sábado, 15 de enero de 2011

Observatorio Sociológico del Siglo XXI, publica esta reflexión crítica sobre América Latina, con un estilo sarcástico pero fino que recuerda a Guy Debord y el situacionismo francés, de criticar, proponer y revolucionar, no sabemos si Hernán Nicolás Rosso, esté de acuerdo con tal tipología. Hernán estudia filosofía en la Universidad de Cordoba, Argentina.

 Hernán Nicolás Rosso *
                                                                                                 
 
No sé qué pasa con Latinoamérica. Su mística se expresa a modo de melodía que serpentea por sobre los ritmos litúrgicos de sus tambores. Ya Artaud y tanto otro supo encontrar en el mito latinoamericano mucha carne qué morder. Pero el ritmo litúrgico, mientras se mantenga en el ámbito de lo fantástico, sólo puede ser percibido por gente con sensibilidad metafísica, como los poetas, los músicos. Las funciones sociales mantienen la eficacia de su engranaje mientras el silencio mántrico se mantenga en lo oscuro, a distancia de la cosa pública. Pero (siempre hay un pero), en algún lugar a fines del milenio, un derrape del poder hizo que las fichas se emplacen de modo inesperado, y ahora resulta que todo está a lo murciélago, patas para arriba. El club de Bilderberg hace medio siglo que maneja los resortes del mundo; y su invicto fue roto con un troglodita de discurso bolivariano en el medio del culo de Sudamérica. Como antes Cuba, la prostituta del caribe triplicó la tarifa, y aunque muchos le tengan ganas, nadie tiene presupuesto para tanto. “Sí, mucho Marx, pero le vende petróleo a los yanquis”. Sí, su pragmática no es leninista, pero Rusia era segundo mundo, lo mismo que Cuba, está del otro lado del mecanismo. El venezolano éste te caga en medio de la cocina. Y si fuera un foco aislado que desafina, bueno, la vida no es perfecta. Pero (esos malditos peros) Lula ya se está pasando de vivo. No sólo te compra la empresa de cerveza más grande del imperio, coquetea con rojos y amarillos. Encima te mete el dedo en la llaga (Irán); y cuando la prensa de la reacción sale a salvar su imagen; te responde con un lugar común obrero: “es que me tienen envidia”. Vieron a un indígena de presidente y en respuesta ponen a un negro para mostrar que también son progres, y hasta le dan el premio Nobel de la paz. Fijate ahora dónde está cada uno, y la proyección que tienen. No es joda viejo; acá algo huele raro. Argentina que te corta relaciones con París y el FMI; y encima, cuando murió el necio que se le ocurrió semejante salvajada, te viene la mitad del país, y los presidentes de todo el continente a despedir los restos (y eso que ni siquiera hablé de Correa). No estamos en la Panacea, seguimos siendo tercer mundo, y todo nos viene atado con alambre. El MERCOSUR pinta lindo, pero hay que concretar muchas cosas todavía. Mas, uno mira los eternos ejemplos en el hemisferio norte, y les da unas ganas bárbaras de seguir de este lado del ecuador. Siempre fuimos melodía que serpentea, sólo que ahora se nos dio por picar.


*Escritor, poeta, músico. Estudia filosofía en la Universidad de Córdoba, Argentina.






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