miércoles, 2 de mayo de 2012


Democracia y fútbol: el debate
José Roberto Hernández Fuentes

Lamentable la postura tomada por TvAzteca y su propietario Ricardo Salinas Pliego respecto al tema del horario de transmisión empalmado del  debate entre los candidatos a la presidencia de México y el partido de futbol que enfrenta a los equipos de Morelia y Tigres. No sólo se trata de una laceración a la democracia, sino que deja ver claramente a uno de los principales obstáculos del proceso democrático en la sociedad mexicana: los intereses económicos de las televisoras monopólicas en este país.

Manipulación de la opinión pública, encubrimiento de las grandes debilidades del candidato al que favorecen las dos principales televisoras del país, desdén a la democracia o como queramos verlo. Lo que si es cierto es que tal acto sólo perjudica a los mexicanos por desviar la atención de un hecho tan importante para los fines de evaluación ciudadana de los candidatos, sus propuestas y su carácter (qué también es importante), aspecto necesario y trascendental para la democracia mexicana, ya que permite ir definiendo la decisión a tomar por cada uno de los ciudadanos electores, al conocer mejor el perfil y el contenido político de los contendientes a la presidencia de México.

Es el Instituto Federal Electoral (IFE) el que debe tomar “la sartén por el mango” como institución defensora de la democracia mexicana y de los intereses de la ciudanía que deben estar siempre por arriba de cualquier otro interés. No debe dejarse vulnerar por la perversidad de las televisoras, eso afectaría aún más su credibilidad como uno de los principales actores democráticos de nuestro país. Y en el caso de que su capacidad no alcance a detener este acto irresponsable y antidemocrático, al menos mostrar una actitud altamente crítica y severa en contra de estos obstáculos democráticos que lamentablemente llegan a dominar por su poderío económico.

Por otro lado, la ciudadanía no debe dejarse manipular por estas graves irresponsabilidades, y tener en cuenta la preponderancia de la cuestión social y política sobre aspectos realmente insignificantes e intrascendentales como un partido de futbol. Vale más apostar por un mayor conocimiento de cada una de las personas que pueden llegar a dirigir los destinos de nuestro país, sobre todo por la coyuntura crítica en la que nos encontramos y de la que tanto nos quejamos, que ver 90 minutos de un espectáculo deportivo  que ha sido subsumido y rebajado por los intereses económicos y las estrategias perversas de la mercadotecnia, además de que ha sido una de las grandes y constantes desilusiones deportivas en este país.  

Fútbol  tenemos prácticamente todos los días, debates sobre este deporte hay a diario, pero la oportunidad de seguir de cerca a quienes en un futuro pueden llegar a ser los responsables del rumbo social, político, cultural y económico de los mexicanos, no se presenta cotidianamente. La democracia es primero, el show futbolero es sólo parte de lo que en ocasiones como esta es un espectáculo traicionero.

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