martes, 22 de marzo de 2011

El turismo en México, una oportunidad socioeconómica.
J. Iván Flores Monarrez
Dos veces por año, en marzo y septiembre, se produce el fenómeno astronómico denominado equinoccio. El día y la noche tienen una misma duración en todos los lugares de nuestro planeta, excepto en los polos. Pero más allá de la explicación científica, muchas personas en el mundo tienen la creencia de que pueden cargarse de una energía cósmica en los recintos religiosos de las diversas culturas milenarias del mundo.
En nuestro país, la zona arqueológica de Teotihuacan, la pirámide de Kukulcan en Chichen Itza, entre otros lugares, son visitados cada año por miles de personas de toda la república y del resto del mundo. El misticismo que guardan los lugares donde habitaron civilizaciones prehispánicas que poseían conocimientos astronómicos extraordinarios (a pesar de que no contaban con los avances tecnológicos de nuestra era) es un gran atractivo turístico de nuestro país.
Este evento natural es una de las atracciones que colocan a México como uno de los diez principales destinos turísticos del mundo, según la OMT (Organización Mundial de Turismo). En 2011 se estimó que el número de visitantes, tan solo en la ciudad de México, sería de un millón y medio de personas y que dejaría una derrama económica de mil 370 millones de pesos (datos de SECTUR).
Sin duda, el turismo sigue siendo una de las principales actividades económicas de nuestro territorio y debe ser aprovechado para estimular el crecimiento económico mediante la promoción de los atractivos destinos que se encuentran a lo largo de toda nuestra nación. Chihuahua no debe ser la excepción, ya que cuenta con bellezas naturales como las Barrancas del Cobre, las dunas de Samalayuca, la zona arqueológica de Paquimé y los impresionantes recorridos en el tren Chihuahua-Pacífico (mejor conocido como “el Chepe”), y el recién inaugurado teleférico, dentro de los más importantes del mundo.
Debemos ser conscientes que la industria de los hidrocarburos no es eterna. Al igual que Francia y España, México debe considerar al turismo como fuente de desarrollo económico (siempre y cuando se lleve a cabo de manera responsable y sustentable) y dejar de atenerse a la producción petrolera y el envío de remesas procedentes de E.U.

¿Qué mejor cara que la riqueza natural y cultural de nuestro país podríamos mostrar al mundo? Que tanta falta hace hoy.



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