jueves, 22 de octubre de 2009


CULTURA FRONTERIZA Y CULTURA POLITICA EN JUAREZ
José Carlos Soledad*


Es difícil dar un punto de vista concreto sobre esta frontera en cuanto a lo cultural, pero puedo decir sin temor a equivocarme que Ciudad Juárez es una de las ciudades más extrañas del país. Su posición geográfica, su actividad económica, la constante migración de personas, la influencia tan marcada de la cultura de nuestros vecinos del norte y muchas otras cosas, han hecho de nuestra comunidad algo muy particular, donde los valores y los estilos de vida se han ido mezclando formando lo que hoy es Juárez. Si bien es cierto que Juárez es una ciudad con demasiada violencia, verla y analizarla solo de ese modo crearía una imagen muy falsa de lo que realmente es la frontera.
Por muchos años Juárez ha tomado el papel de una ciudad que recibe gente de todo tipo y de todas partes del país con las que intercambia y adapta sus rasgos culturales, y creo que eso es lo esencial de esta cultura tan propia y tan extraña, donde insisto, lo diferente es lo normal, pero no podemos dejar de lado que esta frontera es vista por los migrantes como una oportunidad de mejorar su situación económica, aunque sea por unos cuantos pesos, o al menos así era hasta la reciente crisis, lo cual ha afectado de cierta manera a Juárez.
Por otro lado la ola de violencia que azota no solo a Juárez sino al país completo, vino a agravarse precisamente por la situación económica actual, la falta de dinero puso a “trabajar” al crimen de una manera increíble, los ejecutados, y las balaceras callejeras están a la orden del día, aparte las extorsiones telefónicas, asaltos y demás, han infundido cierto miedo, marcando una nueva forma de vida mucho mas “preventiva” y de desconfianza en la gente por llamarla de algún modo.
Creo que estos factores han creado cierta inconformidad e incertidumbre en la sociedad Juarense, lo curioso es ver como se pide cambio y estabilidad pero la sociedad se queda sentada a esperar que alguien mas haga el trabajo que a ella le corresponde.
Pienso que todas estas cosas sumadas a todo lo que hemos visto a lo largo del tiempo (policías y políticos corruptos, promesas incumplidas, poco avance, ricos que se enriquecen más y pobres que se hacen más pobres, la falta de compromiso de algunos migrantes con esta ciudad…) han producido una cultura política pobre y apática, donde la participación ciudadana en las decisiones de la ciudad es un ejercicio carente ya de sentido y validez.
Creo que es momento de asumir la responsabilidad que siempre debimos haber tenido como sociedad, de involucrarnos realmente en las decisiones que se supone debemos tomar, y de cumplir con nuestro deber ciudadano, dejar a un lado las quejas y de retomar valores que hemos perdido. Es tiempo de aceptar que una sociedad sana no es solo producto del trabajo del gobierno, sino de una sociedad comprometida con ella misma, que trabaja con una amplia moralidad y que sea dirigida por las acciones de la ciudadanía.

*Misionero socialcristiano y estudiante de administración en el ITCJ.

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