domingo, 30 de enero de 2011

 Esto... que habla desde latinoamérica

Hernán Nicolás Rosso*

Tal vez se les caigan las lentes a las mejores barbas viendo como este chiquilín les viene a hablar de espíritus dentro del materialismo; pero como gustaba decir Benedetti, desde que los hijos educan a sus padres, se acabaron los complejos de Edipo. La materia del mundo se nos va entre las representaciones hegemónicas (coladas por morales de alta burguesía); y si el confort convence, es por que parece funcionar y perdurar. Y les vengo aquí entonces a hablar de chamanismo, desde los lentes de Castaneda, discípulo del yaqui Don Juan. Primero hay que atender que la forma en que obtiene su eficacia la moral de opresión es por su adaptación del medio, buscando siempre normalizarlo. Así, por reflejo, nos preocupamos preguntando ‘¿Qué te pasó?’, porque que las cosas les pasen a uno parece tener sabor amargo, que mejor evitar. Lo que le ‘pasa’ a uno son las enfermedades, los velorios, las deudas, los robos; nunca los amores triunfantes, la fascinación en medio de melodías, ganarle una pulseada al patrón. Lo positivo son las posesiones, no los pasares, por más Machado y que lo nuestro es pasar. Así las preocupaciones cotidianas son las mejores escuelas de pequeño-burgueses. Nos creemos participando en la humanidad cuando todo viene como fue prescripto. Por tanto, nuestros mezquinos intereses que con derecho merecen nuestros insomnios nos van tirando de a poco al lado de las palabras y sermones, y no de las cosas y su hambre (que es una forma de llamar a las ansias o al esfuerzo por seguir). Es así que nos dice el místico chamán que para llegar al espíritu, ese fuego del que todos somos, hay que estar siempre al acecho de lo viene en acontecer; que significa paciencia sin dejar de actuar, el valor de aceptar la pluralidad sin llegar a la estupidez, la astucia sin presunción, matar la imagen de sí (yo individual que ha privado al hombre de su poder), sin ser cruel ni perverso. En virtud de esta imagen personal segura y bien adaptada a las exigencias capitalistas es que se ordena la modernidad. El modo de revertirlo es entonces poniendo en cuestión ese agente 'normalizador' (en su sentido tanto de 'normador' como de 'homogeinizador'). El mundo es tan común y regular como lo describe la prensa de reacción, y entonces se debe contra-corroborar esa creencia a fuerza del “desatino controlado”. Son contados los principios a partir de los cuales objetivamos al mundo (le damos su autoridad de mundo); entonces el brujo debe introducir en la realidad un objeto que sea disonante respecto a esos principios, de ese modo la conducta disciplinada pierde la fluidez en sus mecanismos, y el sujeto acontecido por el desatino controlado se ve en la forzosa necesidad de asechar, es decir, de atender a lo que le sucede, y no meramente actuar con los resortes de estímulo-respuesta que harto conoce el marketing y los tranquilizadores de RRHH. Una persona que es conducida por reflejo produce mejor que una que anda atendiendo a todo lo que hace. La mente, dice el yaqui, del hombre común funciona a modo de inventario, y está dispuesta a agregar todo elemento que no cuestione a lo ya inventariado. Así, la ‘creación’ de situaciones que quiebran la cotidianeidad es un modo de generar consciencia de que la realidad está hecha de materia-energía y no de palabras-representaciones; es una cuestión de esfuerzo y no de moral; a su vez que da a entender que el esfuerzo no se agota en la urgencia (típica legitimadora de intereses personales), sino que hay un mundo por debajo que se nos escapa. Por lo tanto, improvisen placer, reciten poemas con el semáforo en rojo, dancen con maniquíes, cepíllense los dientes contra las vidrieras del shopping, estornuden con los ojos abiertos, salten en una pata para comprar el diario, suban las escaleras de espalda, y tal vez, aunque nunca se puede estar seguro, la cosa empiece a girar a rompe-corriente.

*Argentino 22 años, de Córdoba, músico, escritor y estudia filosofía.





viernes, 28 de enero de 2011

El estado mexicano ineficaz ante la salud de su burocracia


Samuel F. Velarde
 a todos aquellos que no tienen su medicina para funcionar bien


Desde hace días existe desabasto de medicamentos en las clínicas familiares del Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), es decir la planta productiva del Estado mexicano (por no decir burocracia que en ocasiones suena peyorativo) profesores, empleados administrativos de las Secretarias de Estado entre otros, no tienen el medicamento necesario para seguir funcionado en esta sociedad, al menos con cierta seguridad en cuanto a su salud. ¿Se pueden imaginar a los diabéticos, hipertensos, en general con problemas cardiovasculares que existen en este sector y que necesariamente necesitan de sus medicinas para poder estar “bien” y que no las haya? ¿Les sucederá esto a los servidores públicos del Estado norteamericano, francés, argentino, sueco, brasileño?, no lo sé. Lo que sí sabemos, es que quincenalmente a estos trabajadores se les descuenta un porcentaje de su salario para servicio médico, cosa que no se cumple cabalmente.

Por supuesto que las elites burocráticas no van al ISSSTE, asisten mínimo al Hospital Ángeles o a cualquier institución que les garantice una excelente salud personal. Los afiliados al ISSSTE son la tropa, los sostenedores reales de las instituciones, tal vez por ello la burocracia en ocasiones falla, pues con una salud mermada, quien no. Y no se trata de despotricar per se, sino de analizar cómo cuando el Estado se deteriora, no solamente no puede cuidar a sus ciudadanos en términos de seguridad pública, sino asimismo en términos de salud pública. Bajo esta condición las instituciones se miden por su eficiencia y el ISSSTE no parece pasar la prueba.

Y el colmo de los colmos, no solamente no existe el medicamento apropiado, sino que incluso no hay vales para adquirirlos por fuera, es decir, no hay “papelitos” adecuados, para que el derechohabiente pueda tener su medicamento vía farmacias privadas. Desde el punto de vista de la sociología de la salud esto tiene explicación: burocracia ineficiente dentro de la burocracia (es decir quien vigila a los que vigilan) foucaultianamente un gran problema a dilucidar, pero también una insensibilidad humana, al no tener un proyecto de responsabilidad y transparencia institucional y lo más grave, que el actual Estado mexicano y sus operadores, no han acabado de comprender que los gobernados incluso la misma burocracia, tiene derechos que no han sabido corresponder.

En la preocupación, dice el filósofo checo Karel Kosik “el individuo se haya siempre en el futuro, y se sirve del presente como medio o instrumento para realizar sus proyectos”, pero ¿si la cura no existe? (digo yo)...cuales proyectos!!!!!.







El principal problema de México: no apostar por la educación
José Roberto Hernández Fuentes

México enfrenta hoy una de las peores crisis sociales de su historia. Graves problemas de corrupción y violencia han sucumbido hasta las entrañas de la estructura social mexicana, lo cual ha dañado considerablemente la estabilidad de las instituciones y por ende, trastocado el orden social. Lamentablemente no sólo nos agobian estos problemas; a lo largo de la historia, el país ha acumulado una serie de complicaciones en todas las dimensiones de la vida social. En términos de política, nos hemos estancado en la irresponsabilidad y negligencia de muchos de los funcionarios públicos que dicen representar los intereses de los mexicanos; corrupción, demagogia e ineficacia son sólo algunos de los calificativos más sutiles con que la ciudadanía define, en términos generales, a la figura del político en México. La relación entre la sociedad civil y la sociedad política en este país, se deteriora al tiempo que no se logra satisfacer las necesidades e intereses de los ciudadanos mexicanos.

En el ámbito económico, no se genera un impacto significativo en la calidad de vida de los habitantes, por el contrario, los índices de pobreza siguen manteniéndose e inclusive, por momentos, marcan ciertas tendencias a incrementarse. Asimismo, la elevada tasa de desempleo mantiene en constante vilo la tranquilidad de los mexicanos, aumentando la angustia y el estrés de prácticamente toda la clase media en el país. Por otro lado, en la cuestión cultural, algunas encuestas realizadas tanto por instituciones de gobierno como por organismos de la sociedad civil, sólo reflejan el poco interés de los mexicanos por la cultura. En el más reciente estudio elaborado por el Consejo Nacional para la Cultura y la Artes, se arrojaron resultados que reflejaron la seria crisis que atraviesa la vida cultural en México. En el terreno de lo social, la crisis de violencia que aqueja a todo el territorio nacional resume las condiciones en que se desarrolla la vida cotidiana de los mexicanos. Resulta entonces que son muchos los problemas a enfrentar y pocas las propuestas, mucho menos soluciones, para remediarlos.

Es difícil determinar un problema principal en México que funja como la raíz de todos los demás. Sin embargo, existe un elemento fundamental dentro de la estructura social mexicana, que pude ser la llave que abra la puerta de la soluciones en el país: la educación. En términos políticos, la educación define el tipo de ciudadano que marcará el rumbo de un determinado país o sociedad; en términos económicos, la educación eleva indudablemente la calidad de vida de los mexicanos, y les brinda más elementos para una digna sobrevivencia; la cultura es definida por la educación, ya que en una sociedad sin educación, la cultura sólo representa el adorno folclórico de una nación, lo cual lleva a la pérdida de la idiosincrasia de los connacionales y el peligro que esto representa; y en el ámbito social, la educación es el arma principal contra todo tipo de crisis que aqueje a una sociedad, ya que produce los elementos necesarios en el aspecto intelectual y práctico, con los que los ciudadanos respondan y generen soluciones desde su trinchera civil. De esta manera, la educación representa el factor común que debe caracterizar la vida social de los ciudadanos, en este particular caso, de los mexicanos. Así, una estrategia que busque combatir eficazmente la problemática nacional, debe de contener una considerable dosis del elemento educativo.

Sin embargo, para que la educación sea la guía que nos lleve a la salida del problema, debe de producirse un esfuerzo mayor en su mejoramiento constante, tanto de la sociedad civil (ciudadanía) como de la sociedad política (Estado). Desde la perspectiva civil, los ciudadanos tienen el derecho de exigir mejores condiciones educativas, pero también la obligación de elevar su responsabilidad respecto a su rol como parte importante en la formación de los futuros ciudadanos. En otras palabras, la sociedad civil no tiene que estar pasiva en el forjamiento de ciudadanos responsables, y por qué no, sustentables, esperando que sea el Estado y sus instituciones los únicos responsables de ejecutar esta tarea; a final de cuantas, esto termina por ser más peligroso de lo que pudiese pensarse. Por otro lado, el enfoque educativo del gobierno respecto a la ciudadanía, debe estar dirigido en el incremento de la calidad en la educación a través de una política social que centre su desarrollo en elevar los índices educativos en la sociedad mexicana, y así forjar la formación de ciudadanos corresponsables y cuidadosos del orden social.

México tiene que apostar por la educación si realmente quiere salir del hoyo en que está metido. No existen otras formas que solucionar el problema, y si las hay, no tendrían el mismo impacto que lo que se puede lograr con una sociedad educada. Las actuales estrategias sólo han dañado la ya dañada estructura social mexicana, y han debilitado sus principales bastiones institucionales, lo que lleva a ocasionar la pérdida del rumbo que debe llevar el país hacia mejores horizontes. Con una apuesta por la educación, el camino hacia la salida del túnel se tiene bien contemplado y puede caminarse con pasos firmes. Si no se apuesta por la educación, la sociedad mexicana se estancará en el vano reproche y vivirá únicamente de sueños inalcanzables.

martes, 25 de enero de 2011

FEDERICO ENGELS (1820-1895)


Ernesto Ortiz Diego *

“No es posible comprender el marxismo ni es posible exponerlo coherentemente sin tener en cuenta todas las obras de Engels”. V.I.Lenin.

Revolucionario genial y pensador socialista, Federico Engels fundó con Carlos Marx, El Marxismo. Nació el 28 de noviembre de 1820 en Barmen, Alemania.

En la Síntesis biográfica de Marx y Engels, redactada por Ernesto “Che” Guevara, escribió que los fundadores del Socialismo científico, se conocieron más o menos en octubre de 1842, el primero había roto con los jóvenes hegelianos y el segundo aún no, por lo que el primer encuentro fue más bien frío y no hacía sospechar la identificación que alcanzarían con el correr de los años.

El 24 de noviembre de 1859 apareció en las librerías de Londres (1,250 ejemplares) la edición famosa escrita por Charles Darwin, El origen de las especies por medio de la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Aquel mismo día se vendieron todos los ejemplares.

Entre los lectores hubo uno especial, el industrial alemán (era socio, de su padre, de una fábrica textil en Inglaterra) Federico Engels que tendría, en la vida de Carlos Marx, un papel decisivo. Rico, políglota y enterado de los problemas de la industrialización y la proletarización derivada de la Revolución industrial; lúcido y generoso (sin él la familia Marx difícilmente hubiera sobrevivido) y de notable curiosidad intelectual, leyó inmediatamente el libro de Darwin. Maravillado habló con Marx de El origen de las especies, porque, según él, confirmaba, por otra vía, la del materialismo histórico. No voy a entrar en el tema porque necesitaría un espacio más amplio. Marx dedicó El capital a Darwin.

Marx vivió en Londres, con su familia, desde 1849, siempre con el apoyo moral, intelectual y económico de su amigo entrañable, Federico Engels. En el seno de las dos familias, siempre con cariño; a Marx le decían “El Moro”; a Engels “El General”.

Marx y Engels, fundaron el Marxismo, definido por el sociólogo político greco-francés, Nicos Poulantzas (1936-1979), constituido por dos disciplinas unidas pero distintas, cuya distinción se funda en la diferencia de su objeto: el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.

El materialismo histórico –o ciencia de la historia- tiene por objeto el concepto de historia, a través del estudio de los diversos modos de producción y formaciones sociales, de su estructura, de su constitución y de su funcionamiento, y de las formas de transición de una formación social a otra.

El materialismo dialéctico –o filosofía marxista- tiene por objetivo propio la producción de los conocimientos, es decir, la estructura y el funcionamiento del proceso de pensamiento. Propiamente hablando, el materialismo dialéctico tiene por objeto la teoría de la historia de la producción científica.

Quien escribe, recomienda leer la biografía de Marx en este mismo espacio, para recordar los tres libros de Engels y Marx: La sagrada familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848); pero además, Engels escribió: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1884 ); El Anti-Dühring (1877-1878). Asimismo, impulsó la publicación de los tomos II (1855) y III de El capital (1894), después de la muerte de Marx.

Durante este lapso, Marx y Engels siguieron profundizando sus conocimientos en Economía Política pero, además, entraron de lleno en la política alemana, fundando en Colonia la Nueva Gaceta del Rin, amparados en el soplo revolucionario que corrió por toda Europa en 1848. Sus ideas revolucionarias influyeron en La Comuna de París (18 de marzo al 28 de mayo de 1871).

Estos fueron tiempos de recapitulación y de estudio. Marx publica La lucha de clases en Francia en 1848 a 1850 y el dieciocho brumario de Luis Bonaparte. Engels, por su parte, escribe La guerra campesina en Alemania y, Revolución y contrarrevolución en Alemania.

Cuando muere Marx el 14 de marzo de 1883, Engels pronuncia el discurso fúnebre ante la tumba de su amigo, una síntesis dice:

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador viviente. Apenas le habíamos dejado solo dos minutos cuando al volver le encontramos serenamente dormido en su sillón, pero para siempre.

Imposible medir en palabras todo lo que el proletariado militante de Europa y América, todo lo que la ciencia histórica pierde en este hombre. Harto pronto se hará sensible el vacío que abre la muerte de esta importante figura (…) su nombre vivirá a lo largo de los siglos, y con su nombre su obra”.

El 5 de agosto de 1895, a los 75 años, Engels murió víctima de un cáncer que hizo angustiosos los últimos meses de su vida portentosa por los atroces dolores que le provocaba. En sus últimos momentos de su vida, tuvo un gesto romántico, al dejar en su disposición testamentaria, instrucciones para que sus cenizas fueran arrojadas al mar del Norte, en un punto de la costa que gustaba frecuentar.

Como escribió Ernesto “Che” Guevara, con la desaparición de Marx y Engels, se cerraba un ciclo. Debía aparecer Lenin para iniciar otro más grandioso aún en sus efectos prácticos. La liberación del proletariado.

* sociólogo (UIA) y politólogo (IIEPA)

lunes, 24 de enero de 2011

Observatorio Sociológico publica este relato de un joven colega, una vivencia que ilustra una realidad sumamente común en Juárez.

A history of violence

Alejandro Sapién *

Es difícil terminar de aceptar este caos y masacre en que vivo y vivimos cada uno de los fronterizos, si claro, hay quienes desean seguir viviendo en su burbuja ya no tanto por indiferencia o apatía, sino por esquivar y no paranoicarse de la violencia en todos sus ámbitos. Se recurre a la tan mencionada lógica “hasta que me pase algo me sensibilizo” o “quizás participe en una acción social en pro de comunidad”; también a alguien le habrá tocado conocer a personas que se han visto envueltas en un hecho violento,  si no directamente alguien que haya sufrido una perdida de un amigo o familiar, o bien, inmiscuido en un secuestro, extorsión, robo, asalto, etc.; presenciado algo sangriento, o pasado por un centenar de policías o militares acordonando calles donde momentos antes se suscitó una ejecución.

Son muchos, sino cientos o miles de retenes que día y noche paso por la ciudad; “¿joven a donde va? ¿ a que se dedica?, ¿puedo revisar su auto? ¿Me da por favor sus datos para un mayor control?, venimos a cuidarlos”. Me rehusó acostúmbrame a esto, pero cada día que pasa se repita la misma fotografía, como si el tiempo fuera un aliado de todo este ambiente gris que carcome la tranquilidad, armonía y paz que por cierto ya hace mucho tiempo dejó de existir cuando menos para mucho gente de esta ciudad.

Gente de Veracruz que se va, casos de personas que se emigran al otro lado, a la vecina ciudad de El Paso o más arriba; no quiero irme, aquí está mi familia, amigos, una vida en plena construcción donde esta ciudad ha sido y será mi casa a pesar de la adversidad. Solo me queda en este momento escribir, ser parte de esta historia del presente, pues la escritura, así como la fotografía, u otras creaciones humanas, representarán la memoria de lo que alguna vez sucedió, como las imágenes de los campos nazis que se fundamentaban en no olvidar lo que pueda o no pueda volver a suceder.

Durante mi jornada de trabajo me estaciono para comer unas gorditas con Don Raúl allá en la colonia Guadalajara Izquierda, de inmediato lo que escucho antes de pedir mi orden, es la conversación de Don Raúl con un doctor hablando precisamente de la violencia en esta frontera, dice Don Raúl: “iban por mi papá los canijos pero lo confundieron con un bato, a ese bato lo subieron y ya despuecito lo bajaron cuando se dieron cuenta que no era mi jefe”, el doctor comenta: “yo ya ando en el paso”, le contesta Don Raúl, “órale ¿en El Paso Texas?”, responde el Doctor: “no hombre, en el paso de desnivel”, los dos ríen, sin embargo el doctor añade: “ No se crea Don Raúl, si ya cambié el consultorio al El Paso, y se acuerda el de las pinturas, el de la funeraria, pues ellos ya también cambiaron changarro”. Historias de vida como estas difícilmente las veremos, escucharemos y leeremos en los medios masivos, son vida particulares, voces de la vida cotidiana que en lo personal me informan mejor que una noticia a medias, o una nota con intención de vender el morbo y curiosidad de la gente.

Precisamente esto último el morbo y curiosidad, me terminaron de invadir este sábado pasado, como si la psicología de masas estuviera a la orden del día, como un fantasma acechando para invitar a respirar la muerte, que ya de por si ha tenido mucho jale, y pareciera confirmar su invulnerabilidad.

Eran las diez de la noche, y en eso sonaron una serie de ráfagas de disparos no muy lejos de mi casa como a dos cuadras, de inmediato la jefita no tardó en decir “no salgas mijo”, sin embargo, una ola de vecinos salían a ver que es lo que pasaba, sin saber uno en ese momento el verdadero motivo de tal llamado. Un vecino y yo nos asomamos apenas a la esquina, cuando a lo lejos vimos unas sirenas de "nuestros protectores de la justicia" (sarcasmo en ese instante), “ándale vamos a ver me dijo” “al cabo ya llegó la chota”; nos arrancamos y en medio de los dos parques, dos carros eran revisados por los federales; algunos vecinos comentaban entre si, “¿quién será?” “¿será alguien de aquí?, cuando en eso los federales empezaron a disparar hacia una dirección contraria a ellos como si fueran atacados repentinamente, uno de ellos con su fusil disparaba descontrolado como si lo hubieran herido, pero da la casualidad o infortunio que en medio de ese trayecto de los proyectiles se encontraban los vecinos como espectadores; me agache en cuclillas escuchando el aire o zumbido de las balas como un campo de batalla, observé a varios vecinos corriendo sin voltear, otros bocabajo con las oídos tapados, y cuando tuve oportunidad trote lentamente hacia un lugar más seguro, junto conmigo me rebasa un vecino agarrándose la muñeca de su mano derecha, la cual derramaba un chorro de sangre, él decía: “también le toco a Lucho una bala en el brazo”, mujeres y niños gritaban sin parar………………………………………………………………………………….

Y en el noticiero de la noche se decía que ningún vecino había sido herido.





*Sociólogo, analista de Educación en Valores.

jueves, 20 de enero de 2011

Institucionalización y crisis social en Ciudad Juárez

José Roberto Hernández Fuentes

La problemática social que atraviesa la zona metropolitana de Ciudad Juárez, ha sido abordada desde diferentes ángulos. Varios son los análisis realizados por diversos actores sociales y políticos respecto al episodio de violencia que caracteriza esta urbe. Sin embargo, la mayoría de estos análisis sólo se han enfocado en aspectos relativos a cuestiones del quehacer político y sus repercusiones en la vida social de los ciudadanos. Fallas en la toma de decisiones efectivas desde el gobierno, corrupción y negligencia política son las principales conclusiones sobre las causas de la violencia en Ciudad Juárez. El gobierno y los errores en su manera de hacer política constituye, en términos generales, la raíz de la agobiante problemática social que aqueja a la ciudadanía juarense.

Es indudable que gran parte de la responsabilidad sobre lo que acontece en esta metrópoli, se debe a lo conseguido por los gobiernos en turno que han llevado las riendas de Ciudad Juárez. Ha sido demostrada la existencia de grandes fallas socio-estructurales e infraestructurales que no fueron abordadas en su respectivo momento y que ahora son parte sustancial de los problemas sociales que hoy debemos afrontar. Todas las dimensiones de la vida social juarense se trastocaron gravemente gracias al descuido o negligencia política que privó durante varios años. Todas las secuelas dejadas por la falta de prospectiva política recaen ahora sobre la estructura social de Ciudad Juárez. Ese denominado “rompimiento del tejido social” no es otra cosa que el debilitamiento de las instituciones y, por ende, de su poca capacidad para responder en situaciones de crisis como la que actualmente vivimos. Gobierno, sociedad civil y demás actores sociales se debaten respecto a la mejor estrategia que pueda dar salida a este desastroso capítulo que ya es parte de la historia de la ciudad. Dicha estrategia tiene que ir encaminada a una verdadera reconstrucción de la estructura social juarense y por lo tanto, a un reforzamiento institucional que logre la inmunización de las bases sociales.

Recomponer el tejido social juarense no es complicado sino duradero; es decir, se tiene que diseñar un programa en donde se ponderen necesidades e intereses que, al cubrirse, funjan como base o plataforma para sustentar la reestructuración social. Un paso inicial y obligatorio es volver a las bases y redefinir las características que en la actualidad moldean las instituciones sociales en Ciudad Juárez. Comprender los procesos de institucionalización que se han venido gestando es indispensable para detectar errores dentro del funcionamiento social y el desempeño de roles establecidos. Probablemente la reconfiguración que han sufrido las instituciones sociales no ha ido a la par con factores como el desarrollo político y económico, situación que puede provocar grandes problemas a la hora de comprender las vicisitudes de la realidad social que define a los individuos. Esta disparidad, sólo provoca que en la sociedad juarense muchos de sus actores sociales sean marginados de la construcción de su realidad social, sometidos a un ambiente que es ajeno a su manipulación. Las pocas oportunidades para elevar la calidad de vida de los juarenses, y su poca incidencia en la toma de decisiones políticas reflejan el rezago que tiene un buen porcentaje de la ciudadanía respecto al desarrollo económico y político de la ciudad. Mientras que esta marginación político-económica sólo genera interpretaciones de sobrevivencia que van en contra del orden social y la estabilidad institucional.

No se puede comprender los procesos institucionales si dejamos de lado a los sujetos; no podemos comprender los procesos institucionales en ciudad Juárez si obviamos el rol trascendental de los ciudadanos en el funcionamiento de las instituciones. La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas por tipos de actores (Berger, 2003:74). De esta manera, la importancia de revisar el papel que han desempeñado los actores sociales en Ciudad Juárez, es fundamental para el entendimiento y captación de fallas socio-estructurales que estén propiciando un alto grado de vulnerabilidad del orden social en la ciudad, tal como hoy se presenta. El atentado contra el orden social en la sociedad juarense lleva consigo una gran carga de debilitamiento institucional, lo cual es una razón de peso para iniciar en lo inmediato un análisis que exponga las coyunturas estructurales que han sufrido daños severos y que trastocan invariablemente el orden social e institucional.

El rescate de las instituciones y la reorientación de los procesos institucionales en la sociedad juarense, puede significar uno de os aspectos fundamentales en la elaboración de una estrategia que busque subsanar, en buena medida, la actual problemática social. Berger (2003) dice:

“Los significados institucionales deben grabarse poderosa e indeleblemente en la conciencia del individuo. Puesto que los seres humanos suelen ser indolentes y olvidadizos deben existir procedimientos para que dichos significados se machaquen y se recuerden reiteradamente, si fuese necesario por medios coercitivos y por lo general desagradables”.

Por tal motivo, los esfuerzos tanto de la sociedad civil como del gobierno en sus diferentes niveles, deben estar encaminados a reforzar el significado, papel e importancia que las instituciones tienen en la vida social de los ciudadanos juarenses; sin embargo, se debe aclarar que estos esfuerzos, por más coercitivos y desagradables que sean, no tienen que ir en contra de la integridad física y emocional de los individuos, situación que lamentablemente se está generando por la estrategia que se ha implementado para tratar de solucionar la problemática social en Ciudad Juárez.

Rescatar y reafirmar el valor tradicional del funcionamiento de las instituciones para una sociedad, comprende la salvación de las bases que componen el orden social. En las primeras fases del desarrollo de las sociedades modernas, la reorientación de la tradición cumplió un papel fundamental en la consolidación del orden social (Giddens, 1996:15).

Sin duda, la problemática social que acontece a Ciudad Juárez tiene varias facetas y por lo tanto requiere de varias soluciones. Empero, todas las estrategias de solución tienen la necesidad y la obligación de contar con herramientas eficientes que puedan contribuir a la estabilidad institucional, ya que de las instituciones emerge el total de la vida social que se desarrolla al interior de una sociedad. De tal forma que se logren reestructurar las bases del orden social.


Referencias bibliográficas

Berger, P & Luckmann, T. (2003). La construcción de la realidad social. (1ra.ed 18va.reimp.). Buenos Aires: Amorrortu.
Giddens, A. (1996). Más allá de la izquierda y la derecha. Madrid: Cátedra.

La ausencia de la izquierda política en el estado de Chihuahua
José Roberto Hernández Fuentes

México atraviesa uno de los episodios más conflictivos que se han presentado a lo largo de su historia; la violencia en todas sus facetas, la corrupción en todos los niveles y la desconfianza de los ciudadanos hacia sus representantes en el gobierno sigue en aumento. Hoy es difícil hablar de la existencia de zonas o regiones dentro del territorio nacional que se encuentren exentas de estos fenómenos. Gran parte del país vive en bajo la angustia, la impotencia y el desasosiego que causa la denominada “guerra” contra el narcotráfico iniciada por el gobierno federal.

Uno de los estados de la república que ha sido más azotado por la violencia y el crimen es Chihuahua, entidad federativa en la que se localiza Ciudad Juárez, actualmente una de la urbes más violentas del mundo. Los gobiernos estatales y municipales que han llevado a cabo su gestión bajo estas condiciones socio-estructurales, no han logrado elaborar políticas que subsanen o al menos funjan como paliativo contra la gran problemática que experimentan los chihuahuenses. El trabajo político hecho por gobiernos estatales y municipales en Chihuahua, no logra consolidar una estrategia que realmente ataque de fondo el problema y así poder remediarlo. Muchos pueden ser los porqués de esta ineficacia gubernamental y política, sin embargo la realidad social chihuahuense no sólo exige explicaciones, sino respuestas prácticas y contundentes ante la crítica coyuntura social que hoy la define. Cabe destacar, que los gobiernos mencionados han tenido únicamente las etiquetas partidistas del PRI y el PAN, mientras resalta la ausencia de los partidos políticos de izquierda en el estado y la mayoría de sus municipios.

Dentro de la historia política de Chihuahua, no se encuentran inscritos gobiernos que provengan de una ideología de izquierda política. Salvo excepciones en algunos ayuntamientos, han predominado las gestiones estatales y municipales dirigidas por partidos políticos que se consideran, en términos ideológicos, de “centro” o “derecha”, el PRI y el PAN respectivamente. Llama la atención entonces, la débil presencia en esta entidad federativa y en sus ayuntamientos, de los partidos políticos de izquierda, en su caso, el PRD, el PT y el Convergencia.

Las actuales condiciones sociales que privan en el estado y que se enfatiza en la zona metropolitana de Ciudad Juárez, hacían pensar que en las pasadas elecciones a gobernador y presidente municipal, la izquierda y los partidos que se inscriben en esa corriente ideológica, presentaría una propuesta seria y objetiva a la sociedad civil del estado de Chihuahua, preponderando la situación social que experimentan los juarenses. Esto no fue así, por el contrario, sólo tuvieron una participación de bajo impacto, al no elaborar una plataforma política que englobara las principales necesidades de los chihuahuenses, ni mucho menos propusieron políticas, o bien programas que fuesen verdaderas alternativas para combatir la problemática que aqueja al estado. Respecto a Ciudad Juárez, la propuesta política de los partidos políticos de izquierda que contendieron por cargos públicos en el municipio, no logró atraer a la ciudadanía, quedando rezagados de una manera significativa en los resultados electorales finales.

Este episodio crítico que atraviesa tanto el estado norteño (Chihuahua) como la ciudad fronteriza (Juárez), pudo ser una de las más grandes oportunidades políticas que dejaron escapar los partidos políticos de izquierda para una posible consolidación en esta entidad federativa, y quizá en la zona norte del país. La idea de una posible presencia significativa de la izquierda política en las pasadas elecciones, surge de la contraposición existente entre la actual realidad social chihuahuense y los principios de esta ideología política. Según Giddens (1996) esta ideología política, “representa los valores de la libertad, la igualdad, la comunidad, la fraternidad, la justicia social, la sociedad sin clases, la cooperación, el progreso, la paz, la prosperidad, la abundancia, la felicidad”, postulados que en su gran mayoría exige y añora la sociedad chihuahuense y sus comunidades. Asimismo, Berki (1987) menciona que la izquierda “ se opone a la opresión, la explotación, la desigualdad, la disensión, la guerra, la injusticia, la pobreza, la miseria y la deshumanización”, muchos de estos, factores que hoy por hoy describen el capítulo que hoy se escribe en la gran mayoría de los municipios de Chihuahua, particularmente Ciudad Juárez. Este bagaje axiológico de la izquierda pudo constituir las bases para la elaboración de las plataformas políticas de los partidos que representan esta ideología en el estado, al lograr proponer políticas públicas que abordaran el sentimiento social de los chihuahuenses respecto a las condiciones en que desarrollan la vida cotidiana.

En su acepción tradicional, los partidos políticos nacen del pueblo, y por lo tanto se componen de ciudadanos cualificados y capacitados que se convierten en líderes que representan a sus comunidades. Bajo este principio, la ciudadanía chihuahuense juega un rol trascendental a la hora de gestar líderes sociales cuya tarea principal sea la de representar honrosamente las necesidades e intereses más primordiales de su comunidad. En este sentido, los partidos políticos surgen como una de las vías principales para llevar a cabo esta representación, ubicándose actualmente como las instituciones políticas que engloban la gran mayoría de los intereses y necesidades públicas. De esta manera, se refuerza la democratización ciudadana al poder canalizar el trabajo político de representación a través de los partidos políticos y su diversidad ideológica. La democratización de la sociedad civil –la familia, la vida asociativa y la esfera pública—necesariamente ayuda a abrir la estructura de los partidos políticos y de las instituciones representativas (Cohen, 2000:38).

En Chihuahua, los líderes sociales que a través de los partidos políticos han llevado a cabo su labor de representación, lo han hecho, en su gran mayoría, bajo las etiquetas del PRI y el PAN, mientras que poco significativo han sido aquellos que intentan canalizar su liderazgo mediante los partidos que se inscriben en la izquierda. Esto resulta interesante al momento de analizar la ausencia de estos partidos en el estado de Chihuahua, ya que refleja una baja tendencia de la ciudadanía respecto a la corriente ideológica de izquierda y los partidos que la representan. Varias pueden ser las razones de este bajo impacto ideológico de la izquierda en la ciudadanía. Sin embargo, eso no hace más que incrementar la necesidad de un trabajo que promueva los valores y postulados de esta corriente política, para su consolidación en la sociedad civil del estado de Chihuahua.

Referencias bibliográficas.

Giddens, Anthony. (1996). Más allá de la izquierda y la derecha. Madrid: Cátedra.
Berki R.N. (1987) en Giddens (1996). Más allá de la izquierda y la derecha. Madrid: Cátedra.
Cohen L. Jean. (2000). Sociedad civil y teoría política. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.






sábado, 15 de enero de 2011

Observatorio Sociológico del Siglo XXI, publica esta reflexión crítica sobre América Latina, con un estilo sarcástico pero fino que recuerda a Guy Debord y el situacionismo francés, de criticar, proponer y revolucionar, no sabemos si Hernán Nicolás Rosso, esté de acuerdo con tal tipología. Hernán estudia filosofía en la Universidad de Cordoba, Argentina.

 Hernán Nicolás Rosso *
                                                                                                 
 
No sé qué pasa con Latinoamérica. Su mística se expresa a modo de melodía que serpentea por sobre los ritmos litúrgicos de sus tambores. Ya Artaud y tanto otro supo encontrar en el mito latinoamericano mucha carne qué morder. Pero el ritmo litúrgico, mientras se mantenga en el ámbito de lo fantástico, sólo puede ser percibido por gente con sensibilidad metafísica, como los poetas, los músicos. Las funciones sociales mantienen la eficacia de su engranaje mientras el silencio mántrico se mantenga en lo oscuro, a distancia de la cosa pública. Pero (siempre hay un pero), en algún lugar a fines del milenio, un derrape del poder hizo que las fichas se emplacen de modo inesperado, y ahora resulta que todo está a lo murciélago, patas para arriba. El club de Bilderberg hace medio siglo que maneja los resortes del mundo; y su invicto fue roto con un troglodita de discurso bolivariano en el medio del culo de Sudamérica. Como antes Cuba, la prostituta del caribe triplicó la tarifa, y aunque muchos le tengan ganas, nadie tiene presupuesto para tanto. “Sí, mucho Marx, pero le vende petróleo a los yanquis”. Sí, su pragmática no es leninista, pero Rusia era segundo mundo, lo mismo que Cuba, está del otro lado del mecanismo. El venezolano éste te caga en medio de la cocina. Y si fuera un foco aislado que desafina, bueno, la vida no es perfecta. Pero (esos malditos peros) Lula ya se está pasando de vivo. No sólo te compra la empresa de cerveza más grande del imperio, coquetea con rojos y amarillos. Encima te mete el dedo en la llaga (Irán); y cuando la prensa de la reacción sale a salvar su imagen; te responde con un lugar común obrero: “es que me tienen envidia”. Vieron a un indígena de presidente y en respuesta ponen a un negro para mostrar que también son progres, y hasta le dan el premio Nobel de la paz. Fijate ahora dónde está cada uno, y la proyección que tienen. No es joda viejo; acá algo huele raro. Argentina que te corta relaciones con París y el FMI; y encima, cuando murió el necio que se le ocurrió semejante salvajada, te viene la mitad del país, y los presidentes de todo el continente a despedir los restos (y eso que ni siquiera hablé de Correa). No estamos en la Panacea, seguimos siendo tercer mundo, y todo nos viene atado con alambre. El MERCOSUR pinta lindo, pero hay que concretar muchas cosas todavía. Mas, uno mira los eternos ejemplos en el hemisferio norte, y les da unas ganas bárbaras de seguir de este lado del ecuador. Siempre fuimos melodía que serpentea, sólo que ahora se nos dio por picar.


*Escritor, poeta, músico. Estudia filosofía en la Universidad de Córdoba, Argentina.






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martes, 11 de enero de 2011

Marx y El capital
Ernesto Ortíz Diego *

Carlos Marx nació el 5 de mayo en Tréveris, Prusia, hoy Alemania, de familia judía, en 1836-1841, estudió derecho, filosofía e historia en la Universidad de Berlín. En 1841, se doctoró en filosofía en la Universidad de Jena. En 1843, contrajo matrimonio con Jenny von Westphalen. Es considerado como el sociólogo y economista crítico del régimen capitalista del siglo XIX.
El pensamiento de Marx, dice el sociólogo Raymond Aaron, es un análisis y una comprensión de la sociedad capitalista en su funcionamiento actual, en su estructura presente y en su devenir inevitable. Marx y Engels, establecieron una gran amistad, escribieron tres obras en forma conjunta: La sagrada familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848). Los otros 20 libros Marx los escribió solo; quiere decir que Marx escribió 23 libros en total. Un modo clásico de explicación del pensamiento de Marx era referirse a la conjunción de tres influencias, enumeradas por el propio Engels: la filosofía alemana, la economía inglesa y la ciencia histórica francesa.
El propio Marx, en un texto que es quizá el más célebre de todos los que escribió ha resumido su concepción sociológica general. En el prefacio a la Contribución a la crítica de la economía política, publicada en Berlín en 1859, se expresa así: “He aquí en pocas palabras, el resultado general al que llegué y que, una vez obtenido, me sirvió de hilo conductor en mis estudios. En la producción social de su existencia, los hombres establecen relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado dado del desarrollo de sus fuerzas materiales. El conjunto de estas relaciones forma la estructura económica de la sociedad, el fundamento real sobre el cual se eleva el edificio jurídico y político, y al cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. El modo de producción de la vida material domina en general el desarrollo de la vida social, política e intelectual.

No es la conciencia de los hombres lo que determina su existencia, por el contrario es su existencia social lo que determina su conciencia. En cierto nivel de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en choque con las relaciones de producción existentes o con las relaciones de propiedad en el seno de las cuales habían venido transformándose hasta ese momento, y que no son más que su expresión jurídica…” El Capital es un libro de economía y al mismo tiempo una sociología del capitalismo, y también una historia filosófica de la humanidad, que soporta la carga de sus propios conflictos, hasta el final de la prehistoria. El capital está formado por tres libros. Únicamente el primero fue publicado por el propio Marx (1867). Los libros II y III son póstumos. Fueron preparados por Engels sobre la base de los voluminosos manuscritos de Marx, y están lejos de representar una obra acabada.
Las interpretaciones que Raymond Aron analiza en los libros II y III se prestan a discusiones, porque ciertos pasajes pueden ser contradictorios. No se trata aquí de resumir en unas cuantas líneas el conjunto de El capital, pero no parece imposible determinar los temas esenciales, que por otra parte son al mismo tiempo los temas a los que Marx atribuía mayor importancia, y los que han ejercido mayor influencia en la historia.
En el libro I, Marx escribe que la esencia del capitalismo consiste, ante todo y sobre todo, en la búsqueda de la ganancia. En la medida en que se basa en la propiedad privada de los instrumentos de producción, el capitalismo se funda simultáneamente en la búsqueda de la ganancia por los empresarios o los productores.
En el libro II, Marx analiza la circulación del capital; él explicó el modo de funcionamiento del sistema económico capitalista considerado en conjunto.
En el libro III, es esbozo de una teoría del devenir del régimen capitalista, a partir del análisis de la estructura y del funcionamiento de este mismo régimen.
En su crítica a la burguesía, Marx decía que es una minoría privilegiada, que ha pasado de una situación socialmente dominante al ejercicio político del poder; el proletariado es la gran masa no privilegiada, que en su condición de tal no puede convertirse en minoría privilegiada y dominante. Marx, por su posición crítica frente al establishment, fue un intelectual perseguido, expulsado de su propio país, Alemania; posteriormente de Paris, de Bruselas, hasta que se establece definidamente en Londres, Inglaterra en 1849, apoyado moral y económicamente por su amigo de toda la vida, Federico Engels. En 1881, fallece Jenny von Westphalen, su esposa; y el 14 de marzo de 1883, muere la Gran Cabeza del siglo XIX, Carlos Marx.

* Sociólogo (UIA) Politólogo (IIEPA).

sábado, 8 de enero de 2011

Tocqueville y la democracia

Ernesto Ortíz Diego (sociólogo y politólogo)
 
Tocqueville, no suele figurar entre los inspiradores del pensamiento sociológico. “Creo injusto este desconocimiento de una obra importante”; dice el sociólogo francés Raymond Aron. Tocqueville difiere tanto de Comte como de Marx. En lugar de otorgar primacía al hecho industrial, como Augusto Comte, o al hecho capitalista, como Carlos Marx, sitúa en primer plano el hecho democrático.
El 29 de julio de 1805, nació en Francia Alexis Tocqueville, descendiente de una antigua familia de la aristocracia francesa; de mayo de 1831 a febrero de 1832, realizó investigaciones en Estados Unidos; en 1833 viaja a Inglaterra, después de analizar los gobiernos de estos dos países anglosajones, en 1835 publica La Democracia en América, una de sus obras principales con la que obtiene un inmenso éxito. Tocqueville escribió dos libros fundamentales, La Democracia en América y El Anciano Régimen de la Revolución. El libro acerca de Estados Unidos se propone responder a la pregunta: ¿ Por qué en Estados Unidos la sociedad democrática es liberal? En cuanto a El Anciano Régimen de la Revolución, pretende responder a la interrogante: ¿Por qué Francia tiene tanta dificultad, en curso de una evolución hacia la democracia, para mantener un régimen político de libertad?
En el pensamiento de Tocqueville, la democracia es la igualación de las condiciones. Es democrática la sociedad donde ya no perduran las distinciones de los órdenes y las clases, donde todos lo individuos que forman la colectividad son socialmente iguales, lo que por otra no significa intelectualmente iguales, lo que sería absurdo, ni económicamente iguales, cosa que de acuerdo con Tocqueville sería imposible. La igualdad social significa que ya no hay diferencias hereditarias de condiciones, y que todas las ocupaciones, todas la profesiones, todas las dignidades, todos los honores son accesibles a todos. Por lo tanto, en la idea de democracia están implicadas al mismo tiempo la igualdad social y la tendencia a la uniformidad de los modos y los niveles de vida.
La tesis de Tocqueville es, la siguiente: la libertad no puede fundarse sobre la desigualdad, por lo tanto debe afirmarse sobre la realidad democrática de la igualdad de condiciones, y salvaguardarse mediante instituciones cuyo modelo ha creído hallar en Estados Unidos.
En su libro L´Ancien Régime et la Révolution es una interpretación sociológica de una crisis histórica, que se propone hacer inteligibles los acontecimientos. Inicialmente, Tocqueville observa y razona como un sociólogo. Rehúsa aceptar que la crisis revolucionaria sea un simple mero accidente. Afirma que las instituciones del antiguo régimen se derrumbaron tan pronto se descargó la tempestad revolucionaria. Agrega que la crisis revolucionaria tuvo caracteres específicos porque se desarrolló como una revolución religiosa.
Este es el centro del análisis sociológico de Francia por Tocqueville. Este texto es fundamental. Ante todo, vemos en él la concepción más o menos aristocrática del gobierno de las sociedades, característica tanto de Montesquieu como de Tocqueville. Los dos sociólogos no vacilan en reunir ambos adjetivos. No son demagogos; tampoco son cínicos. Escribían en una época en la cual los que no poseían recursos económicos no podían instruirse. En el siglo XVIII, sólo el sector rico de la nación podía tener cultura.
Por eso, en el despertar del siglo XXI, Julian Assange, fundador de Wikileaks, merece vivir porque ha traído a todos los pueblos del mundo, información que había estado reservada sólo para los poderosos mafiosos.
En la Asamblea Constituyente, Tocqueville, representó un papel muy importante, en su carácter de miembro de la Comisión que redactó la Constitución de la II República.
Un fragmento de su Discurso en la Cámara de Diputados, el 29 de enero de 1848, Tocqueville, dijo: “Cuando investigo en diferentes tiempos y épocas, y en diferentes pueblos, cuál fue la causa eficaz que provocó la ruina de las clases que gobiernan, percibo claramente un acontecimiento, un hombre, una causa accidental o superficial; pero creedme si os digo que la causa real, la causa eficaz que determina que los hombres pierdan el poder, es que han llegado a ser indignos de detentarlo”. Tocqueville falleció en Cannes, el 16 de abril de 1859.