilidad, fraternidad, equidad, igualdad, etc. El comportamiento que asumen los individuos que se involucran en grupos del crimen organizado son un claro ejemplo de este fenómeno, al tratarse de una persecución de intereses particulares exacerbada e irracional, encubierta con un falso sentido de pertenencia.
             La “dictadura del relativismo”, tal como acuñó el término Raztinger, es entonces la plataforma perfecta para el desarrollo de la anarquía cultural que actualmente caracteriza a Occidente. Esto, inexorablemente recae en la perdida de la identidad social e inclusive nacional, sólo se generan divisionismos en todos los ámbitos de la vida social, la democracia carece de consenso, el progreso se estanca y la crisis estructural se entroniza cada vez más. Y así bajo una profunda problemática sistémica el individuo moderno relativista, líquido y deslizable por cultura, no tiene los recursos necesarios ni la disponibilidad para sufrir estructuralmente por un cambio social, pues careció de esto en sus respectivos procesos de socialización durante su desarrollo como sujeto. Así, el relativismo crea sujetos de inercia social, tal cual los define la dictadura mediática de nuestros días. Por ello el cambio social se ve tan lejano en estos tiempos.        
             En este sentido, no se trata únicamente de ir en contra de las prohibiciones que hace la Iglesia católica respecto a varios sucesos culturales de la modernidad, esto sólo reflejaría un análisis exclusivo de la actitud tomada por esta institución frente a los fenómenos culturales de las sociedades modernas, y no en sí de la modernidad y sus consecuencias. Por supuesto que hay que ser críticos con cualquier tipo de atavismo que quiera frenar por caprichos tradicionales el progreso de los pueblos en toda materia, pero también hay que saber reconocer que las instituciones modernas también tienen caprichos evolutivos cuya evolución no tiene ninguna dirección concreta, mucho menos segura. La cada vez mayor capacidad de reflexión que trajo consigo la modernidad no tiene porque ser desbordada por una irracional radicalidad de la racionalidad. Los sujetos modernos tenemos que ser críticos con la modernidad y guiarla de acuerdo a intereses colectivos y no en base a intereses atomizados que pierden el sentido del progreso. En efecto, a la Iglesia católica no ha logrado abrirse a la modernidad, sólo se ha esforzado por permanecer en ella, lo que le ha costado entrar en esta profunda crisis institucional y espiritual en la que se encuentra, pero también hay que ser cautos y reconocer que hace planteamientos interesantes respecto a la cuestión social y sus elementos característicos. Después de todo, es una institución que ha venido acompañando a la historia desde hace casi dos mil años. Tiene experiencia y conoce a la humanidad; y más allá de sus afanes evangelizadores y civilizatorios, esencialmente es una religión cristiana que desde sus orígenes proclama y busca la paz, la fraternidad y el bienestar integral de la raza humana, tal cual lo hizo el propio Cristo su fundador. Entonces, sin dejar de criticar y exigir una respuesta más contundente de todos los yerros del la Iglesia católica, rescato del pontificado de Joseph Ratzinger sus planteamientos acerca de la “dictadura del relativismo”, mismos que son una invitación a reflexionar y criticar de manera sincera y honesta los pros y contras de nuestra época moderna, con la finalidad de estar más conscientes del camino que estamos siguiendo y del destino que estamos trazando como raza humana.                    

miércoles, 13 de febrero de 2013


Reflexiones personales, de viajes, calles e historia
Samuel F. Velarde      
                

A Celeste Alcalde y Renzo Sarchi

                En 2010, tuve la posibilidad de estar en Corea, en la ciudad de Busan, donde la Universidad de Estudios Extranjeros, celebraba los bicentenarios de las independencias de América y el centenario de la revolución mexicana, asistí en aquella ocasión en calidad de ponente, fue una experiencia increíble el estar en un país asiático paradigmático y hablar de un proceso de mi país, la revolución. Sin embargo lo central aquí es la ciudad donde estuve. Por lo general el estatus de turista y la cultura de únicamente tomar fotos y captar lo superficial, es generalmente lo que uno hace, pero luego, las circunstancias te invitan a ver las cosas de manera diferente. Así al caminar por sus calles, pensé ¿qué recuerdos guardarían sus edificios, banquetas, sus árboles y sobre todos sus ancianos, aquellos que vivieron días aciagos durante la guerra intercoreana?.
                En la historia surcoreana Busan tiene un significado muy importante, no solamente porque es la segunda ciudad más grande de Corea luego de su capital Seul, sino porque aquí se han suscitado  hechos históricos relevantes, en ese inter estaba en proceso de elaborar mi tesis doctoral sobre la sociedad civil surcoreana y sabia del protagonismo de Busan como ciudad contestataria durante la dictadura. Pero mucho antes, durante la guerra de Corea la ciudad fue la única que no fue tomada por los norcoreanos, convirtiéndose en la ciudad bastión del gobierno surcoreano. Por ello, las Naciones Unidas bajo la egida norteamericana impusieron un cerco alrededor de la ciudad, de hecho ahí existe un monumento a los países que intervinieron en su ayuda.
Pero también Busan fue una ciudad que se opuso a la dictadura de Park Chung hee, el 16 de octubre de 1979, hubo una gran manifestación que puso en jaque al gobierno, al grado que una división del ejército ocupó la ciudad, desencadenándose una feroz represión por todo el país, días después Park sería asesinado por el jefe de la inteligencia coreana en una pugna inter cúpulas. ¿Cuántas vidas se perdieron, cuantos presos políticos busaneses si se me permite este gentilicio, morirían en cárceles o aún viven recordando su lucha?
Y en esta remembranza histórica recorrí sus calles, yéndome en la historia y gozando más del espacio urbano y del ambiente asiático que rodeaba mi identidad juarense y occidental.   
Luego, en el 2012 estuve en La Plata Argentina, me sucedió  la misma experiencia al caminar por sus bellas calles repletas de jacarandas y otro árbol que se me olvida su nombre, donde ambos emiten en primavera un exquisito perfume que combinado con la humedad de la ciudad, hacía del ambiente algo especial. Pero en aquellas calles de amplias banquetas, durante la dictadura militar del general Videla sucedieron hechos graves. Desapariciones de personas, asesinatos, tortura y represión. No se puede uno imaginar cómo detrás de la simpatía de los argentinos y su forma tan desinhibida de ser, pudo existir una etapa realmente cruel. A finales de los setenta tanto agentes del gobierno, como integrantes de la fatídica triple A (Alianza Anticomunista Argentina), hicieron de las suyas con miles de personas catalogadas de peligrosas para el sistema. Al caminar por las aceras de  La Plata, por las calles 41, la 56, la 7, la 4 en fin, mientras admiraba sus calles arboladas me imaginaba el miedo de aquellos tiempos, la angustia de muchos argentinos al verse copados y aislados para nunca más, volver a contemplar la luz del día.
En Corea, conocí a Sergio Grez Tosso historiador chileno y me llamaba la atención como él coleccionaba los mapas de la ciudad, los folletos que nos daban en determinado lugar, cualquier cosa que se convirtiera en material de análisis, luego comprendí que era su forma de hacer historia, sus indicios, para luego de lejos y con el tiempo, entender la historia de esa ciudad, del lugar.
Todas las ciudades poseen su lado oscuro, su historia clandestina, sin embargo al ir como simples visitantes, muchos no perciben la quintaescencia de lo que ven a simple vista. Nuestra querida Ciudad Juárez por ejemplo, tiene su lado nefasto, sus muertas, sus desaparecidas y desaparecidos, sus violaciones a los derechos humanos, es decir su historia triste y definitivamente poco conocida en realidad, que avergüenza y desconcierta. Pero así son las historias de las ciudades, aunque las que más aparecen son las del glamur o las del discurso oficial, monumentos, jardines, bares, teatros, sin embargo la otra historia hay que buscarla, es parte del quehacer sociológico, sobre todo. 

viernes, 1 de febrero de 2013

La república zapatista, ficción o realidad?
                                                                                                           
Samuel F. Velarde

Para ser realistas bajo un mundo súper realista donde todo es caos y choque de poderes, el idealismo de la fraternidad pareciera estar ya muy pasado de moda. En un mundo aparentemente global pero fragmentado en sus diferencias pre modernas, existen diversos intereses que hacen pensar en aquel viejo adagio mexicano “primero mis dientes luego mis parientes”. Esto a propósito de la marcha zapatista donde sorpresivamente (como es su atinada costumbre) cientos de indígenas chiapanecos desfilaron por sus derechos y objetivos de lucha, pero a la vez haciéndose indudablemente visibles, muy encomiable por cierto.

Sin embargo, aquella figura del carismático Marcos y su lucha indigenista en apariencia nacional, a estas alturas está claro que fue una lucha reducida únicamente a la región chiapaneca, donde confluyen etnicidades diversas, aquello nos emocionó a todos porque representaba el levantamiento de la moral de un pueblo realmente diezmado y marginado de lo social (como otros pueblos indígenas). Pero luego todo se esfumó bajo acuerdos o estrategias tanto gubernamentales como del mismo zapatismo, con el tiempo todo aquello parecía olvidarse en el imaginario no zapatista, mientras tanto, otros indígenas como los raramuris o tarahumaras seguían en las mismas, sin que nadie por supuesto emulara a un Ejército Villista de Liberación Nacional por ejemplo.

Ahora nuevamente el zapatismo reflejado en esa manifestación del silencio, uno se pregunta ¿qué tanto fue un movimiento regional muy de ellos (y con sobrada razón) desintegrado de otras problemáticas nacionales?, aunque en su momento Marcos ha condenado como movimiento político-armado la problemática sobre las muertas de Juárez y sobre las víctimas del narcotráfico, como lo hicieron cientos de ONG y OSC, pero lo más loable es su acertada critica sarcástica al neoliberalismo. Acá en el norte muchos opinan como reproche, que el zapatismo como una gran fuerza de presión, se mantuvo silenciosa ante los grandes problemas nacionales, raro, porque en su tiempo miles de mexicanos alzaron la voz a favor del EZLN y sus objetivos de inclusión social.

El zapatismo está vivo, al menos fue el mensaje que la marcha del silencio emitió, sobre todo un mensaje directo a la nueva administración priista, donde ha colaborado en el equipo de transición la supuesta hermana de Marcos. Además su marcha tal vez vaya en el sentido de mostrar su fuerza de convocatoria que ya la quisiera el yo soy132 o la Marcha por la Paz de Sicilia. Es cierto, los zapatistas bien pudieran formar su República, si Quebec y Escocia han intentado su independencia o mayor autonomía, ¿por qué pensar que ellos no lo podrán hacer en un futuro? Finalmente, si el mundo cambió geográficamente luego de la guerra fría, no podrá cambiar al hacer crisis el capitalismo neoliberal contemporáneo?

Leyendo un artículo de Marcos Roitman Rosenmann en la Jornada (19/Enero2013), sobre los mapuches chilenos hay que reconocer el levantamiento zapatista, al menos como un muro de contención que ataje las barbaridades neoliberales y sus corifeos, esperemos.





lunes, 28 de enero de 2013


México: el resurgimiento de la izquierda y sus problemas

José Roberto Hernández Fuentes

Antes las actuales problemáticas que aquejan hoy en día a los mexicanos en todas las dimensiones de la vida social, parece observarse un intento de revitalización de la izquierda en este país, o bien, al menos hay muestras de querer salir de la inercia en la que se ha estancado por varios años. El movimiento #Yosoy132, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, los movimientos o el movimiento de las madres de mujeres jóvenes desaparecidas o asesinadas, el movimiento liderado por Andrés Manuel López Obrador, las diversas Organizaciones No Gubernamentales o Asociaciones de la Sociedad Civil en la defensa de los derechos humanos entre otras, y por supuesto la vuelta a la escena política nacional del EZLN con su emblemático líder (o uno de sus líderes) el Sub Comandante Marcos, asoman un posible resurgimiento de la izquierda política y social en México. Además de estos, también me atrevo a englobar en este grupo de personas y organizaciones a todos aquellos mexicanos que sin pertenecer a algún movimiento de izquierda, piensan, reflexionan y viven de acuerdo a esta perspectiva ideológica.
                Esto sin duda es, en primera instancia, positivo para la sociedad mexicana en general, pues representa un bloque crítico, alternativo y con propuesta ante los diversos fenómenos del acontecer diario y ante la forma en que proceden los gobiernos municipales, estatales y federales. Sin embargo, la izquierda siempre afronta problemas hasta consigo misma, y en esto radica su complejidad y su conflictividad. Ser de izquierda puede ser “problemático” tanto en su proyección externa como en su comprensión interna.  Por un lado, en su exterioridad, su aparente problema recae en su radicalidad crítica y propositiva. Muchas veces a la izquierda se le señala como holística, precisamente por su carácter antisistémico, lo que es considerado por sus detractores como poco o nada pragmático a la hora de definir soluciones a problemas cotidianos que son vistos a una escala mucho menor. Sostengo, que la mayoría de las veces la izquierda se ha confundido si no perdido en este prejuicio infundado. Y cuando esto sucede, la izquierda pierde su valor y su esencia como perspectiva ideológica, se acobarda o en el peor de los casos termina por enajenarse en los regímenes derechistas neoliberales. Eso ha pasado en México al menos a nivel de sistema de partidos.
                Por otro lado, en su carácter interno, sus propios principios la han llevado a conflictuarse constantemente. Los valores que promulga, la diversidad de pensamiento y por ende de acción que defiende son aspectos de una nueva izquierda que afronta, también, grandes retos en su interior. La heterogeneidad y el gran valor que cobra como principio renovador de esta ideología es una tarea que no se ha logrado resolver a la hora de buscar y definir acuerdos respecto a propuestas y soluciones a problemáticas determinadas. Tal característica ha producido que los procesos sociales y políticos que surgen desde esta óptica se vuelvan lentos y faltos de cohesión. Esto también se ha convertido en un punto débil que es aprovechado por sus detractores para denostar o perjudicar cualquier propuesta o acción que provenga de la izquierda.
                Sin embrago, ambos problemas que a mi parecer enfrenta esta corriente ideológica han sido más por atribución que por algo que realmente suceda con la izquierda. Es decir, la izquierda tiene que asumirse como tal, y postularse como un pensamiento complejo que es capaz de abordar una crítica propositiva holística a partir de su heterogeneidad. El problema real es que no ha sabido cómo resolver esta relación entre su holismo como matiz crítico y su carácter heterogéneo  como matiz propositivo. Es fundamentalmente antisistémica y por consecuencia busca el cambio estructural. Es diversa en su pensamiento y por ende sus búsquedas parten desde diferentes posiciones. A pesar de esto, el panorama no es tan complicado como parece. Primero porque el sistema tal como está no funciona, o bien, no funciona para todo el mundo, existen grandes y latentes desigualdades sociales y económicas que por más “intentos” que se hacen no se logran resolver. Pobreza, desempleo y violencia por doquier gracias a este sistema que se dice nuestro. Es claro entonces que “nuestro sistema” ya no funciona, si es que alguna vez funcionó. Y los mismos funcionalistas ya no han encontrado soluciones a las patologías sistémicas. Es claro también que necesitamos urgentemente otro tipo de estructura social, política y económica, que sea justa y equitativa para todos. La izquierda siempre ha propuesto el cambio estructural, y no debe cambiar su posición. El estado crítico del estado de cosas actual es una real posibilidad para que su pensamiento entre en acción.
                Su diversidad interna más que un problema debe transformarse en una gran ventaja, pues proporciona una enorme lluvia de ideas y propuestas, que tienen que entrar a un obligatorio proceso de diálogo y comprensión, donde la democracia debe de afianzarse como cimiento fundamental para la toma de decisiones. Es en este punto donde la vasta heterogeneidad que incluye la izquierda debe de hacer valer el entramado axiológico que le distingue y desterrar cualquier vejo de imposición o arbitrariedad. En este sentido, la izquierda no debe de permitir que su diversidad se convierta en una masa pesada que la lleve a su hundimiento, sino respetar su propia esencia plural y hacer valer ese respeto que tanto exige. El respeto a la diversidad no debe polarizar, atrincherar o fragmentar a la izquierda, por el contrario debe proyectar unión, corresponsabilidad, colaboración en cuanto a propuestas y acciones que de ahí surjan. La diversidad de la izquierda debe entender que cualquier acto propositivo o acción resolutiva tiene como fundamento el bien común y es en éste último en donde nace precisamente ese respeto a la diversidad. El bienestar es un principio fundamental de la vida humana, la diversidad es una característica humana de nuestra realidad, una cosa no se pelea con la otra. Y si el bienestar tiene sus raíces en el diálogo, la comprensión y la democracia, es precisamente porque este es el único proceso mediante el cual la diversidad puede alcanzar el bienestar humano.
                En México tenemos una buena oportunidad para lograr reivindicar a la izquierda como corriente ideológica de alcances humanos. Todos esos movimientos que enhorabuena han surgido, más allá de que en el discurso manifiesten reclamos y defensas de diferente índole encuentran varios factores comunes, como la justicia, la igualdad, el respeto a los derechos humanos, y en general un bienestar social integral. Es a partir de estas bases de donde debe partir la unión de esos grupos y personas, trabajar conjuntamente en la búsqueda de metas distintas pero objetivos comunes. Aquí radica la unión de la izquierda diversa, más no difusa. En la sociedad mexicana este proceso parece comenzar con la puesta en escena de diversos actores que luchan por la justicia en todas sus dimensiones. Esperemos que no prevalezca el ego intelectual que muchas veces aparece perjudicialmente en esta corriente de pensamiento, y puedan generarse los vínculos necesarios para formar un verdadero y cohesionado bloque de izquierda que respete la esencia de esta ideología y la asuma como tal. México tiene esta oportunidad.     
                 

miércoles, 2 de enero de 2013


Suicidio juvenil, el tiempo como arma letal.

José Roberto Hernández Fuentes.

Hoy por la mañana al leer la prensa me encontré con una nota que aborda algunos resultados de un estudio realizado por el Instituto Nacional de Psiquiatría cuyo temática es el comportamiento adolescente. Uno de esos resultados tiene que ver con el suicidio en este prematuro sector de la sociedad mexicana. Y es que la tasa de este lamentable fenómeno se ha elevado gravemente en rangos de edad que son sorprendentes. En datos fríos el suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes, sólo por debajo de los accidentes automovilísticos y el cáncer. De acuerdo a la nota, de los años que van de 1990 al inicio del nuevo milenio el suicidio se incrementó en un alarmante 150% entre mexicanos de 5 a 14 años de edad, mientras que en los adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años de edad el aumento suicida fue del 74%. Bajo este sombrío panorama hay varios aspectos que destacan para el análisis de este negativo suceso.

El primer aspecto inquietante es el hecho de que sean niños, adolescentes y jóvenes los que están optando por perecer. A esas edades cualquiera pensaría que se tiene toda una vida por delante y que hay mucho por hacer, “el futuro está en tus manos” se les dice comúnmente a los jóvenes. Pero es un hecho que la realidad no es tan benévola. Se plantea entonces una cuestión en la que la decisión que se tome tiene que ver fundamentalmente con el tiempo y lo que se espera que traiga consigo. Me explico: el suicidio en primera instancia puede verse como una decisión personal, “¿lo hago? o ¿no lo hago?” “¿me quito la vida? o ¿vale la pena seguir viviendo?” Pero también es una decisión en la que influyen factores de índole social, cultural y económica según sea el caso, aunque a final de cuentas todo se vuelca sobre una decisión personal “¿intento sobrevivir a pesar de todos los obstáculos?” o “¿me rindo ante la aparente imposibilidad estructural donde la vida no tiene sentido?” es aquí donde los condicionantes de la estructura social atacan agresivamente las voluntades individuales cuestionándolas fuertemente tanto en el sentido como en la razón de la vida. 

Por otro lado, ante la disyuntiva suicida de “vivir o morir” la vida sigue siendo una opción, aunque esta sea la más remota, sólo que esta opción posiciona al potencial suicida como blanco de un buen número de cuestionamientos que se encuentran ya muy bien rotulados en lo que se conoce como conciencia colectiva, sobre todo en los actuales tiempos modernos, en los que se espera cada vez más de los individuos. Preguntas tales como ¿qué hacer con mi vida? ¿cómo hacerlo? ¿con qué recursos? ¿a qué tiempo? ¿me alcanzará el tiempo? ¿qué aporto? ¿qué valgo? ¿quién soy? ¿qué tengo? Son las que se trazan al pensar en “toda una vida por delante” o bien en “la construcción de un futuro”. Desde luego, este tipo de interrogantes al hacerse a tan temprana edad terminan colapsando al individuo en una situación altamente angustiosa, que lo puede llevar a tomar la decisión suicida. En este panorama resalta el hecho de que en la actualidad los adolescentes y jóvenes acumulen tanta exigencia a tan temprana edad. Esa exigencia proviene de un complejo cultural en cuyos valores fundamentales ya no se encuentran ni la paciencia ni la prudencia, todo debe de hacerse lo más rápido posible, inclusive con gran avidez. De ahí la cualidad de “líquida” que Bauman le atribuye a la sociedades modernas.        

De esta manera, el presente se torna completamente angustiante debido a un futuro incierto y a un pasado al cual no se le observa ningún valor lo suficientemente fuerte como para apoyarse en él. Bajo esta cruda lógica es donde planteo que el tiempo se transforma en un arma letal para el potencial suicida. Ahora bien, ¿por qué el tiempo se vuelve un arma letal contra los adolescentes y jóvenes de hoy en día? En lo personal me parece que la respuesta recae en un cada vez mayor descuido institucional sobre este sector de la sociedad. Pareciera ser que para las instituciones políticas y económicas los jóvenes no interesan en lo más mínimo. Sólo basta echar un vistazo dentro de la sociedad política en México para ser testigos de la poca o prácticamente nula participación de los jóvenes en actividades de esta índole, a pesar de que se han convertido en uno de los sectores más críticos de la sociedad y de la política nacional. No se genera un peso político de los jóvenes, y por ello es que comienzan a actuar como contrapeso de una política negligente que los rechaza y los margina. Mientras que en la sociedad económica estos representan sólo un blanco para el consumo en el que la frívola mercadotecnia finca sus principales intereses comerciales. Asimismo, las dificultades para la consecución de un empleo debido a la lógica y natural falta de experiencia es la repuesta generalizada que obtienen los jóvenes de las instituciones económicas. Es esta la esencia de un mercado perverso que por un lado incita y seduce a los jóvenes hacia el irracional consumo, y por el otro no les brinda las oportunidades económicas necesarias, ni siquiera básicas, para poder realizarse plenamente como consumidores. En este sentido es el mercado el que siempre sale victorioso, pues se convierte en un mercado unidireccional, es decir de ingresos y no de egresos. Al tiempo que los jóvenes enajenados por la droga consumista se ven obligados a optar, en un buen número de casos, por alternativas no convencionales que alteran la ya de por sí alterada la estabilidad estructural de las sociedades.

Entonces, los jóvenes no son tomados en cuenta en la construcción de su país, de su sociedad, ni tampoco son vistos como el futuro de la economía nacional. Se han convertido sólo en un cliché de los discursos políticos y de los intereses económicos. Se comienzan así a perder las generaciones, sus capacidades y potencialidades, no hay un desarrollo generacional y la figura del joven se oscurece y se frivoliza en el estancamiento. El resultado de esto son generaciones sin perspectiva ni valor, sectores efímeros utilizados para fines perversos de índole político, económico y hasta criminal. Por esto el futuro se vuelve una completa incertidumbre, porque no se prepara a la juventud que representa precisamente ese futuro social. Ante tal espectro, muchos jóvenes sólo se ven en la posibilidad de tomar la decisión suicida, tal como lo ha indicado el estudio que comento al iniciar este articulo.

Dentro de la tipología suicida durkheimiana, los suicidios de los jóvenes adolescentes mexicanos pueden ser del tipo egoísta y del tipo anómico, no así del tipo de suicidio altruista. El primero es consecuencia de una depresión general en donde el potencial suicida no encuentra la fuerza de voluntad suficiente para seguir con su vida, no observa ningún motivo que lo anime a seguir respirando. El segundo se  genera a partir de un sentimiento de marginación del sistema, no se encaja en el entorno, no se entienden el individuo y la estructura, lo que causa gran desilusión, molestia y cansancio agónico. El suicida altruista decide quitarse la vida prácticamente por un sentido patriótico de la existencia, se ve la opción mortal como un deber y a favor de cosas mejores.

Sin oportunidades a futuro, el presente se vuelve insustancial y el pasado no cobra ningún sentido, tal situación puede generar ya sea un elevado grado de depresión en el joven que no es capaz de observar nada que le reditúe en el porvenir, o bien una gran irritación por no encontrar en su contexto mediato condiciones que le favorezcan o le ayuden a realizarse de acuerdo a su voluntad. Todo esto puede conducir a interpretar la vida como una existencia sin significado ni valor y por ende a optar por la muerte como una salida a la incertidumbre del individuo moderno. Ya sea suicidio egoísta o suicidio anómico –de acuerdo a los establecido por Emile Durkheim– el caso es que los jóvenes están tomando decisiones drásticas respecto a su existencia, literalmente shakespeareanas del “ser o no ser”. Este acontecimiento es otro de los muchos que nos lleva a replantearnos el tipo de sociedad y de cultura que hemos o nos han formado. A dónde se está empujando a los individuos y por qué a tan temprana edad. Un joven fallecido es futuro corroído, y si las nuevas generaciones se ven obligadas a optar por la muerte, entonces en manos de quien estamos dejando nuestro futuro. Los jóvenes tenemos que dar la batalla, sin aceptar amedrentaciones sistémicas, ni obstáculos de poderes codiciosos llenos de avaricia. Por el contrario ser conscientes de nuestra capacidad y de la real posibilidad de nuestros anhelos. Tomar la realidad como un reto y no como una desilusión, optar por la vida y no por la muerte, porque en el espíritu juvenil reside la esperanza y esa es inmortal.

Ustedes han dispersado a mis ovejas y las han echado en vez de preocuparse de ellas. Pero ahora me voy a ocupar de ustedes por todo el mal que cometieron, palabra de Yavé. Voy a reunir el resto de mis ovejas, llamándolas de todos los países adonde las haya dispersado. Las haré volver a sus pastos, donde se criarán y se multiplicarán. Yo pondré al frente de ellas pastores que las cuiden, y nunca más temerán ni serán asustadas. Ya ninguna se perderá (Jer 23:2-4).