lunes, 24 de diciembre de 2012

                                                                                                                                       

Por  Lic. Renzo Sarchi

El concepto que da título a la presente nota constituye una clave fundamental de lectura al momento de analizar el escenario actual, desde una perspectiva tanto global como nacional, y aún más concreta si prefiere el lector remitirse a los acontecimientos que han tenido lugar en la provincia de Córdoba y la ciudad de Río Cuarto en los últimos meses. Específicamente, la profunda problemática que significa la producción con agrotóxicos para la salud de las personas y la preservación del medio ambiente.         

La acumulación por desposesión es un modelo que según su ideólogo, el teórico David   Harvey, no es nuevo, ya que constituye la estrategia de readaptación que viene llevando adelante el sistema capitalista desde la década del ‘70; aunque vale bien reconocer que en los últimos años ha adquirido una intensidad muy superior a la de sus comienzos. Se trata entonces de políticas típicamente neoliberales, centradas en la privatización y la financiarización como métodos para sostener al sistema capitalista de su desgaste cíclico por sobreacumulación, mercantilizando para ello ámbitos que tradicionalmente se habían mantenido cerrados al mercado. En el contexto más próximo, esto significa la acumulación por desposesión de territorio y bienes comunes por parte de los grandes intereses económicos. Significa trasladar a las poblaciones desfavorecidas el costo ambiental y sanitario del “desarrollo” que proponen dichos capitanes del modelo productivo. Significa, en pocas palabras, la extensión del poderío de Monsanto y su decisión de instalar sus plantas en la región.

Sin embargo, afortunadamente la sociedad no se ha mostrado indiferente frente a esta amenaza, tal es así que vienen tomando fuerza una serie de colectivos que se han manifestado en repudio de este modelo para pocos; e incluso más, ya han obtenido resultados que afianzan su lucha e incentivan la participación de sectores cada vez más amplios de la sociedad.

Cuando la sociedad se hace oír

El caso del Barrio Ituzaingó Anexo en Córdoba Capital puede situarse como el punto de partida de una causa que da muestras de consolidarse poco a poco. Todo se inició con un grupo de vecinos de dicho barrio, principalmente madres, movilizados por los graves problemas de salud que comenzaban a afectar a las familias del lugar; quienes entablaron una lucha por conocer las causas de tal problemática, y se organizaron para reclamar a las autoridades y visibilizar la gravedad de la situación. Hoy, diez años después, en un fallo histórico la justicia ya condenó en agosto pasado a un productor y un aeroaplicador por contaminación dolosa, y las consecuencias del uso de agrotóxicos cerca de zonas urbanas son ya públicamente incuestionables. Sin embargo, aún los intereses económicos que promueven este tipo de producción nociva para la salud y el medio ambiente permanecen inalterados, y la sociedad asiste en la actualidad a un momento excepcional para poder introducir un cambio de perspectiva. Acorde con esto, desde hace un tiempo hacia acá ya se han comenzado a organizar otros colectivos además de las Madres de Ituzaingó Anexo (http://madresdeituzaingo.blogspot.com.ar/), provenientes de diversas áreas académicas, científicas, sociales y culturales, como es el caso por ejemplo de Médicos de Pueblos Fumigados (http://www.reduas.fcm.unc.edu.ar) o el Grupo de Reflexión Rural (http://www.grr.org.ar/).

En la ciudad de Río Cuarto, la problemática también ha tomado relevancia, y la participación de distintos sectores sociales se ha hecho eco en ámbitos institucionales de transcendencia para la localidad. Tal es el caso de la Asamblea por un Río Cuarto Sin Agrotóxicos (ver información de contacto), colectivo que desde una convocatoria abierta y un funcionamiento horizontal ha venido trabajando para concientizar a la comunidad acerca de los perjuicios del actual modelo de agronegocios basado en la producción comercial de semillas transgénicas, agrotóxicos y fertilizantes industriales. Consecuentemente, la UNRC mediante Res. 322/12 del Consejo Superior, declaró su rechazo a la instalación en la ciudad de empresas multinacionales del monopolio del agronegocio como Monsanto, a la vez que dejó explícita su voluntad de incentivar un espacio de abordaje ético-político para la discusión de un modelo productivo alternativo al actual. Por otro lado, el Concejo Deliberante también resolvió dar su apoyo a la iniciativa, en tanto estaría programado para su última sesión tratar la ordenanza que regirá sobre la aplicación de agrotóxicos en el nuevo ejido ampliado de la ciudad.

La alternativa que se construye

Está claro que la modalidad extractivista y depredadora de la agricultura industrial es abiertamente contradictoria al desarrollo humano sostenible, por cuanto se basa en una lógica rentística que no responde a las necesidades alimentarias de las generaciones presentes tanto como compromete la calidad de vida de las generaciones futuras. Se procede entonces a la mercantilización del territorio, y con ello a la desposesión de la vida de aquellos que lo habitan, pues el modelo de los agronegocios atenta abiertamente contra el derecho que la resguarda en el marco de un medio ambiente saludable.

Por todo ello, que la sociedad movilizada le diga no a Monsanto, empresa que controla nada menos que el 80% de la semilla transgénica a nivel mundial, no es un hecho menor. Se abre así una alternativa, una causa conjunta que llama a participar a las diversas voces, individuales y colectivas, para que puedan pensarse otras formas de producir en armonía con la biodiversidad; una agricultura en función de las necesidades alimentarias de la población, la protección de la salud, la generación de trabajo y la distribución de la riqueza. Prácticas socio-ambientales sustentables y por sobre todo atentas al derecho de los pueblos a servirse de la naturaleza para satisfacer las necesidades de todos, inspirados por el respeto hacia aquellos que deberán servirse de este suelo en el futuro.

 

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