jueves, 28 de julio de 2011

La negra cosecha del neoliberalismo

Por Ana Meléndez Crespo (historiadora UAM-A)
DIARIO CAMBIO.-
http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-07-28&idn=50823

México se desangra en una crisis sin precedentes, ni siquiera igualada por la revolución armada de 1910, que derrocara a la dictadura de Porfirio Díaz y mantuviera convulsionado al país por tres lustros. En esta deleznable putrefacción social y política, la anarquía, la delincuencia, la justicia por mano propia y el narcotráfico salpican de violencia al territorio, frontera a frontera y de costa a costa, orillando peligrosamente a la nación al cantil del estado de excepción, que emborrascados cielos sudamericanos, durante largas décadas del siglo XX.
Paradojas del destino. Entre los años 70 y 80 de ese siglo, los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aplicaron una generosa política de asilo, dando albergue, protección y empleo a centenares de intelectuales, líderes sociales, periodistas, académicos, artistas y profesionales librepensadores, amenazados de muerte por las dictaduras militares apoderadas de Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Colombia y, por supuesto, Bolivia.
Antes, entre 1939 y 1942, el general Lázaro Cárdenas, creador del ejido agropecuario y nacionalizador del petróleo, abrió los brazos y las puertas de la solidaridad a 25 mil refugiados republicanos españoles de la Guerra Civil, entre ellos cientos de intelectuales, obreros y campesinos, llegados en exilio para escapar de la dictadura de Francisco Franco, uno de los tres vértices del triángulo fascista europeo completado por Hitler y Mussolini.
Hoy, en México, marinos en función de policía judicial, soldados, policías antimotines, camiones y tanques militares patrullan las vías urbanas y rurales de todo el país, irrumpiendo en casas habitación, deteniendo y ejecutando a cientos de inocentes, delincuentes, cultivadores de marihuana, procesadores y traficantes de cocaína y drogas psicotrópicas, elevando del 2006 a la fecha a 41 mil los muertos por la violencia, negro balance del quinto año de gestión del panista Felipe Calderón. Germen de esta irrefrenable crisis social, económica y política es la imposición del modelo neoliberal que hizo eclosión con el priísta Miguel de la Madrid Hurtado, ejecutor inaugural de los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la privatización de las primeras empresas del Estado y de los bienes patrimoniales de la nación, de 1982 a 1988.
Pero, en el terreno de las fidelidades al imperialismo, la palma de oro —por haber firmado el usurero Tratado de Libre Comercio a favor de América del Norte; vendido masivamente las empresas estatales, incluida la banca y liquidado el régimen comunitario de la tierra— es para Carlos Salinas de Gortari, controvertido presidente (1988-1994), egresado de Harvard, donde se doctoró en economía política y gobierno (1978) con una beca oficial de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Su padre, Raúl Salinas Lozano, de cepa priísta, naturalmente, fue secretario de Estado, delegado de México ante el FMI, y senador durante la gestión de su hijo.
A causa de la muerte del ejido, millares de hectáreas de fértiles tierras se transformaron en inmensas urbanizaciones, jugoso negocio inmobiliario de familiares y políticos de la derecha neoliberal, como los hijastros de ex presidente panista Vicente Fox Quezada, tema ampliamente documentado por la prensa mexicana. Y el campo aún cultivable se volvió plantío de marihuana, única fuente de trabajo agrícola de familias y pueblos enteros que hoy son arrasados por el gobierno con todo y sus pobladores.
Dialéctica de la historia. México, otrora casa y refugio de exiliados perseguidos por las dictaduras latinoamericanas, entre ellos los eminentes bolivianos Marcelo Quiroga Santa Cruz y René Zavaleta Mercado,* cuatro lustros después está teñido de verde, de azul y de escarlata sangre.

* Nota de los administradores del blog. René Zavaleta Mercado (sociólogo) fue un destacado académico boliviano y director de FLACSO México


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