sábado, 28 de abril de 2012

La mujer mexicana: entre las limitaciones y la participación social
Samuel F. Velarde[1]

La democracia mexicana y el desarrollo de un país moderno, no se puede entender sin la activa presencia de la mujer sin importar distinción alguna, en este sentido va la siguiente reflexión, pero también como llamada de atención a un mundo masculino que como están las cosas, en mucho ha fallado.
La mujer mexicana, ha transitado por una serie de situaciones difíciles, la historia lo ha demostrado una y otra vez, ser mujer en México ha conllevado sacrificios, invisibilidad, maltratos, incomprensión, incluso denigrar el rol de madre. Ser mujer en un país donde su identidad se construye a costa en ocasiones de una marginación premeditada, fue una desgracia mayúscula. Aún así, la tragedia de ser mujer se fue convirtiendo en una esperanza: en soñar con libertad, igualdad ante el hombre, o la posibilidad de irse educando para colaborar con un proyecto de nación paradójicamente masculinizado.
Actualmente, el país recorre por una senda algo inquietante, aún no se resuelven varios problemas que se plantearon hace años, concretamente la situación de la mujer indígena, que sumida en sus tradicionalismos y pobreza, refleja todavía un pasado excluyente y primitivo. Más allá de las culturas y  las idiosincrasias, hay algo pendiente en este renglón socio-histórico. De la misma forma, la violencia contra la mujer sigue su lamentable curso, es el caso concreto de la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez, inaudita patología social donde han sido dilapidadas física y simbólicamente, sin que hasta el momento existan soluciones específicas que terminen con tal ignominia.
            Hay pendientes en la educación, en la política, la empresa, en las Fuerzas Armadas que hasta hace poco incluyen a las mujeres en la carrera de las armas. Entonces, el país necesita una buena dosis de políticas donde las mujeres puedan alcanzar su desarrollo y ambiciones personales, como parte de una democracia plena.
            En tiempos electorales, rescatar una identidad femenina nacionalista, sería importante en momentos en que todo se ha globalizado, para bien en ocasiones de intereses no precisamente constructivos, es decir, es clave fomentar una identidad femenina que prosiga con los valores de una feminidad moderna, pero dentro de una serie de valores mexicanos, una amalgama entre lo mejor de la modernidad ( en términos de ciudadanía, participación, educación, salud) pero sin olvidar los valores de una tradición mexicanista (honestidad, amor por si misma, fidelidad, apego a la familia).
            La mujer hoy en día es un actor imprescindible en la sociedad actual, pues su presencia se ha consolidado paulatinamente, por otro lado, ha tomado la batuta en varios problemas donde el hombre no precisamente se ha destacado: es gestora en los barrios pobres, es lideresa mientras el hombre va en busca del sustento diario, es madre soltera, mujer que ha decidido hacer uso de su maternidad con valentía y amor, es una obrera que produce estándares de calidad sumamente rigurosos aún cuando su vida carece de calidad. Incluso es policía y curiosamente, muchas no se han dejado corromper. También es política, artista, intelectual, profesionista, ante todo es madre y trabajadora de su hogar, sin sueldo, sin servicio médico, sencillamente procurando dar amor y responsabilidad en aras de una familia consolidada y  funcional.
            En tiempos electorales es importante una candidata presidencial mujer, más allá de simpatías a su partido, esto permitirá abrir más espacios participativos.
            En Ciudad Juárez, las mujeres han dado bastante, si hacemos un recuento, su heroicidad está comprobadísima, luchadoras sociales, activistas de derechos humanos, trabajadoras, ¿a qué hombre le gustaría ocupar ese lugar?, dudo que muchos lo quisieran.


[1] Sociólogo.

martes, 3 de abril de 2012

Homenaje a Gomezjara: anécdota


Samuel F. Velarde

Tuve la fortuna de ser alumno de Francisco Gomezjara en la Universidad Autónoma Metropolitana en 1976. Impartía la clase de Sociología Rural, era un profesor abierto y alegre, su gran experiencia en el conocimiento del campo mexicano, lo hacía una autoridad en la materia. Posteriormente, lo encontré en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez allá por 1985, al visitar esta universidad para impartir un curso sobre metodología de la investigación. En esa ocasión pudimos charlar informalmente en un Sanborns, para al día siguiente visitar algunas colonias pobres de la ciudad y a la mas rica, en una especie de tour sociológico. Recuerdo que en aquella ocasión él hacía una investigación sobre las drogas. En la charla se me ocurrió comentar sobre que "el narcotrófico era la fase superior del capitalismo", parafraseando la famosa frase de Lenin. Le agradó la ocurrencia. Desafortunadamente ya no tuve contacto con el profesor, sin embargo merecido homenaje, como un destacado sociólogo mexicano, modesto y poco proclive al esnobismo intelectual.

Congreso de Sociología 2012

http://sociologiac.net/2012/02/08/congreso-de-sociologia-y-ciencias-sociales-prealas-2012-acapulco-mexico/