miércoles, 28 de diciembre de 2011

TEORÍAS DEL DESORDEN Y DEL CAOS               



Ernesto Ortiz Diego

El sociólogo francés Georges Balandier es el representante de este enfoque de la teoría del desorden y del caos y de la sociología dinámica, orientado al estudio del cambio de los movimientos sociales y del futuro de las sociedades, busca dar respuesta a las preguntas de cómo, por qué y hacia dónde se encaminan las sociedades modernas.
Lo más significativo de Balandier es la reflexión que hace sobre el orden y el desorden. Señala que no hay un orden definitivo en los sistemas sociales, sino que existe siempre un desorden inherente al orden que amenaza permanentemente su desarrollo.
El gobierno de Ángel Aguirre, quien rentó las siglas del PRD, PMC y PT, ha caído en varios tipos de violencia como la provocada cuando las distintas corporaciones policíacas y el ejército asesinaron a dos estudiantes de Ayotzinapa el pasado 12 de diciembre: violencia catastrófica, porque cada vez se enreda más al tratar de inculpar a los estudiantes normalistas haciendo declaraciones absurdas a los medios informativos; violencia como instrumento político para eliminar a servidores públicos surgidos del PRD, para tratar de gobernar con viejos priistas como Humberto Salgado Gómez (secretario General de Gobierno), Raúl y Jorge Salgado Leyva (educación y finanzas), Jorge León Robledo, Silvia Romero Suárez (educación), Porfirio Camarena Castro (coordinación de asesores), es decir, los puestos más importantes donde se manejan las finanzas, la política y la educación; para el año entrante vendrán otras bajas en Desarrollo Social, Salud y la subsecretaría de Asuntos Políticos.
Balandier señala que el poder está sometido a constantes amenazas: “la de la verdad, que hace añicos la cortina de sus apariencias; la de la sospecha, que le obliga a revigorizarse periódicamente. Su alarde es la dramatización, que alcanza su mayor intensidad durante los periodos de vacío de poder como el que se está viviendo en Guerrero a raíz del conflicto del gobierno de Aguirre con la Escuela Normal Rural de Ayotinapa “Raúl Isidro Burgos”.
Los medios de información del gobierno de Aguirre: la dirección de Comunicación Social, Radio y Televisión de Guerrero y el grupo de pseudoperiodistas “chayoteros”, desatan una permanente y continua teatralidad de la politiquería de baja estofa y de muestran una incapacidad para calcular y dominar los efectos del espectáculo de la grilla de bajo nivel cultural.
Al mismo tiempo que las ideologías se debilitan, en situaciones de desorden y caos, aumenta el poderío de la opinión pública que apoya a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa. La opinión de la opinión pública termina por adquirir vida propia, cambia de forma, y queda disuelta la política en los mediático y en el espectáculo.
Balandier sugiere la necesidad de revaluar el concepto “desorden” e inicia la vía de la reflexión en esta dirección con el objeto de mostrar las múltiples vías de la relación orden-desorden-orden. Este planteamiento rompe con los esquemas estructuralistas de la determinación social y política; a partir de la observación del desorden en el seno de los partidos y del gobierno como ha estado ocurriendo con la relación gobierno de Aguirre-Ayotzinapa-movimientos sociales y en general en la sociedad civil podemos ampliar aún más esta reflexión.
Asimismo, el sociólogo Balandier, señala la necesidad de prestar atención a lo imprevisto en la política (como sucedió con el Caso Ayotzinapa), que de momento se recrudeció el 12 de diciembre con los asesinatos de los estudiantes, ya que en el sistema político existen zonas claras y zonas oscuras, estructuras muy formalizadas y no formalizadas que escapan al control gubernamental como sucedió con la policía federal y el ejército que escaparon del control del gobierno de Aguirre al disparar sus armas de alto poder contra los estudiantes desarmados.
Volveré con este mismo tema…


sociólogo (UIA), politólogo (IIEPA

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La crisis de México: ¿económica y axiológica?                                 

Samuel F. Velarde

En los momentos actuales en que se gesta una crisis mundial financiera, relacionada con un capitalismo especulativo donde el mercado ha impuesto reglas del juego en ocasiones intolerables para las sociedades y donde el Estado en más de una ocasión, ha dejado de lado su función regulatoria, aunado a la incapacidad de las instituciones financieras de impedir con alto grado de seguridad la crisis como la griega,  nuestra crisis, se aprecia doblemente.
Primero, por la incapacidad del Estado en implementar políticas eficientes en relación con el empleo, la salud, la justicia y la educación, pilares fundamentales entre otros,  para sanear una estructura social. Donde los individuos puedan tener un escenario pleno de desarrollo y garantía sociales y que al enfrentarse a una crisis como la mencionada, existiera al menos un colchón de contención que impidiera un daño de mayor impacto entre la población. Sin embargo, las condiciones estructurales del país (aunque se pague la deuda a tiempo y lo macroeconómico sea el canto de los cisnes) no están para soportar una embestida como la esperada el próximo año.
Segundo, la debacle moral y política por la que atraviesa el País, una crisis no vista anteriormente donde se conjugan variables tales como la alta criminalidad, la impunidad, la corrupción, la crisis de valores inherentes a una sociedad que al perderlos, se da un vacio del entramado existencial o del ethos de los pueblos, por ende una pérdida de brújula y de objetivos como nación. Y a nuestro juicio esto ha permitido vulnerar más a México, en el sentido de que cada vez más su sociedad se ajusta y acostumbra a un clima de violencia y corrupción sin medida. Y lo más grave, donde se van dando generaciones de jóvenes sin una conciencia del ser mexicano, de compromiso hacia la patria o la nación, ni siquiera con un orgullo nacional basado en lo mejor de un país y si agregamos lo patético, el nacimiento de jóvenes asesinos, un lumpen producto de las circunstancias, de un sistema que desclasa y margina, que ofrece incluso la ocasión del gusto por matar.
Doblemente pues, la crisis del México actual se mueve a mi parecer en estos dos ejes. Ahora viene lo político, estamos a punto de entrar al umbral electoral, deteriorado por una clase política vanidosa, insistente en gobernar con las viejas pautas caciquiles y de dominación corporativa (incluido el PAN). Políticos que no pudieron cuajar una democracia más eficiente y justa, dejando a un lado los intereses nacionales por los partidistas. Justo ahora, en la crisis moral, los políticos no tienen la solución para salir de ella, al contrario, el fantasma de la corrupción y narcotráfico gira alrededor de ellos.
Finalmente ante la escatología del 2012, la crisis real se impone, habría que ver si la sociedad mexicana saca lo mejor de sí misma y exige sin miramientos un país mejor, o nos terminamos de hundir en un país de confusiones, mentiras, halagos míseros y conformismo, dándole el adiós, al México de nuestros sueños.

martes, 6 de diciembre de 2011

La izquierda mexicana y la reconstrucción de su imagen
José Roberto Hernández Fuentes

Hace poco más de dos semanas se llevó a cabo la presentación de los resultados de la encuesta que definiría al candidato de “las izquierdas” rumbo a los comicios electorales que se celebrarán en México el próximo año, dando como ganador en las preferencias de la población encuestada a Andrés Manuel López Obrador quien compitió con el actual Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon. Ambos personajes notorios de la política nacional, ofrecieron un discurso en el cual se emplazaba a la unificación de las izquierdas, que pudiese conformar lo que hoy de se denomina como Frente Amplio Progresista. Se habló entonces de sanar las heridas internas que en los últimos años ha sufrido el principal partido representante de esta ideología política: el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Por lo cual, se exhortó a dejar atrás las divisiones y las diferencias que tanto han afectado políticamente la imagen de la izquierda en el país y sobre todo el éxito electoral del partido en cuestión.
No fue sino hasta ahora, con la virtual designación de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y la cabal y ejemplar postura política de Marcelo Ebrard al aceptar su derrota sin ningún tipo de resentimiento (ya que los resentimientos en la política son muy comunes), que “las izquierdas” han decidido conformar un solo bloque político rumbo a las elecciones federales del 2012. Con esta decisión, prácticamente tomada por Ebrard y AMLO, se pretende primeramente resarcir las grietas que han dejado los divisionismos internos a la principal fuerza política de izquierda en México, el PRD, además de consolidar una sola plataforma política en la que se concentren todas las propuestas provenientes de los partidos políticos y movimientos que manifiestan una inclinación hacia la izquierda del espectro político mexicano. Con esto, uno pensaría que se comienza la reconstrucción de la imagen de la izquierda en el país, y sin duda este sería el primer paso para tratar de recobrar la credibilidad de un electorado cada vez más suspicaz respecto a los movimientos y discursos de la clase política. Sin embargo, en los últimos días y como parte de los ajustes de precampaña que ha venido haciendo López Obrador se ha sumado y se pretende sumar a ciertos personajes de la política mexicana que en lugar de favorecer y fortalecer la imagen de la izquierda como alternativa política novedosa y eficiente, terminan por perjudicarla al contar con un historial político manchado por escándalos de corrupción e intrascendencia. Me refiero a la designación del senador por el Partido del Trabajo (PT) Ricardo Monreal Ávila como coordinador de la campaña de López Obrador rumbo a la presidencia de la república, así como la sorpresiva  invitación que AMLO le hiciera a Manuel Bartlett Díaz (tal cual lo afirmó este último en diversos medios) para competir por una senaduría representado a lo que se pretende consolidar como el Frente Amplio Progresista, es decir el bloque político de las izquierdas en México.
   Por un lado, el ahora senador Ricardo Monreal Ávila ex-gobernador del estado de Zacatecas ha sido relacionado con algunos hechos corruptos como lavado de dinero y sobre todo aquel escandaloso caso en el que se descubrieron varias toneladas de marihuana en las bodegas situadas en el rancho de uno de sus hermanos. En lo que concierne a Manuel Bartlett Díaz, este fue uno de los elementos clave del antiguo régimen antidemocrático priísta. Famoso por haber sido parte de aquella súbita “caída del sistema de cómputo” en el periodo electoral de 1988 cuando fungía como Secretario de Gobernación y al mismo tiempo presidía la extinta Comisión Federal Electoral, tal manipulación de los comicios dio como vencedor al polémico Carlos Salinas de Gortari sobre el infortunado Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Bartlett Díaz es un histórico miembro del Partido de la Revolución Institucional (PRI) que formó parte, de diversas maneras, del régimen autoritario y antidemocrático priísta.
     Más allá de que no se hayan encontrado elementos que responsabilizaran a Ricardo Monreal sobre las acusaciones de corrupción que se le han hecho y no verse involucrado directamente con lo sucedido en las bodegas de su hermano, así como el presunto distanciamiento que dice tener Bartlett Díaz con su partido por (según él) haberse alejado de la ideología de centro-izquierda que otrora lo caracterizaba, y que por ende ha sido “tentado” a acceder a la invitación hecha por el principal representante de la izquierda en México, el Frente Amplio Progresista como aglutinador de todos los partidos políticos y movimientos de izquierda en el país debe tener mayor cuidado y responsabilidad a la hora de incorporar y hacer invitaciones a ciertos personajes de la vida pública mexicana, sobre todo cuando de alguna u otra manera han sido señalados en casos y hechos de corrupción, ya que esto puede, si no es que lo hace, causar desconfianza en un electorado que seguramente estará más atento a lo que sucede con las alternativas políticas que se le presenten para los siguientes comicios federales. De esta manera, la suma de figuras políticas como las que acabamos de mencionar sólo dañaran la ya de por si dañada imagen de la izquierda mexicana, misma que recién empieza a reconstruirse.
    Por el contrario, Andrés Manuel López Obrador como el actual abanderado de esta ideología política en el país, debe de hacer un mayor esfuerzo por verdaderamente renovar a la izquierda mexicana, apuntalándola como una alternativa política incluyente, vinculada directamente con la ciudadanía, y así recurrir a la sociedad civil en busca de líderes sociales realmente comprometidos con sus comunidades, echar un vistazo al ámbito académico nacional donde seguramente encontrará excelentes prospectos para posibles asesores de su campaña, al mismo tiempo que busque rescatar la energía y el entusiasmo de los jóvenes mexicanos que pueden ser un verdadero motor de cambio para la sociedad mexicana. Se trata entonces de refrescar la imagen de la izquierda en México, de construirla en base a un verdadero espíritu progresista que sólo se encontrará en las trincheras ciudadanas, en las comunidades, en la juventud mexicana que anhela conocer una democracia más plena y realmente efectiva para la vida social y política de los mexicanos. Ese progresismo que pregona la izquierda tiene que ser congruente y no atascarse invitando e incorporando a sujetos con un pasado oscuro que sólo frenarán, consciente o inconscientemente, ese progreso. Si la izquierda mexicana quiere tener éxito en el próximo periodo electoral con López Obrador al frente, debe procurar, primordialmente, reconstruir su imagen dañada, llevando a cabo una limpieza interna e intentando conformar una alternativa política ampliamente legitimada por los diversos sectores sociales, lo cual sólo puede lograrse estableciendo un estrecho vínculo con la sociedad civil mexicana, donde prive el dialogo y la corresponsabilidad.  

martes, 22 de noviembre de 2011

ANDRÉS MANUEL Y EL MOVIMIENTO PROGRESISTA          

ERNESTO ORTIZ DIEGO

Esta singular propuesta de López Obrador deviene más que anecdótica porque, en buena medida, la viabilidad de su candidatura presidencial dependerá de su capacidad para reinventarse o por lo menos derribar los mitos, desmentir las leyendas negras, que arrastra desde la elección pasada.
En esa dirección parecen apuntar los cambios perceptibles desde hace semanas en el discurso de López Obrador, incluso en la agenda y en los territorios que pisa, algunos que parecían vedados.
Cambio de discurso. Hace semanas que el incendiario Señor López, el que mandaba al diablo a las instituciones, mudó de tono y adjetivos. El líder de los ocupa-Reforma ha adoptado un narrativa romántica que promueve la idea de una República amorosa: “Estoy pensando —amplió su idea en entrevista con Aristegui— en que debemos fortalecer los valores, el amor a las familias, al prójimo, a la patria, que eso es fundamental, un código moral; es llegar a la conclusión de que sólo siendo buenos podemos ser felices. Esto es.” Además, como lo ha dicho en distintos momentos, todos ellos recientes, se abstiene de ciertas palabras, se autocensura: “Ya me dijeron mis amigos, gente cercana, que no les gusta que diga ‘la mafia del poder’, por eso ahora voy a hablar de la ‘élite del poder’ o del ‘monopolio del poder’…”
Relación con los poderes fácticos. Dos hechos se pueden consignar como prueba de este giro. A principios del mes pasado, López Obrador celebró una reunión con empresarios en la mismísima sede de los grandes capitales y los big business, la industriosa y hoy violenta ciudad de Monterrey, donde se encontró, a puerta cerrada, con 40 hombres de negocios y sus esposas; asimismo, realizó una reunión mucho más amplia
—alrededor de mil asistentes— con empresarios y representantes de la sociedad neoleonesa, a quienes expuso su proyecto político. Cerró su gira por la Sultana del Norte con un encuentro, “a puerta cerrada” con más de 200 empresarios (y sus respectivas cónyuges) en el Club Hípico La Silla —propiedad de Alfonso Romo Garza, facilitador de estas reuniones.
El miércoles pasado, por la noche, luego de cinco años de guerra fría, de “cerco informativo”, de “compló mediático”, López Obrador volvió a los estudios de Televisa, al noticiero de Joaquín López-Dóriga, para fumar la pipa de la paz: “López Obrador manifestó que desea inaugurar una nueva etapa con los directivos y personal de Televisa, en la que ‘podamos darnos el beneficio de la duda, porque el país lo requiere, tiene que haber libertad plena para que el país salga adelante”
Gira internacional. No sólo fue el giro discursivo sino la breve gira por Estados Unidos y España para intentar demoler otro de los sambenitos con los que carga: su provincianismo, su renuencia o desconfianza a participar de la globalidad, a extender horizontes y miras. Hace meses AMLO inició su programa de viajero frecuente: en junio de este año viajó a Los Ángeles y poco antes a Sudamérica; el mes pasado visitó dos ciudades norteamericanas: Chicago, para encontrarse con la comunidad mexicana y organizar el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y Washington, para dictar una conferencia magistral invitado por el Centro Internacional Woodrow Wilson y el “liberal” Foro Diálogo Interamericano. De ahí partió a Madrid, donde el 13 de octubre dictó una conferencia en la Fundación Ortega y Gasset.
Giros y giras… No podía ser de otra manera en un aspirante a disputar la Presidencia de la República, en un político que ha dado muestras de capacidad de sobrevivencia y que, a cinco años de su gran derrota, tiene enfrente una oportunidad y un reto mayúsculo: construir una candidatura viable, verosímil, comprable más allá de los incondicionales de siempre, allende los márgenes cada vez más estrechos del voto duro peje-perredista... Una candidatura que cale en el ánimo de esos segmentos en franca expansión de “clasemedieros” venidos a menos, de escépticos al discurso oficial de que la pobreza en México sólo existe en la narrativa de la izquierda, que tres salarios mínimos es la antesala al paraíso de la clase media (coche, casa, colegiatura y sky)…
No podía ser, quizás, de otra manera en quien sabe de Gobiernos legítimos, de Gabinetes imaginarios, de Repúblicas paralelas, de profecías que se cumplen a sí mismas, de errores fatales… Seis años después, en condiciones adversas, con altos “negativos” a cuestas y muy atrás en los sondeos, López Obrador vuelve por sus fueros. Aunque la meta es la misma, hoy la pregunta en torno a López Obrador es muy otra: ¿puede, tiene con qué remontar la enorme distancia que hoy lo separa del puntero? ¿Puede vencer a Peña Nieto?

politólogo y sociólogo (UIA)

jueves, 3 de noviembre de 2011

Breve análisis de las relaciones internacionales y América Latina                      

Samuel F. Velarde

En un mundo global la interdependencia entre los Estados, se vislumbra como una constante que lleva implícito una serie de mecanismos e instrumentos de cooperación, mediación, intercambio y dialogo entre otros, para fortalecer las interrelaciones de aquellos. La globalización del mundo ha llevado a que los Estados- nación tengan las posibilidades de un mejor acercamiento, gracias al intercambio comercial vía acciones de bilateralismo o multilateralismo, donde los tratados de libre comercio y las comunidades económicas se cristalizan acorde a las condiciones geopolíticas de las naciones.
Por otro lado, la tecnología factor primordial para dinamizar economías, ha permitido impulsar acuerdos y acercamientos entre los países que la poseen y quienes a través de otros productos necesitan llegar a ella. Es decir, el intercambio comercial gesta dicha posibilidad. En esta globalidad donde aparentemente existen las formas para que cada quien pueda acceder a ventajas, también concurren riesgos y complejidades que pueden obstaculizar las necesidades de sobrevivencia de los Estados. Así, los riesgos se asumen como aquellas eventualidades que en ocasiones escapan a los instrumentos de control implementados en esa interrelación global.
Si las fronteras comerciales se han abierto eventualmente y con relativa facilidad, también han sido traspasadas por acontecimientos que pueden vulnerar estas fronteras y a sus poblaciones. Me refiero a las enfermedades que en más de una ocasión, han desestabilizado el intercambio comercial y el flujo de personas, fue el caso de la gripe H1N1 en el 2009, que puso de manifiesto la necesidad de la cooperación internacional en este tenor, dejando claro que el mundo es compartible en oportunidades y riesgos. Por no hablar del peligro del terrorismo, el narcotráfico, trata de personas y el tráfico de armas, problemáticas muy presentes en este esquema global.
En esta breve perspectiva acerca de la globalización, es importante ubicar a América Latina en su dimensión geopolítica y económica. Geopolítica al estar compuesta por Estados demasiado heterogéneos en su composición sistémica o estructural, donde las diferencias institucionales se perciben claramente. Pero asimismo en su diversidad económica, que va desde un Brasil aeroespacial hasta un El Salvador con carencias estructurales o un México sumido en el terror del narcotráfico, o una Colombia que busca integrarse en la región Asia-Pacífico. Sin embargo, existen coincidencias económicas, culturales e históricas que pueden ser grandes ventajas de unión en una posible integración latinoamericana.
Así, bajo esta óptica internacionalista es preciso formar cuadros de especialistas con una profunda visión integral de la complejidad global, con el perfil necesario para analizar, observar, diseñar y tomar decisiones asertivas, para implementar estrategias y formatos de negociación internacional entre países, organismos y regiones. Igualmente impulsar los estudios sobre Asia-Pacífico, considerando que esta es una región de grandes potencialidades y oportunidades, enfatizando a Corea del Sur, como un modelo económico paradigmático. Pero de igual manera a China, Japón, Tailandia, Singapur y Vietnam. Países que reflejan cada cual, un importante modelo de esfuerzo económico y tecnológico.
Así, América Latina tiene un gran reto dentro de la teoría y práctica de las Relaciones Internacionales, empujar diálogos de integración y cooperación, pero también abordar nuestra región desde una perspectiva académica integral, donde surjan especialistas en nuestra realidad. Que puedan intercambiar información, experiencias, y así motivar a los gobiernos a realizar políticas internacionales con mayor asertividad, incluso formar un Centro Latinoamericano de Estudios Internacionales y Regionales, donde estudiantes latinoamericanos tuvieran la posibilidad de intercambiar experiencias y formarse bajo un óptica más regional. Por desgracia, muchos nichos académicos están trabajando sin esta perspectiva, solamente bajo el capricho de sus directivos.

sábado, 22 de octubre de 2011

FIN DEL ARTE
                                                                                                                        
Hernán Nicolás Rosso

“Ya no podemos venerar y adorar las obras de arte como tocadas por la divinidad: […] El pensamiento y la reflexión han sobrepujado al arte bello.”
Para Hegel [1770-1831], según reza en sus Lecciones sobre estética, en la historia del espíritu debe llegar necesariamente el fin del arte, para poder ser reemplazado primero por la religión y luego por la filosofía. El arte tenía (junto a sus relevos) el fin de contener la verdad, cuyo conocimiento se alcanzaba en forma “inmediata y precisamente por ello sensible, un conocimiento en la forma y la figura de lo sensible y objetivo mismo, en el cual el absoluto llega a la intuición y la sensación”; la religión dará un paso más a través de la conciencia representativa de ese absoluto y finalmente la filosofía pensará libremente en él. De este modo, el conocimiento meramente inmediato (como es el conocimiento sensible) en esta etapa del desarrollo del espíritu es un conocimiento deficiente y obsoleto, y por eso, hoy “el arte nos invita a la contemplación reflexiva, pero no con el fin de producir nuevamente arte, sino para conocer científicamente lo que es el arte”, es decir, conocer reflexivamente la idea de lo divino (el espíritu absoluto).
Arthur Danto [1924-…], desestimando toda la metafísica hegeliana, sin embargo retoma esta idea para presentar la tesis según la cual ya ha llegado el fin del arte. Para ello distingue una época prehistórica del arte (antes del 1400), donde los íconos eran adorados pero no apreciados artísticamente; la era del arte, donde se llega a una consciencia del arte en tanto tal, y el principio de la estética; y la época post-histórica, donde la consciencia del arte se desplazó al plano meramente filosófico. El sujeto de la historia, para decirlo de modo rimbombante, parece devenir del sacerdote al artista, y de éste al filósofo. Como vemos, la distinción no es en relación a la producción artística (no es que antes o después de la era del arte, no se produjo arte) sino en quién es autoridad en (garante y responsable de definir) arte. Como en Hegel, la conciencia corre en contra de las determinaciones históricas. La historia ha determinado la aparición del arte en el siglo XV, le exigió desarrollarse hasta fines el siglo XX, y obligó a la conciencia (filosófica) a hacerse cargo del asunto, dándose muerte a sí misma. Ya no exista una gran narrativa en la cual cobijarse a la hora de hacer arte, y a la cual remitirse a la hora de legitimarlo. “No hay ningún criterio a priori acerca de cómo el arte debe verse”. Es clave la palabra verse en este contexto, puesto que esto es lo que más tarde nos llevará al problema de lo indiscernible.
El paso de la prehistoria a la historia del arte se da en lo que podemos llamar la autonomía del arte, lo que Hegel y Kant entendieron (cada uno a su modo) como la libertad, el desinterés y la finalidad autoreferencial del arte (en el caso de Kant, la finalidad formal de lo bello en general). El artista empieza a tener como tema de reflexión no un contenido extrínseco al arte, sino el mismo arte, auto-definiéndose y auto-criticándose. La conciliación entre medios y fines propuesta por la dialéctica de Hegel parece sintetizarse en esta frase de Danto: “los medios de representación se vuelven el objeto de la representación”. Así, la mimesis va siendo por tanto abandonada como paradigma del arte, “como si enfatizar la representación mimética se hubiera vuelto menos importante que otro tipo de reflexión sobre los sentidos y los métodos de representación”.
El (aparente) problema de esta etapa es que, al instituirse una historia del arte (una narración oficial), toda obra que se demostrase como no respondiendo a esta historia, se la consideraba no-artística. Nace de este modo los límites (determinados y legitimados por la historia) entre lo que es arte y lo que no lo es. Esta voluntad de límites se vuelve divergente en la era de los manifiestos (principios del siglo XX), donde nacen una multitud de narraciones pretendidas como continuadora de la oficial, excluyentes unas de otras. Aquí nace (se hace consciente) la disputa filosófica-artística por quién tiene (quién es) la verdad en arte. De este modo, al volverse un problema la verdad del arte, entra en la escena de la historia del arte la filosofía. Llegado a este punto, la reflexión de la historia del arte fue en último término la muerte de la historia del arte, “el fin del arte consiste en el acceso a la conciencia de la verdadera naturaleza del arte”. El punto de quiebre parece ser la Brillo Box de Warhol, quien proponía que son materialmente indiscernibles el arte y la realidad, no hay nada en el objeto mismo que pueda diferenciarlos. (http://www.fotos.org/galeria/data/518/3Andy-Warhol-Brillo-Box.jpg)
De esta manera, “ya no se podría enseñar el significado del arte a través de ejemplos”. La reflexión artística, en términos análogos a los hegelianos, pasa a prescindir del objeto en tanto apariencia inmediata, “sería necesario realizar un giro desde la experiencia sensible hacia el pensamiento”. Volviendo casi textualmente a la cita de Hegel con que abrimos el debate: “la estructura del mundo del arte consiste exactamente, no en “crear arte” otra vez, sino en crear arte explícitamente para el propósito de saber filosóficamente lo que es el arte”.
Así, la verdad que aparentemente no era posible ver en la era de los manifiestos es que no hay arte verdadero (y por tanto, tampoco falso) sino que todo arte es indiferentemente arte. Y de esta verdad parece seguirse que al artista le es indiferente qué es el arte, y es tarea del filósofo definir la esencia del arte de tal modo que todo lo producido por los artistas quede conciliado y nada pueda excluirse. Al parecer, todos juntos podemos vivir sin molestarnos unos a otros.
Terminaremos entonces con un análisis de la siguiente cita: “Período de información desordenada, una condición perfecta de entropía estética, equiparable a un período de una casi perfecta libertad. Hoy ya no existe más ese linde de la historia. Todo está permitido.”
Aquí queda denotado que la nacionalidad traicionó al pensamiento del autor. Lo que vemos aquí es la ya anciana idea liberal de libertad, según la cual la de uno terminaba en la del otro. Así, sin que nadie pueda delimitar libremente la libertad de otros, todo parece de pronto permitido (la tragedia dostoievskiana tras la muerte de Dios). Esta definición negativa tuvo dos grandes defectos, tanto en el plano político, como el artístico.
En primer lugar, es completamente despotenciadora. Al abstraer en el análisis sólo (haciendo una analogía con Hegel, al hacer un análisis unilateral) de aquello que delimita externamente a la libertad, se pierde de vista lo que produce libertad (sus leyes internas). Formalmente todo está a nuestro alcance, pero en su contenido, en el ejercicio efectivo de la libertad, nos vemos perdidos sin saber a dónde disparar. El desorden de información multiplica las posibilidades del sujeto que se quiere informar (Internet es un océano de información) pero al mismo tiempo lo satura. El sujeto es interpelado de tal modo por las posibilidades que pierde el momento reflexivo ante esas posibilidades, y siempre piensa con la información encima sin poder tomar nunca distancia. Es lo que se entiende típicamente como el fenómeno de decadencia (término descriptivo, no necesariamente valorativo). Para colmo, al estar la reflexión (tarea de la filosofía) distanciada de la producción (tarea del artista); el fenómeno despotenciador de la decadencia se agrava pues crea un desinterés por parte del artista para con lo artístico de su obra.
En segundo lugar, esta formal libertad absoluta impide la discusión respecto a qué puede el arte. De este modo, al desaparecer el problema de la producción del territorio racional (es decir, de la reflexión), se desplaza al terreno de la pugna de poderes, donde suele salir triunfador los intereses económicos, quienes, obviamente, usan criterios económicos para producir arte. De este modo, que la filosofía deba definir a toda la producción como artística, quiere decir que los criterios de hecho del arte tiendan a subsumirse bajo los intereses de mercado (o a los intereses de Estado, aunque sea menos frecuente). Este problema Danto lo expresa (como virtud del arte post-histórico) en lo siguiente: “El arte puede ser lo que quieran los artistas y los patrocinadores”.
Así queda planteado pues las dos aporías que se le presentan, creo yo, a la filosofía del arte, ante el estado netamente liberal en el que ha dejado al arte el fin de su historia; y digo aporías, porque no parecen ser solución la vuelta (reaccionaria) a una narración oficial legitimadora y canónica.







miércoles, 19 de octubre de 2011

Juárez competitiva. De las palabras a los hechos                     


Samuel F. Velarde

Las actividades culturales para promover “Juárez Competitiva”, tienen como objetivo estimular la inversión en Ciudad Juárez y de alguna manera, borrar la negativa imagen de esta ciudad en el mundo, porque la mala imagen de Ciudad Juárez, evidentemente es mundial. El año pasado estando en Corea del Sur, tuve la amarga experiencia de que me preguntaron sobre la violencia juarense. Situación difícil de contestar.

Es loable el esfuerzo que se ha hecho al respecto, tanto por los espectáculos culturales, como por las conferencias dictadas, que van desde las muy buenas, hasta las mediocres y sin sustancia. La de Gorbachev, no fue más que lo mismo que dice donde es invitado: La decadencia de la URSS, las largas flas para conseguir alimentos en los últimos años de esta república socialista, la falta de libertades, la corrupción y la carrera armamentista. Sin embargo, el ver en carne y hueso a este personaje histórico, fue el real espectáculo que motivó a muchos para asistir a su charla. Por cierto, cuando habló de la corrupción los juarenses aplaudieron, como rechazando a los políticos que ahí se encontraban y me imagino la alusión les pegó fuerte.

Pero lo más importante del asunto, es cómo lograr convertir a Juárez en competitiva y que esa competitividad, produzca un real impacto en la calidad de vida de sus habitantes, sobre todo de los trabajadores que aportan demasiado a la competitividad. Asumiendo que la competitividad tiene que ver con la calidad de los productos fabricados, pero asimismo con el capital humano existente (que en Juárez la verdad abunda) desde el trabajador eficiente hasta el técnico, ingeniero o administrador, incluso las profesiones adyacentes que coadyuvan en mejorar ese capital humano.

A pesar de que la producción y la importación de productos hechos en Juárez es alta, parecería ser que la ciudadanía está muy alejada de esa participación de resultados, pues la inseguridad permea todavía, los polígonos de pobreza siguen aumentando (donde por lo general viven varios trabajadores productivos). Entonces la tarea es ardua, más allá de buenas intenciones y eventos de nivel internacional, hay que trabajar por la calidad de vida, de otra manera ni Gorbachev, Castañeda o el hijo de Carlos Salinas y demás, podrán abrir una mejor esperanza para los juarenses y su calidad de vida. Es decir, como dicen los teóricos organizacionales, ver fortalezas, pero también debilidades y atenderlas.





domingo, 16 de octubre de 2011

Los Indignados
Samuel F. Velarde                                                                
Las reacciones mundiales ante la crisis económica internacional, resulta un fenómeno interesante, a partir de que ciudadanos sin relación directa, han asumido una posición de protesta contra la crisis que afecta al empleo, la estabilidad económica y a los ciudadanos comunes del mundo. De hecho, es una muestra también de que la tradición teórica del marxismo (por más metida en el sotano que esté) es vigente, es cuestión de desempolvarla y ahí está, ofreciendo el análisis de la crisis del capitalismo mundial, como el sistema que no ha podido resolver los problemas básicos de la humanidad.
Ahora si que parafraseando a Marx, "Indignados del mundo unios", que puede ser una llamada de atención para las elites internacionales, que han desestimado a las grandes masas de desempleados, hambrientos y olvidados del planeta. Y es que el desarrollo se ha sustentado en diezmar no solamente a los recursos naturales, sino asimismo ha provocado que millones de personas se vean afectadas por esta acción, dinamizando migraciones, hambrunas, un numeroso lumpen proletariado como ejercito de reserva del crimen internacional.
El capitalismo mundial no se si deba re-organizarse y volverse comprensivo de su entorno (podrá?), sin embargo los indignados, son el principio de un gran movimiento social global, unidos bajo el descontento de un sistema mundial poco favorable para la esperanza y el desarrollo humanos.  


miércoles, 21 de septiembre de 2011

Mijail Bajtin (1895-1975)              
Ernesto Ortiz Diego                                                                                           
Fue un crítico literario marxista, nació el 17 de noviembre de 1895 en Rusia, 22 años antes de la revolución rusa que encabezó Lenin en 1917, era descendiente de una familia aristocrática, en 1913 ingresó a la Universidad de Odesa, seguidamente continuó sus estudios en la Universidad de San Petersburgo, donde estudió filosofía y letras.
Al terminar sus estudios en 1918, Bajtin fue profesor en la ciudad de Nevel, donde se relacionó con otros estudiosos del pensamiento contemporáneo, entre ellos, Valentin Voloshinov, todos ellos con diferentes intereses pero unidos por la discusión de temas religiosos, políticos y literarios; así fue como fundaron el “Circulo Bajtin”, en torno a la figura de Bajtin, quien se consideraba así mismo como un estudioso de la filosofía alemana que como un estudioso de la literatura.
En 1920 se trasladó a Vítebsk; en 1921 contrajo matrimonio con Elena Aleksándrovna Okolovic. Fue amigo del pintor Marc Chagall y es cuando Medvédev se incorpora al “Círculo Bajtin”. En 1928 regresó a San Petersburgo para trabajar en el Instituto Histórico, además de asesor de la Casa Editorial del Estado, donde conoció a las principales figuras del Formalismo ruso; en esa época publica tres obras: Freudismo (1927), El método formal en los estudios literarios (1928) y Marxismo y filosofía del lenguaje (1929).
En 1929 publicó una de sus mejores obras “Problemas de la poética de Dostoievski”, donde introdujo por primera vez el concepto de dialogismo. Por la publicación de este importante libro revolucionario, fue acusado de ser participante del movimiento clandestino de la Iglesia Ortodoxa, el dictador Stalin lo condenó a seis años de “exilio interno” en Kazajistán donde escribió muchos ensayos incluyendo “El discurso en la novela”.
En 1941, Bajtin vivió en Moscú donde leyó sus tesis sobre Francois Rabelais en el Instituto Gorki de Literatura Universal de Moscú para obtener el título de postgrado, una tesis que no pudo ser defendida hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Los análisis sobre Dostoyevski y Rabalais, le dieron un enorme prestigio a Bajtin, siendo los literatos búlgaros Julia Kristeva (1941) y Tzevetan Todorov (1939) los principales divulgadores de su monumental obra literaria.
El desarrollo del pensamiento de Bajtin era una triada: una teoría del sujeto (contra el psicoanálisis freudiano), una teoría del lenguaje (contra la lingüística estructural) y una teoría literaria (contra el Formalismo).
La teoría del sujeto de Bajtin reconstruye la idea tradicional del hombre como un sujeto único al afirmar que la consciencia se fragmenta en varias voces que dialogan entre sí, y que la consciencia está determinada por una ideología concreta. En relación a la teoría del lenguaje sobre el método formal que, al igual que León Trotski en Literatura y revolución (1924) denunciaba la insuficiencia del Formalismo. En cuando a la lingüística estructural, Bajtin cuestiona que las lenguas no son únicamente signos, sino entidades culturales e históricas, cuyos códigos no son fijos. Además cada mensaje pone de manifiesto un estilo determinado, ciertas marcas textuales, ecos de otros enunciados y palabras ajenas (intertextualidad). Cada texto evoca una historia de otros (relaciones entre presente y pasado-cronotopo). La metodología de Bajtin pretende escuchar el diálogo que entablan las distintas voces.
El “cronotopo” es un concepto clave que utiliza el filósofo ruso, son indicadores espacio-temporales que sirven para representar la imagen del ser humano en la literatura. Son también las distintas modalidades de novela, un ejemplo sería el comienzo del “Quijote” de Cervantes: “En un lugar de la Mancha…” Otro ejemplo sería Pedro Páramo de Juan Rulfo: “Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”.
Bajtin siempre privilegió el estudio de la novela porque consideraba que es el género que mejor permite el análisis del discurso social. Su oposición fundamental que plantea es la de novela monológica (reduce el potencial de voces a una sola voz autoritaria) frente a la novela dialógica (que se sirve de ciertas técnicas para incorporar una pluralidad de voces en el texto).
Uno de los libros más importantes que sirvió para conmemorar el centenario del natalicio del literato ruso (1875-1975), “Bajtin y sus apócrifos”, coordinado por Iris M. Zavala. Fue el primer texto publicado en lengua occidental sobre el importante problema de los libros en discusión al literato ruso (el libro sobre Freud, el libro sobre el Marxismo y el lenguaje y el libro sobre el Formalismo), publicados en 1920. Bajtin falleció en Moscú el 7 de marzo de 1975.

lunes, 19 de septiembre de 2011

FRONTERA Y REGIONES DE MEXICO

Por: José Iván Flores Monarrez.

México puede definirse de manera breve y rígida como una zona geográfica habitada por 110 millones de personas que sólo tienen en común el idioma, una bandera y un himno demasiado guerrero. Pero no existe razón alguna para conformarnos con una definición tan acotada como ésta, porque otra definición puede ser tan vasta como la misma extensión territorial de este país.
Pero, ¿cómo definir México cuando éste no parece ser una unidad coherente, sino un país donde paradójicamente conviven diferentes Méxicos? Regiones que siendo hermanas poco se reconocen entre sí, a pesar de compartir creencias religiosas (el catolicismo por ejemplo) y una marcada preferencia por el futbol, entre otras similitudes. Todo ello hace muy difícil plantear y por ende, alcanzar objetivos comunes que permitan el buen funcionamiento de los sistemas que rigen la convivencia social de esta nación.
Analicémoslo de la siguiente forma. Los mexicanos se identifican en el mapa según tres regiones: norte, centro y sur. En el caso particular de la frontera es considerada una especie de espacio en la que habitan personas culturizadas por los angloamericanos, pero también, es sinónimo de anarquía para los que viven en el centro (producto de la imagen negativa proporcionada por los medios masivos de comunicación en relación a la violencia), el centro es cosmopolita, repleto de cultura colonial y moderna, con una gran tradición intelectual, en el sur las cosas son diferentes todavía con prejuicios y grandes desigualdades, la frontera tiene un concepto completamente distinto, donde no existe la dicha y la desventura de vivir al lado del país más poderoso del mundo, sino cerca del subdesarrollo centroamericano.
Pero volviendo a la frontera norte, es la primera trinchera contra la invasión cultural de los Estados Unidos, es el lugar a donde llegan un buen número de mexicanos a probar suerte y que también de alguna forma, contribuyen al enriquecimiento de la cultura fronteriza.
En la frontera, como en otras regiones, la jerga de sus habitantes es única, pero ésta cuenta con la particularidad de tener vocablos derivados del inglés y el español. Esto es un claro ejemplo de la influencia cultural que se ha dado desde hace muchos años. Pero no nos atañe estudiar lo que ya conocemos. El punto es, que la frontera es la puerta de entrada donde a pesar de la crisis de seguridad que se padece, se siente el orgullo de ser mexicanos, de ser una comunidad emprendedora y talentosa, donde miles (la mayoría) sobreviven por su honestidad. Pero la frontera necesita más recursos para evitar su crisis estructural.
Al igual que los baluartes de los castillos de la edad Media, la frontera norte mexicana debe ser protegida para evitar la caída del país. Parece algo extremista pensar en una debacle nacional de grandes magnitudes, pero no sería la primera vez que sucediera. Recordemos que por el abandono del norte, a mediados del siglo XIX, se perdió la mitad del territorio nacional a manos de los estadounidenses, quienes reclamaron esas tierras como suyas en nombre del Señor.
Hoy, Ciudad Juárez y el resto de la frontera, son generadores de recursos humanos eficientes, de entrada de divisas, atractivos centros estratégicos para la inversión extranjera y por todo lo anterior merecen el cobijo de la federación, sobre todo en situaciones de crisis. Así, para conservar la trinchera cultural, es importante la inversión en cultura, en infraestructura que integre a la sociedad y motive la inversión para generar empleos y crear seguridad. Basta observar el cambio en la economía y la vida social de El Paso, Texas, producidos en ese lado a causa de la trágica historia contemporánea de Juárez.
Sólo unificando las regiones de México y creando un intercambio comercial integrador, lograremos el pleno despegue de la nación para gozar de satisfacciones que duren más que el gusto de saberse campeón mundial del futbol juvenil. No basta proponer grandes pactos nacionales en un montón de papeles, ni marchas a lo largo del país para alcanzar nuestras metas; debemos entre otras cosas dejar de llamarnos de manera despectiva “chilangos”, “chihuahutas”, “jarochos”, seguir descalificándonos, mejor comprender que todos somos mexicanos y que añoramos un país más democrático, para las nuevas generaciones.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Anonymus: ¿anarquistas ciber? 
Samuel F. Velarde                                                                                     

En la época del internet y de los diferentes sitios que constituyen las redes sociales, donde la frivolidad y las relaciones impersonales son la vida cotidiana que mueven a las sociedades modernas, pareciera ser que también lo anterior comienza a producir un activismo como contraparte al uso institucional o pro-stablishment de lo ciber. Es decir, si el neo capitalismo global se ha afianzado con la computación y sus derivados, no tendría por qué no suceder que nacieran grupos contestatarios que fueran en contra del orden establecido.
Si millones de individuos usan el internet (en México más de treinta millones) es impensable que éste no se aproveche para fines políticos, ciber subversivos y demás. En Corea del Sur, hace tiempo que el internet es un instrumento de divulgación de ideas políticas y organización social, incluso en las elecciones donde fue elegido Roh Moo Hyun en 2003, el internet tuvo un protagonismo importante.
Así pues, asistimos a una época donde ya existen varias ramas de lo ciber. Ciber-mercado, ciber-ladrones, ciber-escuelas, ciber-policía, entonces por qué no pensar en los activistas ciber? Esa gran comunidad mundial que empieza a inaugurar espacios web-politizados y que incluso, pone en jaque a gobiernos e instituciones.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Publicamos el siguiente artículo con permiso del autor, amigo de este blog.

UN NUEVO AMANECER DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN CHILE 
                                                                                                                                       
Sergio Grez Toso  *                                                                                                         
El año 2011 quedará inscrito en la historia de Chile como el de un nuevo despertar de los movimientos sociales después de más de dos décadas de aletargamiento debido a la combinación de la acción “natural” del modelo económico neoliberal, del recuerdo del régimen de terror de la dictadura, de las trabas y cortapisas legales e institucionales para la expresión de las demandas sociales, de la virtual dictadura mediática impuesta por un puñado de grupos económicos y de poder, además del control y cooptación de estos movimientos ejercidos durante largo tiempo por los gobiernos de la Concertación y sus partidos.

En lo que va corrido de este año, los movimientos sociales en Chile se han sucedido con insólita rapidez, masividad y persistencia. En apretada e incompleta síntesis habría que mencionar la protesta regional de Magallanes, las movilizaciones contra el megaproyecto de HidroAysén, las marchas por los derechos de la diversidad sexual, los paros comunales de Calama, la protesta de Arica, las huelgas de los trabajadores del cobre (estatales y privados), los paros de los empleados fiscales, sin olvidar la persistente lucha de los mapuches por la recuperación de sus tierras y la reconquista de su autonomía y libertad. Pero, sin duda, el más masivo y de mayores efectos sociales, culturales y políticos, ha sido el movimiento por la educación pública cuya columna vertebral y principal componente son los estudiantes.

Tal vez la principal virtud de este movimiento –aparte la de poner en la agenda política con tremenda fuerza la cuestión educacional- ha sido su aporte a la repolitización de la sociedad chilena, potenciando la reactivación de otros sectores y cuestionando certezas, valores, normas, instituciones y formas de hacer las cosas que parecían haber adquirido características “naturales” para millones de ciudadanos sometidos a la hegemonía ideológica del neoliberalismo. Hasta hace unos cuantos meses solo una minoría de chilenos cuestionaba seriamente el lucro en la educación y el rol subsidiario de Estado. Hoy son millones los que exigen junto a los estudiantes una educación estatal gratuita, laica, democrática, igualitaria y de calidad. El cambio ha sido radical. Igualmente, hasta hace poco, plantear demandas como el plebiscito para zanjar disyuntivas de gran interés ciudadano, la renacionalización del cobre y una reforma tributaria para financiar la solución de los más acuciantes problemas sociales, además de la convocatoria a una Asamblea Constituyente para que por primera vez en su historia los pueblos de Chile ejerzan su soberanía, eran sueños de izquierdistas impenitentes, sin gran eco social. Hoy son temas ineludibles y hasta la “clase política”, que ha pretendido monopolizar la representación ciudadana en las últimas décadas, debe, muy a contrapelo de sus naturales inclinaciones e intereses, tomarlas en cuenta para rebatirlas o simular acuerdo con ellas para mejor contener las exigencias provenientes de la sociedad civil.

Asistimos, tal como lo han señalado diversos analistas, a un colapso del acuerdo de gobernabilidad suscrito entre los partidarios de la dictadura y sus opositores moderados en la segunda mitad de la década 1980, pero también a una crisis de legitimidad del modelo económico neoliberal y del sistema de democracia restringida, tutelada y de baja intensidad administrado por dichas fuerzas desde 1990. Al mismo tiempo se extiende el cuestionamiento a las viejas formas “delegadas” de hacer política a través de representaciones institucionales divorciadas de las bases sociales, altamente centralizadas y jerárquicas. En su lugar, los jóvenes y otros actores sociales han venido construyendo desde hace años formas más democráticas y horizontales, como los colectivos sociopolíticos, las asambleas territoriales y locales y las coordinaciones sectoriales, regionales y nacionales de colectivos y organizaciones sociales cuyas políticas y decisiones se toman colectivamente y en las que no es extraño que los dirigentes y voceros sean removidos por sus bases si estas lo estiman conveniente. El sistema político binominal, la elitización de la política “profesional” y los abusos de la “clase política”, han engendrado sus propios sepultureros: una ciudadanía popular y de clases medias crecientemente empoderada. La crisis del sistema es profunda aunque aún no es “terminal”. ¿Qué falta para que la democracia de baja intensidad y el extremista modelo neoliberal chileno sean desalojados del escenario histórico? Varios elementos. Los más importantes e inmediatos parecen ser los siguientes. En primer lugar, que los trabajadores en tanto tales (y no solo como pobladores, consumidores, padres o apoderados) entren decididamente en la lucha por sus propios derechos, con los mismos grados de autonomía, radicalidad y sagacidad política demostrados hasta ahora por el movimiento estudiantil. Ellos son y seguirán siendo el elemento decisivo, como lo es la infantería en la guerra, considerada tradicionalmente como la “reina de las batallas”. En segundo término, es indispensable que los movimientos sociales (no solo el estudiantil) sean capaces de elaborar sus propias propuestas políticas y de tender lazos solidarios entre sí para formar un frente común ante sus adversarios. Esos movimientos deben buscar sus puntos de acuerdo para construir plataformas unitarias consensuadas democráticamente. Pero también es imprescindible que se doten de sus propias representaciones en la esfera política. El profundo desprestigio que envuelve al duopolio de la “transición chilena” (la Concertación y la Derecha clásica) ofrece una oportunidad como pocas veces se ha visto en la historia de este país para que los movimientos sociales se auto representen políticamente y sean, por primera vez, los actores principales de la refundación de las bases políticas que la sociedad requiere so pena de deslizarse hacia callejones sin salida de sucesivos estallidos sociales sin capacidad de construir alternativas viables. La anomia política es un mal que suele acechar a los movimientos sociales si estos no están en condiciones de orientarse más allá de sus reivindicaciones sectoriales o corporativas, y esa anomia es también un peligro que está rondando a la sociedad chilena.

La convocatoria a una Asamblea Constituyente en la cual los representantes de los movimientos sociales sean la fuerza principal, debería ser el horizonte político para la refundación de una segunda República, que deje atrás la soberanía delegada y esencialmente nominal que ha imperado durante doscientos años, sustituyéndola por la soberanía efectiva de los pueblos que viven en este Estado nación. El plebiscito sobre la educación puede ser un hito importante en ese camino hacia la soberanía popular.

*Historiador chileno, profesor en la Universidad de Chile.

lunes, 22 de agosto de 2011

MERTON Y EL ESTRUCTURALISMO


Ernesto Ortiz Diego

El análisis estructural propuesto por el sociólogo norteamericano Robert King Merton (Filadelfia, EU. 14 de julio de 1910-Nueva York, EU. 23 de febrero, 2003), merece rigor de análisis. A pesar de que su obra más importante, Teoría y Estructura Sociales fue traducida y publicada en español desde 1964, su pensamiento continúa siendo desconocido en amplios sectores sociológicos. Fue alumno distinguido de Talcott Parsons en la Universidad de Harvard, sin embargo, él enseñó durante muchos años Sociología en la Universidad de Columbia.
Esto contrasta radicalmente con el caso norteamericano, donde Merton ha sido uno de los sociólogos más influyentes. Muchos de los sociólogos más destacados de Estados Unidos fueron alumnos de Merton y han continuado, en sus investigaciones, algunas de las preocupaciones centrales de su maestro: Peter Blau, Alvin Gouldner, Lewis Coser, Jesús Luis García y Carmen Largaespada, estos dos últimos fueron mis maestros en la licenciatura en sociología en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (UIA).
Merton es el padre de la Teoría de las funciones manifiestas y latentes, y autor de obras como El análisis estructural en la Sociología (1975). Impulsor de las Teorías de alcance intermedio. Y padre del Premio Nobel de Economía 1997, Roberto C. Merton.
Una de las preocupaciones centrales de toda la obra de Robert King Merton fue establecer las bases para desarrollar una sociología científica que nos lleve a un conocimiento objetivo de la realidad social.
En otras palabras, sólo con base en una sociología de la sociología es posible proponer un proyecto realista para las ciencias sociales. En terminología no utilizada por Merton, es necesario historizar la ciencia social. Para una elaboración de este concepto y una aplicación al caso de la sociología, véase el libro de Jesús Luis García y Francisco Paoli Bolio, “Observaciones sobre el Surgimiento de la Sociología”, (UIA Santa Fe), 1977.
Muchos autores anteriores a Merton, entre ellos Ralph Linton y Talcott Parsons, habían hablado de que los individuos en la sociedad ocupaban posiciones (status) y jugaban papeles (roles). El viejo profesor de la Universidad de Columbia, sin embargo, se propuso a estudiar la diferenciación interna de las posiciones y de los papeles y su articulación sistemática en secuencias típicas de comportamiento social.
El conjunto de papel es un concepto que se refiere a “ese conjunto de relaciones de papeles que las personas tienen en virtud de ocupar una situación social particular”. Es decir, por el hecho de ser estudiante de Literatura en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM), se establecen relaciones con literatos y poetas como en el caso de Javier Sicilia, “el poeta rebelde”, sino también con profesores y compañeros que enseñan y estudian literatura, o en el ejercicio del periodismo.
Finalmente, a Merton se le presenta la sociedad como una realidad problemática y conflictiva. Para él el orden social es sólo el mantenimiento precario de la estabilidad y no, como para Parsons. Sin embargo, queda por determinar cómo entiende Merton el conflicto social, y dónde sitúa las contradicciones.
Lo mismo que Parsons, Merton propone que los individuos, en la estructura social, independientemente de la clase a la que pertenezcan, juegan papeles y ocupan posiciones específicas.
Esta es una observación que tiene aplicabilidad universal y que sirve de punto de partida para la elaboración de una teoría de la estructura social. Parafraseando a Carlos Marx, Merton podría decir que el primer principio del análisis estructural es precisamente el reconocimiento de que:
Los hombres hacen su propia historia, pero no como quieren (…), sino bajo circunstancias directamente encontradas, dadas y transmitidas del pasado.
El resultado final, es que Merton formó una tradición de investigadores sociales en Norteamérica y que su influencia se siente en muchas partes del mundo. Sin embargo, es iluminador que después de medio siglo de haberse iniciado en la Sociología, y después de haber llegado a los más altos niveles de poder en su profesión. Merton continuaba antes de morir el 23 de febrero de 2003, un investigador incansable que no apagaba la luz de su estudio antes de las cuatro de la mañana y que, apasionado por una ciencia joven, la Sociología, oscila entre la tranquila satisfacción con sus propios esfuerzos y la desesperación de sus limitaciones.

Politólogo y sociólogo (UIA)




miércoles, 10 de agosto de 2011

LITERATURA CHICANA, UNA FORMA DE PROTESTA

Ernesto Ortiz Diego


El fenómeno de la literatura chicana representa, desde su consolidación en los años sesenta, una forma de protesta ante la opresión económica, social y cultural impuesta por el sistema dominante anglosajón, fundamentalmente de Estados Unidos, para hablar de nuestros vecinos del norte.
Temas como la asimilación cultural, la pérdida del idioma español y el rechazo sistemático al inmigrante son recurrentes en la literatura chicana, tanto popular como académica. Recuerdo cuando era profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, esta noble institución otorgaba cada año dos premios de literatura chicana y en español. Carlos Montemayor (1947-2010) recibió en español uno de estos, además de haber sido nombrado profesor Emérito de la UACJ en 1995. Por cierto, en Cuernavaca, el laureado escritor parralense fue profesor en el doctorado en Literatura en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos (CIDHEM).
Este es el caso del trabajo de Guillermo Gómez-Peña, chicano autoproclamado que manifiesta en su obra la crítica al sistema anglosajón, Bitácora del cruce, en el que fusiona literatura, artes visuales y performance con claros tintes subversivos, herederos indiscutibles de la vanguardia, cuyo objetivo es confrontar y provocar una respuesta en el lector, sobre todo de la frontera norte de México, específicamente quienes viven en Ciudad Juárez, Chihuahua y Tijuana, Baja California, por ser las ciudades más grandes fronterizas.
A través de la provocación, Gómez-Peña se mofa tanto del sueño americano como de los estereotipos creados en torno a la mexicanidad, colocándose él mismo como objeto de estudio y voz crítica.
En su obra, expone las contradicciones que rodean a la cultura chicana, empezando por su no-definición. La figura del chicano surge a partir de la negación de algo. Es el personaje que no puede integrarse a la cultura dominante, pero tampoco pertenece ya a la mexicana.
El fenómeno chicano va mucho más allá de la experiencia del cruce o de la pertenencia a un grupo social. Se trata de un proceso de redefinición. Como lo expresa Tomás Rivera: “Nos dimos cuenta que nosotros teníamos que inventarnos como chicanos, y eso es lo que estábamos haciendo. Así, hemos empezado a realizarnos” (Vázquez, Acerca de la literatura: diálogos con tres autores chicanos, p. 41).
Bitácora del cruce es una obra liberadora de la conciencia y provocadora al mismo tiempo. En sus páginas deambulan los estereotipos y prejuicios que aún imperan en el imaginario estadounidense. Gómez-Peña los encarna con fines paródicos. El kitsch, la hipérbole, la ironía y el performance son las herramientas subversivas que buscan provocar la reacción del otro (para no incurrir en el error de llamarlo espectador).
Sin embargo, el mensaje crítico va mucho más allá de la provocación o la parodia. Bitácora del cruce exhibe una amarga crítica al orden institucionalizado, lo que en palabras del filósofo y uno de los más destacados intelectuales de México, Luis Villoro Toranzo, sería descriptiva.
La relación entre las ideas de Luis Villoro y el trabajo de Guillermo Gómez-Peña es muy estrecha, en tanto que la obra de éste tiene como eje el ataque a los valores tradicionales.
La provocación en su trabajo creativo se manifiesta en personajes hipersexuales, el performance de mal gusto y las imágenes de violencia extrema. El humor negro, empleado como recurso subversivo, se convierte en arma contra el sistema norteamericano dominante.
En suma, la literatura chicana a través de su historia, esta propuesta artística ha encontrado una forma de expresión propia, ajena a los afanes asimiladores o represivos del sistema capitalista estadounidense, que vive una de sus peores crisis ahora con el presidente Barack Obama.

eodiego@yahoo.com.mx

martes, 9 de agosto de 2011

La hambruna en Africa, problema de todos

Aunque hay culpables directos por la hambruna africana sobre todo en Somalia, no hay que cerrar los ojos ante este grave problema humanitario. OBSERVATORIO SOCIOLOGICO modestamente se preocupa de ello y por esto al menos, difundimos la gravedad del asunto. En la página de la UNICEF-México hay más datos al respecto. 

sábado, 6 de agosto de 2011

Ciudad Juárez: de delictiva a competitiva

Samuel F. Velarde

Difícil quitarle el perfil negativo que tiene Ciudad Juárez luego de diez años de por desgracia tenerlo. En los últimos meses se ha estado trabajando para un evento llamado “Juárez competitiva” que según su portal de internet (que dicho sea de paso está incompleto en algunas de sus ventanas y no aclara que organismos lo componen) el objetivo es “… un Movimiento Ciudadano que se conforma de una manera voluntaria con el único propósito de coadyuvar en una iniciativa que cambie la imagen de nuestra ciudad y que sirva como impulso para el resurgimiento de Cd. Juárez”. Dentro de su programa de eventos está la conferencia de Mijail Gorbachov, que desde que cayó la ex URSS se ha dedicado a pontificar (cobrando un buen montón de dólares) sobre la democracia y el futuro del planeta. No entiendo porque se insiste en estos conferencistas (Giuliani también viene segun el portal) habiendo intelectuales mexicanos que conocen más nuestra realidad nacional: José Narro, Carlos Fuentes, Luis Villoro, Enrique Krauze, entre cientos. Pero en fin……..

Esto es my loable, sin embargo la reconfiguración de Ciudad Juárez no cambiará si no existe la verdadera participación de la sociedad civil organizada, donde diversos grupos (sin exclusiones) se intercomuniquen y logren no solamente desarrollar proyectos impactantes, sino lo más importante, meter en cintura a los políticos alejados de la sociedad. Hacer ver que la autonomía social es el único ingrediente que puede llegar a concreciones de cambio a fondo. Existen sociedades como la surcoreana donde a pesar de una fuerte dictadura en los sesenta hasta mediados de los ochenta, lograron una emancipación del autoritarismo gubernamental y ahora quién niega su desarrollo económico y social, o el caso de la sociedad civil italiana que ha movilizado sus potencialidades para exigir seguridad pública y social.

Es decir las maquilladas sociales son benéficas coyunturalmente, pero ¿a largo plazo? Sin embargo, este evento hay que reconocerlo como un comienzo de cambio, una entrada a tomar conciencia de que Juárez ya no es un pueblucho donde la Chaveña y la Bellavista eran el folk callejero. El problema es que nadie le dio el carácter cosmopolita a esta ciudad, sus gobernantes muy rabones para el problema, nunca dimensionaron este espacio urbano.

Como ciudad se ha dedicado a ser una comunidad captadora de la pobreza nacional, el poniente hacia el norte y sur sigue creciendo, desnudando una pobreza comparada con las favelas brasileñas o tal vez más decadente y esto lastima a una sociedad ya de por si denostada por la violencia.

Así pues, esperamos que Juárez competitiva no duerma el sueño de los justos y que tampoco se convierta en un islote feudal, donde unos cuantos manejen los recursos y se vuelva la exclusión de otros. Al contrario, que al corto plazo pueda promover desarrollo, pero no aquel que echó a perder a la ciudad, sino otro más equitativo, humano, democrático, justo. Si no, entonces nada servirá para intentar cambiar la ciudad mientras no se logren esas metas sociales, muy republicanas por cierto.











jueves, 28 de julio de 2011

La negra cosecha del neoliberalismo

Por Ana Meléndez Crespo (historiadora UAM-A)
DIARIO CAMBIO.-
http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-07-28&idn=50823

México se desangra en una crisis sin precedentes, ni siquiera igualada por la revolución armada de 1910, que derrocara a la dictadura de Porfirio Díaz y mantuviera convulsionado al país por tres lustros. En esta deleznable putrefacción social y política, la anarquía, la delincuencia, la justicia por mano propia y el narcotráfico salpican de violencia al territorio, frontera a frontera y de costa a costa, orillando peligrosamente a la nación al cantil del estado de excepción, que emborrascados cielos sudamericanos, durante largas décadas del siglo XX.
Paradojas del destino. Entre los años 70 y 80 de ese siglo, los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), aplicaron una generosa política de asilo, dando albergue, protección y empleo a centenares de intelectuales, líderes sociales, periodistas, académicos, artistas y profesionales librepensadores, amenazados de muerte por las dictaduras militares apoderadas de Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Colombia y, por supuesto, Bolivia.
Antes, entre 1939 y 1942, el general Lázaro Cárdenas, creador del ejido agropecuario y nacionalizador del petróleo, abrió los brazos y las puertas de la solidaridad a 25 mil refugiados republicanos españoles de la Guerra Civil, entre ellos cientos de intelectuales, obreros y campesinos, llegados en exilio para escapar de la dictadura de Francisco Franco, uno de los tres vértices del triángulo fascista europeo completado por Hitler y Mussolini.
Hoy, en México, marinos en función de policía judicial, soldados, policías antimotines, camiones y tanques militares patrullan las vías urbanas y rurales de todo el país, irrumpiendo en casas habitación, deteniendo y ejecutando a cientos de inocentes, delincuentes, cultivadores de marihuana, procesadores y traficantes de cocaína y drogas psicotrópicas, elevando del 2006 a la fecha a 41 mil los muertos por la violencia, negro balance del quinto año de gestión del panista Felipe Calderón. Germen de esta irrefrenable crisis social, económica y política es la imposición del modelo neoliberal que hizo eclosión con el priísta Miguel de la Madrid Hurtado, ejecutor inaugural de los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), con la privatización de las primeras empresas del Estado y de los bienes patrimoniales de la nación, de 1982 a 1988.
Pero, en el terreno de las fidelidades al imperialismo, la palma de oro —por haber firmado el usurero Tratado de Libre Comercio a favor de América del Norte; vendido masivamente las empresas estatales, incluida la banca y liquidado el régimen comunitario de la tierra— es para Carlos Salinas de Gortari, controvertido presidente (1988-1994), egresado de Harvard, donde se doctoró en economía política y gobierno (1978) con una beca oficial de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público. Su padre, Raúl Salinas Lozano, de cepa priísta, naturalmente, fue secretario de Estado, delegado de México ante el FMI, y senador durante la gestión de su hijo.
A causa de la muerte del ejido, millares de hectáreas de fértiles tierras se transformaron en inmensas urbanizaciones, jugoso negocio inmobiliario de familiares y políticos de la derecha neoliberal, como los hijastros de ex presidente panista Vicente Fox Quezada, tema ampliamente documentado por la prensa mexicana. Y el campo aún cultivable se volvió plantío de marihuana, única fuente de trabajo agrícola de familias y pueblos enteros que hoy son arrasados por el gobierno con todo y sus pobladores.
Dialéctica de la historia. México, otrora casa y refugio de exiliados perseguidos por las dictaduras latinoamericanas, entre ellos los eminentes bolivianos Marcelo Quiroga Santa Cruz y René Zavaleta Mercado,* cuatro lustros después está teñido de verde, de azul y de escarlata sangre.

* Nota de los administradores del blog. René Zavaleta Mercado (sociólogo) fue un destacado académico boliviano y director de FLACSO México