viernes, 3 de febrero de 2012

Institución y Sociedad
José Roberto Hernández Fuentes

Abordar el tema de las instituciones y la sociedad es prácticamente comenzar un largo recorrido por la teoría social, desde luego cuando se trata de profundizar en estos amplios tópicos que repercuten directa y reificadamente en las vidas de todos y cada uno de los sujetos sociales. Es por lo tanto, comprender la constitución de las sociedades, su dinámica interactiva y funcional, su conformación estructural, sus engranajes y sus implicaciones colectivas e individuales. Asimismo, el tema de las instituciones y la sociedad también conlleva un amplio enfoque analítico sobre los sujetos, sus acciones, sus roles, su conversión sujeto-actor y sujeto-agente, así como la importancia de las relaciones que estos emprenden entre sí y lo que tal acto relacional o interactivo significa para lo que se conoce como proceso de institucionalización.
            Dentro de la teoría social son varios las perspectivas de análisis bajo las que se llevan a cabo los estudios del tema en cuestión, ya sea desde la óptica funcionalista, la estructuralista o bien, desde el interaccionismo simbólico. Todas ofrecen argumentaciones relevantes que pueden ayudar a interpretar mejor el significado y la importancia de la institución, para poder comprender, al mismo tiempo, la sociedad. Sin embargo, una visión que abarque o tome en consideración cada una de las diferentes perspectivas nos permitirá obtener un análisis más completo y complejo de estos fundamentales temas de la vida social y comunitaria. De la misma manera, los aportes que al respecto ofrezcan otras áreas de la ciencia como la psicología y la ciencia política, contribuirán a la ampliación del conocimiento de estos temas.
            Un aspecto muy interesante acerca del estudio de la sociedad es que cuando emprendemos tal misión, de alguna u otra manera también nos encontramos estudiando u analizando nuestro papel como seres humanos, como individuos, como sujetos sociales, como actores y como agentes. En este sentido el estudio de la sociedad implica esencialmente el estudio de nosotros mismos dentro de la vida social, así al ir conociendo el complejo significado de sociedad, desmenuzándolo y detallándolo vamos también conociendo nuestro significado como sujetos, como seres intrínsecamente sociales. A diferencia del concepto de institución, el concepto de sociedad comienza a verse y conocerse desde temprana edad, mientras que la cuestión de la institución se observa de una manera quizá indirecta o bien como simple conjunto de normas, reglas y procedimientos legitimados por hombres y mujeres. Esto es comprensible si consideramos la elevada complejidad analítica de ambos tópicos, y sobre todo cuando se trata de comprender las imbricaciones entre estos.
            Al definir el término sociedad encontramos varios tipos o estilos de definiciones que al final encierran un aspecto clave para su comprensión: la sociedad como conjunto de relaciones sociales. Este conjunto de relaciones sociales formadoras o hacedoras de la sociedad no son amorfas ni espontáneas, llevan implícito en su interacción sentidos, significados y propósitos diferentes que se van entretejiendo hasta conformar un sistema u estructura social. Esto en términos radicalmente generales, puesto que la sociedad o bien las sociedades tienen un alcance semántico que engloba todo lo que conforma la vida social. Entonces surge la pregunta que cuestiona la cabida de la institución o las instituciones en la complejidad de la vida social. ¿Qué es la institución para la sociedad? ¿Qué significado le dan las instituciones a la sociedad? ¿Cómo se forman? y ¿qué son para la vida colectiva y la vida individual? La respuesta es igual de abarcadora y compleja, sin embargo puede esbozarse un intento que conteste tales interrogantes a partir de una propuesta en la que se trate de comprender a las instituciones como procesos que dan pie al orden social, a la adaptación del individuo a la sociedad (socialización) y al conocimiento subjetivo-objetivo de lo que constituye y conlleva la propia construcción de las diversas realidades sociales.
            La institución o las instituciones dotan de sentido a la vida social al adaptar y orientar el comportamiento de los sujetos en los diversos contextos de desenvolvimiento, tal hecho contiene fuertes implicaciones para el mantenimiento del orden social, por lo tanto las instituciones representan las bases para la estabilidad social. A pesar de ello, tal noción de las instituciones, quizá aparentemente estática, puede resultar alejada de una realidad social contemporánea y quizá histórica de desorden e inestabilidad en la gran mayoría de las sociedades mundiales. Esto no significa que las instituciones hayan dejado de funcionar o bien que ya no cobren ningún sentido y significado para la vida social, lejos de ello tal situación sólo refleja la condición dinámica de los procesos de institucionalización y por ende el dinamismo de nuestras sociedades reflejado en sus constantes cambios y transformaciones de orden cultural, político y en ocasiones económico. De esta manera, las instituciones llevan a cabo una doble función social al representar los fundamentos para la estabilidad e inclusive la armonía social, y al mismo tiempo constituir las principales vías para el cambio y la transformación de las sociedades. El cambio institucional implica cambios en la sociedad, la estabilidad institucional representa el orden social.      
                 

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