domingo, 25 de octubre de 2009


¿No es fácil ser joven en la actualidad?
José Roberto Hernández Fuentes.

En varias ocasiones he tenido la oportunidad de escuchar discursos que abordan la temática de la juventud en la actualidad. Dichos discursos parten de cuestiones que colocan a los jóvenes como víctimas de una serie de circunstancias estructurales que dificultan su desarrollo y merman su potencial. Las conclusiones son siempre las mismas: “no es fácil ser joven en la actualidad”.
Sin embargo, tendríamos que reflexionar y analizar de manera objetiva dicha afirmación antes de tomarla como una verdad dogmática. Primero, es necesario hacer las correspondientes diferenciaciones en cuanto a las condiciones socioculturales y económicas dentro de la población joven con la que cuenta una sociedad, ya que es por demás claro que debido a la conformación de la estructura social no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades de desarrollo personal. Segundo, hay que señalar que independientemente de esas diferencias estructurales que determinan la vida de los jóvenes, cada uno de ellos enfrenta diversas problemáticas que corresponden a su contexto de desenvolvimiento y al estilo de vida que manifiestan, por lo tanto, si bien es cierto que “no es fácil ser joven en la actualidad” esto depende de variados factores relativos a la situación social en que se vive. De otra manera sería sencillo afirmar que para un joven de clase social alta en el desarrollo de su vida encontrará menos vicisitudes que las que pudiesen observarse en la vida de un joven de clase social baja, esto desde un punto de vista meramente estructural. Por último, es obligatorio e indispensable considerar los nuevos elementos que conforman la vida cultural de los jóvenes y hacer énfasis analítico en los que contribuyen al desarrollo de un comportamiento y actitud necesarios para enfrentar los problemas presentes y venideros. En este sentido, la cultura y la estructura social se presentan como factores determinantes para los alcances, decisiones y comportamientos de los jóvenes.
La cultura dominante que hoy vivimos es demasiado superflua y trivial, carece de un sentido significativo que profundice en la compleja reflexión de la vida cotidiana y sus características determinantes. Contrario a esto, la vida cultural moderna se distingue por su fluidez, los placeres momentáneos, el consumo irracional y el marcado desinterés de procurar un mejor futuro, en otras palabras, la vanidad, el egoísmo y la nimiedad son los principales aspectos distintivos de la cultura contemporánea. Bajo estas circunstancias resulta lógico y sumamente complicado que los jóvenes que viven bajo la bruma de éste modelo cultural puedan interesarse por las diversas problemáticas que afectan tanto a su nación como al mundo entero. Es entonces cuando me cuestiono ¿no es fácil la vida de los jóvenes en la actualidad? Quizá sea demasiado fácil y estemos argumentado erróneamente las características de la coyuntura mundial como el principal obstáculo para la población juvenil en el orbe. ¿Cómo pedemos establecer que la vida de los jóvenes de hoy es fácil, si la banalidad y la superficialidad son sus principales distintivos? Si hacemos un parangón entre la actitud y el comportamiento de los jóvenes de nuestra época y aquella memorable generación de los sesentas que lucho con un jovial y particular estilo por la construcción de un mundo mejor, encontraremos marcadas y muy considerables diferencias. Aquella generación de jóvenes que iba en contra de un sistema mundial que consideraban arbitrario, violento y enajenante, reflejaba claramente un compromiso juvenil con la humanidad, jugaron un papel que para muchos era desconcertante pero que estaba lleno de significado, de simbolismo y de responsabilidad hacia la humanidad, aspectos de los que hoy carece la población juvenil. Probablemente muchos argumentaran que las condiciones y circunstancias de aquella inolvidable época histórica eran diferentes a las que hoy experimentamos, sin embargo esa no sería una respuesta que siquiera se acerque a una justificación del poco o nulo compromiso juvenil en la actualidad de nuestros tiempos. Hoy más que nunca, los jóvenes contamos con las pruebas necesarias y contundentes que deberían de conducirnos a tomar una actitud y responsabilidad que permiten enfrentar de manera objetiva y directa las variadas problemáticas que enfrentamos en los diversos contextos nacionales y en el orden (más bien desorden) mundial. La crisis ambiental que altera negativamente al ecosistema, las crisis políticas de cada nación en el mundo, la crisis económica mundial, el narcotráfico, la utilización de la energía nuclear, la eterna pobreza, las guerrillas, entre otras deficiencias estructurales del sistema mundial son argumentos tajantes para la pronta acción de la sociedad civil de cada nación en el planeta, pero principalmente para los sectores juveniles de quienes depende ineludiblemente el futuro del planeta.
No podemos seguir excusándonos en el absurdo de la existencia de grandes dificultades para el buen desarrollo de la vida de los jóvenes, no podemos seguir ocultándonos en ese inoperante argumento, no podemos continuar llevando una vida tan fácil e irresponsable como la que llevamos actualmente, no podemos seguir sumergidos en la bruma del placer efímero y trivial, no podemos ser una generación perdida en tiempos que exigen de manera urgente la puesta en práctica de nuestra capacidad y voluntarismo juvenil que nos conduzca a la acción social y política necesarias para darle frente a los problemas que hoy nos atañe resolver, no podemos simplemente dejarnos seducir por la intrascendencia de la ignorancia y la desesperanza. Es muy fácil ser joven en estos tiempos, sin compromiso, sin expectativas y proyecciones. Es muy sencillo no luchar por un mejor futuro y dejarnos llevar por los placeres enajenantes y efímeros de nuestra cultura. Es muy fácil decir que no es fácil para así exonerarnos de toda responsabilidad que nos comprometa como jóvenes.

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