jueves, 21 de abril de 2011

Nuevas carreras…¿y el trabajo?

Samuel F. Velarde

No cabe la menor duda, que la educación superior es un elemento primordial para el desarrollo de las sociedades, sin embargo también existe la buena planeación para no convertir a la educación superior en un escaparate de curiosidades.

Esto a propósito de la apertura de las nuevas carreras que la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) acaba de emprender. Es muy loable si se observa de manera simple esta acción, pero luego viene la siguiente pregunta. ¿Existe un campo laboral para cuando el estudiante egrese?, ¿se habrá visto el riesgo de saturar de profesionistas desempleados a una sociedad ya de por si en crisis? Es importante que la universidad juarense o cualquiera que desee ampliar su oferta educativa, hiciera un análisis serio de esto y de otras cosas. Si existen 70,000 “ninis” (así se les denomina en México a los jóvenes que ni estudian ni trabajan), no sería justo (y perdón por el atrevimiento) crear “sinos” (sí estudiaron, pero no trabajan), porque habría que ver actualmente el número de profesionistas que estudiaron y no encuentran trabajo.

Mucho se ha insistido sobre la necesidad de cerrar por algún tiempo ciertas carreras que por desgracia sus matriculas exceden a la demanda laboral. Ahí está Derecho, una carrera que crece con miles de estudiantes y lo paradójico, es que vivimos en un país donde el Estado de Derecho no se respeta, donde hay grandes índices de impunidad. O la carrera de Educación, jóvenes que al terminar su carrera no saben que son, si profesores habilitados, expertos en educación o profesores de kindergarden, hay casos donde estos profesionistas consiguen alguna plaza magisterial pero se topan con la corrupción de un SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) y se les prohíbe prácticamente laborar, al no pertenecer a la carrera magisterial. Luego los psicólogos, que después de quebrarse la cabeza por cuatro años y pensar en ser los sanadores de la salud mental del ciudadano, terminan de burócratas en alguna dependencia gubernamental o en una ONG, atendiendo todo menos la salud mental del individuo. Y así diferentes casos como los arquitectos, diseñadores, optometristas y otros. Por no hablar de nosotros los sociólogos.

Llama la atención como estas nuevas carreras que se crean (Licenciatura en Publicidad, Gerontología, Químico Fármaco-Biólogo, Periodismo, Finanzas, Pedagogía del Inglés como Segunda Lengua, Comercio Exterior, Gestión de Espacios Culturales y Recreativos) de alguna manera algunas competirán con otras, si no idénticas, si con el mismo marco teórico formativo. En otras palabras, con un mercado laboral en una sociedad como la actual, ¿el universitario que egrese logrará asegurar un trabajo digno? Esperemos que esta reflexión no sea nada certera, de otra manera continuaremos en una espiral viciosa, donde la educación superior sea también parte de la crisis, por no hacer la planeación adecuada.





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